Construcción de conocimiento académico

entre estudiantes y profesores: caso UNSJ

 

Construction of academic knowledge

between students and teachers: UNSJ Case

 

Hilda Mabel Guevara | ORCID: orcid.org/0000-0001-6782-4299 

hildamabelguevara@gmail.com

Universidad Nacional de San Juan

 

Rosa Figueroa | ORCID: orcid.org/0000-0003-2253-5535

rosa.figueroa011@gmail.com

Universidad Nacional de San Juan

 

Eugenia Olivera Rubia | ORCID: orcid.org/0000-0003-3215-2028

eugeniaoli@yahoo.com.ar

Universidad Nacional de San Juan

 

Argentina

 

Recibido: 30/10/2020

Aprobado: 17/02/2021

 

Resumen

Este artículo da cuenta del desarrollo de estudios acerca de la educación superior universitaria, investigaciones que toman a la universidad como objeto de análisis, sus dimensiones, dinámicas y actores. Se expone la continuidad en una línea de trabajo en investigación educativa, desde comienzos de los años noventa, realizada por un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de San Juan.

En ese marco, se analizan los resultados alcanzados en un estudio reciente que indaga entre otros aspectos, la construcción de conocimiento académico desde la perspectiva de los profesores.

El enfoque metodológico utilizado fue mixto, haciendo énfasis en lo cualitativo. La investigación se constituye en un estudio de casos donde se seleccionó a un grupo de 18 (dieciocho) estudiantes universitarios de diferentes Unidades Académicas y se entrevistó a 8 (ocho) profesores distinguidos por los estudiantes, acerca de sus prácticas académicas. Para el análisis se utilizó el programa ATLAS Ti, que permitió la elaboración de mapas mediante una codificación abierta.

Los resultados revelan las estrategias pedagógicas con las que los profesores promueven la construcción de conocimiento académico, así como algunas de las tensiones que les significa la multiplicidad de funciones de la profesión docente.

 

 

Palabras clave: Producción Científica, Construcción del Conocimiento, Estudiantes, Profesores.

 

Abstract

This article reports on the development of studies about university higher education, research that focuses on the university as the object of analysis, its dimensions, dynamics and actors. The continuity of a work line in educational research is show, since the beginning of the nineties, carried out by a team of researchers from the College of Social Sciences of San Juan National University.

In this framework There are some results achieved. There is a study that investigates, among other aspects, the construction of academic knowledge from the teachers’ perspectives.

The methodological approach used was mixed, emphasizing the qualitative aspect. The research is constituted in a case study where a group of 18 (eighteen) university students from different Academic Units were selected and 8 (eight) professors distinguished by the students were interviewed about their academic practices. For the analysis, the ATLAS Ti program was used, it allowed the elaboration of maps using open coding.

The results reveal the pedagogical strategies with which teachers promote the construction of academic knowledge, as well as some of the tensions caused by the multiplicity of functions of the teaching profession.

 

 

 

 

Keywords: Scientific Production, Construction Of Knowledge, Students, Teachers

 

 

 

Introducción

 

 

 

El propósito de este artículo es dar a conocer el desarrollo de estudios realizados acerca de la educación superior universitaria, investigaciones que abordan como objeto de estudio a la universidad, sus dimensiones y actores.

En particular, se asume que desde los primeros supuestos elaborados desde comienzos de los años noventa, por un grupo de docentes e investigadores, dedicado desde la interdisciplina a la investigación educativa en la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ); se vinculan con las mutaciones de una sociedad que se transforma a través del conocimiento.

La producción científica historizada, muestra la continuidad en una línea de trabajo y sirve de escenario para presentar de modo profuso los resultados alcanzados en una investigación finalizada recientemente en el seno del equipo de referencia. Este estudio trata acerca de la construcción de conocimiento académico entre estudiantes y profesores, en este texto se ahonda en los hallazgos obtenidos sobre el quehacer docente, principalmente desde la perspectiva de los profesores.

La trayectoria de indagación define giros y revisiones focalizadas en las heterogéneas aristas de nuestro objeto de estudio, que dan lugar a cambios de perspectivas en torno a los marcos teóricos y metodológicos, nuevas miradas que se vislumbraron como las más apropiadas, en un escenario de condiciones sociopolíticas y culturales cambiantes; como así también producto de dinámicas de funcionamiento y cotideaneidad del equipo, que transversaliza el quehacer de sus miembros, entre las funciones de docencia y la investigación.

La presencia de componentes de subjetividad, en tanto somos parte del tejido social académico que pretendemos analizar; es un ingrediente que suma complejidad a la propia práctica, específicamente a la tarea de investigar; en esa trama hay que considerar las relaciones con los informantes, las posibles interferencias de preconceptos construidos en la formulación de los problemas y de las categorías analíticas; lo que amerita un intenso trabajo de objetivación, en el sentido bourdiano, en nuestro carácter de investigadores se trata de objetivar prácticas y representaciones previniendo sesgos en los hallazgos. (Bourdieu, 1993).

Para nuestros estudios, la perspectiva sociohistórica, la articulación entre la Sociología de la Educación y la Psicología Educacional, consolidan un campo científico desde el cual se indagan los cambios en los sentidos del conocimiento para distintos actores universitarios; situándonos en la mirada de estudiantes y de profesores.

Esta producción en conjunto, se ofrece como contribución a la comprensión de los sentidos que asume para los profesores, identificados como grupo de intelectuales, la vida universitaria en sus procesos y prácticas de construcción de conocimiento.

 

 

 

Contextualización sociohistórica:

escenario para generación de estudios en investigación educativa

 

 

 

A comienzos de los años noventa se formalizó en el Instituto de Investigaciones de la Facultad de Ciencias Sociales (FACSO) un equipo de estudio interdisciplinario que consolidó una línea de investigación educativa y que tomó como objeto de análisis a la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ).

Por aquellos años, las universidades públicas financieramente dependientes del Estado tuvieron que resignar parte de su autonomía en pos de los nuevos lineamientos políticos de un neoliberalismo arrollador. Se imponía la mercantilización de la educación superior y con ella la necesidad de responder a un modelo eficiente (García, 2004).

La evaluación de la educación superior; la acreditación de carreras, programa de incentivos, el posgrado como requisito de excelencia; entre otras medidas eran propulsadas en obediencia a las directivas del Banco Mundial, con marcada incidencia en la determinación del presupuesto educativo; prácticas y requerimientos que en mayor o menor grado han persistido hasta la actualidad (Puigrós,1996).

Paralelamente a esas condiciones del mundo universitario, al interior de la vida académica el descontento crecía entre el cuerpo docente; la mirada apocalíptica acerca de la Universidad Argentina generaba un clima difícil para desarrollar las prácticas académicas, cada vez más definidas hacia un perfil de docencia y de necesaria investigación.

Entre estos avatares nacionales y locales, se gestaban nuestras primeras preguntas de investigación. En un equipo que también tuvo sus dinámicas internas de ingresos y egresos, de diálogos y debates, de bifurcaciones que a lo largo de las subsiguientes décadas se plasmaron en nuevos rumbos y la emergencia grupos de estudio con nóveles profesionales.

El interés por conocer a los estudiantes de la UNSJ vino precedido por prerrogativas de análisis cuantitativos de la matrícula universitaria.

En este contexto, los primeros análisis realizados por el equipo de referencia, a comienzos de los años noventa se centraron en investigaciones sistemáticas sobre la medición de la baja retención de la matrícula universitaria, medida que no tardó en convertirse en uno de los principales parámetros con el que se pretendía evaluar a las universidades ya desde aquellos días (Negri et al., 1992, 1996).

En Argentina, por aquel tiempo transcurría la implementación de la llamada Reforma del Estado, y se le cuestionaba a la universidad su propia capacidad para desarrollar las funciones que tradicionalmente se les ha atribuido a las universidades: la formación de profesionales y el desarrollo de conocimientos a través de la investigación. Críticas que justificaban políticamente la necesidad de iniciar procesos de evaluación universitaria.

La transformación del sistema educativo no se hizo esperar; en 1993 fue sancionada por el Congreso Nacional la Ley Federal de Educación a fin de garantizar un sistema educativo descentralizado y en 1995 se sancionó la Ley de Educación Superior.

Estos cambios supuestamente tendrían como horizonte la inserción de Argentina en la promoción y competitividad internacional, buscando colocarse a la altura de las necesidades del siglo XXI, donde la educación, la ciencia y la cultura serían los ejes del crecimiento sostenido.

Las evidencias empíricas del momento fueron exigiendo de los estudiosos del tema y en nuestros proyectos de investigación, ajustes en los marcos conceptuales, que brindaban como respuesta explicaciones ceñidas a conceptos de evaluación, sistema, eficiencia, eficacia, calidad educativa. Desde esa intención se desarrollaron estudios acotados al fenómeno del desgranamiento-deserción; que posibilitarían aprehender su sentido social dentro de la institución universitaria.

Los proyectos de investigación, de los que participamos desde finales de los noventa incorporaron como perspectiva de análisis, la relación de los estudiantes con el conocimiento, la vinculación entre lo social y la subjetividad, es en ese período que nuestro equipo recibió la impronta de los estudios del Dr. Ortega de la Universidad de Córdoba, desde su interpretación esa relación del estudiante con el conocimiento asume una configuración de “atajo”; los atajos pueden ser una forma rápida de alcanzar un objetivo, pero también pueden ser el camino más corto para llegar al desconcierto. (Ortega, 1996)

El análisis ya no se centraba en el estudiante que había abandonado la universidad, sino aquel que aún permanecía en la institución. En ese marco se realizó el proyecto Ser alumno universitario hoy (Ortega et al., 1998)

El siglo XXI desde sus comienzos, instalaba en nuestra vida académica características sociopolíticas especiales. El gobierno del Dr. De la Rúa se cerraba con su destitución el 20 de diciembre del 2001, aquellas jornadas teñidas de elementos coyunturales, efectos de políticas imperialistas y avasalladoras, expresión popular, sueños y esperanzas de transformación, marcaron un nuevo pliegue en la historia de la Universidad Argentina (García, 2004).

La crisis del 2001, al decir de Carli (2012) produjo un deterioro económico significativo en la clase media, en los hogares de nuestros estudiantes; en ese contexto surgieron nuevos problemas de indagación; relacionados a las expectativas depositadas en la titulación, en la formación de grado; en consonancia con estas inquietudes formulamos proyectos focalizados en la articulación entre la escuela media y la universidad; centrando el interés en los saberes socialmente productivos que habilita el nivel medio educativo, saberes para el trabajo y saberes para la universidad. Esta categoría planteada por Puigros, Visacov­sky et al. (2004) alude a los saberes que cambian a los sujetos enseñándoles a transformar la naturaleza y la cultura, modificando sus habitus y enriqueciendo el capital cultural de la sociedad o la comunidad, a diferencia de los conocimientos repetidos, que sólo tienen un efecto de demostración del acervo material y cultural ya conocido por la sociedad.

Este giro en los marcos teóricos de nuestras investigaciones, justificaron nuevas decisiones acerca de las metodologías y formas de analizar las diversas dimensiones del objeto de estudio, transcurría la primera década de siglo XXI, cuando decidimos centrarnos en las prácticas académicas y sus resultados. (Montañez, S. et al., 2010)

Prácticas académicas es una categoría que alude a una práctica desarrollada por sujetos cuyo campo identitario se construye alrededor de los procesos fundantes del quehacer educativo como son los procesos de enseñanza y de aprendizaje, procesos que suponen circulación de conocimientos en determinadas condiciones institucionales y socio históricas. Ese conjunto de actividades, a su vez, se imbrica con el entramado de significaciones socioculturales que van configurando los procesos constitutivos de las identidades estudiantiles (García, 2004).

La naturaleza del objeto hizo necesario emprender estudios que permitan describir quiénes son los estudiantes, caracterizar algunas de las variables que se relacionan directamente con su RA (Rendimiento Académico), al que interpretamos como un indicador del grado de aprendizaje que los estudiantes logran en sus procesos educativos.

En esa dirección, la producción científica que desarrollamos tendió a conocer las trayectorias académicas estudiantiles, analizando los procesos de lentificación en la consecución de los estudios; como también los factores que inciden en el RA. En la segunda década del Siglo XXI, nos ocupamos de construir recursos que nos permitiesen caracterizar los distintos estilos académicos de los estudiantes, seleccionamos criterios que nos ayudasen a distinguir los tipos de itinerarios. El proyecto de investigación “Que sí que no, este camino elijo yo. Un estudio de las trayectorias estudiantiles universitarias (2011- 2013), se plan­tea entre sus objetivos identificar componentes, rasgos, en los modos de transitar el recorrido académico, indagando sobre intereses, dificultades y facilidades vivenciados en las experiencias universitarias, así como reconocer ritmos, discontinuidades, regularidades en el rendimiento académico del alumno. (García et al., 2013)

Estas apreciaciones resultaron inspiradores para producir nuevas preguntas de investigación, que dieron lugar al proyecto Aportes a la Comprensión del Rendimiento Académico de los Estudiantes de la UNSJ: Un estudio de factores socio culturales iniciales y trayectorias académicas universitarias (2014-2015) en el que nos propusimos indagar acerca de la diversidad de trayectorias que el grupo-alumno desarrolla en el transcurso del cursado de su carrera universitaria, en términos de tiempo, elecciones y rendimiento. Se buscó describir comprensivamente cómo el sujeto-alumno desarrolla sus prácticas académicas conformando estos recorridos particulares (García et al., 2015)

El trabajo se orientó desde una concepción sociohistórica para aprehender las trayectorias (itinerarios) que los estudiantes construyen en el devenir de su vida universitaria.

Este estudio incorporó una estrategia de análisis innovadora, denominada Análisis de Correspondencias Múltiples (ACM), técnica sociológica de síntesis teórica y empírica que permitió poner en juego la información recopilada y representar gráfica y analíticamente el espacio social permitiendo integrar los tipos de trayectoria y los capitales culturales y sociales de los estudiantes. Los resultados alcanzados muestran una correspondencia entre los factores socioculturales del estudiante y su desempeño académico en la formación de grado, es decir: regularidad, tiempo de permanencia, cantidad de materias aprobadas y rendidas. (Manchinelli y Algañaraz Soria, 2019).

El RA está relacionado con diversas variables, ello hace necesario detectar los factores que pudiesen incidir en el RA de nuestros estudiantes. En este sentido, el proyecto Factores socioculturales, cognitivos y emocionales asociados al rendimiento académico (RA) en estudiantes de la UNSJ (2016-2017) tiene por objetivo avanzar en la relación/asociación que un conjunto de variables socioculturales, cognitivas y emocionales tiene sobre el Rendimiento Académico (RA) de los estudiantes. Se propone analizar la relación entre estos múltiples factores y el rendimiento académico de estudiantes de la UNSJ. Conocer la influencia que estos factores tienen en el RA permitiría generar un modelo explicativo del RA de los estudiantes de la UNSJ a partir de variables contextuales y personales. Constatando que, si bien todas mantienen incidencia sobre el RA, no existe exclusividad predictiva en ninguna de ellas (García et al., 2017).

Esta revisión de estudios expone la continuidad de la línea de investigación a la luz de circunstancias y las condiciones sociohistóricas que hicieron posible la producción de conocimiento científico sobre este objeto de aristas múltiples, como lo representa la universidad.

Recientemente hemos concluido el estudio De­safiando el futuro: Estrategias y prácticas de cons­trucción de conocimiento académico-profesional de estudiantes y profesores universitarios. Caso FACSO-UNSJ (2018-2019) como consecuencia de los análisis previos referenciados, recuperamos la pregunta acerca del conocimiento y nos pro­pusimos comprender los procesos de construc­ción del conocimiento académico/profesional desde las prácticas académicas de los estudiantes y profesores (García et al., 2019).

En este artículo exponemos las voces de los docentes que fueron reconocidos por los estudiantes como referentes en su formación de grado; manteniendo el eje de análisis en los procesos de construcción de conocimiento intentamos poner en diálogo algunas prácticas docentes específicas y lo que significan para los profesores.

Los próximos apartados aluden a este estudio y sus hallazgos, los que fueron posibles al asumir como opción prioritaria las estrategias metodológicas de naturaleza cualitativa.

 

 

 

Perspectivas acerca del conocimiento

 

 

 

Este apartado constituye el marco de referencias que a modo de coordenadas de la investigación se exponen para presentar las perspectivas teóricas de la categoría conocimiento.

Las últimas décadas han configurado un escenario mundial atravesado por fenómenos complejos muy específicos, entre otros: la expansión de las nuevas tecnologías, los procesos de globalización en la economía mundial, el desarrollo del mercado global de la educación superior, la reconfiguración del capitalismo y los cambios del valor productivo del conocimiento, el aumento de las desigualdades sociales y nuevas formas de injusticia. (García, 2010)

Se ha venido insistiendo sobre la necesidad de adecuar un sistema educativo nacional a las nuevas reglas de la organización económica mundial. Los jóvenes, desde este punto de vista, debían ser formados en consideración a los nuevos sistemas de organización productiva y en relación con las demandas crecientes de conocimiento y manejo de tecnología en los lugares de trabajo, ajustados a la llamada Sociedad del Conocimiento.

En este contexto, la referencia a la cuestión del conocimiento ha tenido una particular resonancia en el mundo académico, configurándose como un tema inquietante por las múltiples dimensiones y perspectivas que asume (económicas, políticas, socioculturales, teórico epistemológicas, éticas), lo que conduce a identificar el conocimiento en el contexto académico como una categoría compleja que requiere de análisis que pongan en diálogo todos estos aspectos.

Por otra parte, este entramado de dimensiones mencionadas es generadora de variadas tensiones que se manifiestan en el terreno del debate sobre el conocimiento y en sus manifestaciones socio históricas; tensiones que impactan en los ámbitos específicos donde se desarrolla la actividad académica: en los sistemas educativos y en las aulas universitarias, en la investigación científica, en los programas de extensión y de voluntariado, en las prácticas de enseñanza/aprendizaje y en las variadas formas de producción intelectual.

No es menos importante el impacto de esas tramas en los actores universitarios, en sus identidades y en sus modos de vinculación con el conocimiento, como pudimos apreciar en estudios previos, por la generación de trayectorias específicas y modos de estar en la universidad (Ortega et al., 1998)

Una visión del fenómeno del conocimiento en su complejidad hace necesario explorar las dimensiones políticas, sociales, culturales y subjetivas acerca de las prácticas del conocimiento (Carli, 2012).

Por esta razón, si se pretende construir una mirada completa acerca del conocimiento en el contexto académico es necesario considerar las perspectivas de los actores universitarios, quienes representan la coexistencia de subjetividades de diversas generaciones de estudiantes, docentes, investigadores, personal de apoyo, tanto de las instituciones y de la sociedad en vinculación constante con la universidad.

Según Peón (2003) las formas de apropiación social del conocimiento y sus mecanismos de difusión e innovación, son variados, pero las instituciones de educación superior representan la modalidad más difundida entre los establecimientos encargados de manipular el conocimiento avanzado.

Burton Clark (2003) sostiene que las universidades en cuanto instituciones, poseen características especiales que las dotan de ciertas peculiaridades respecto de otras. En su opinión, la materia prima con que trabajan las universidades, el conocimiento, es una sustancia de difícil aprehensión y definición, son los grupos portadores del conocimiento, los que constituyen la educación superior.

Entonces, para estos autores la institución social privilegiada, funcionalmente diseñada y específicamente dedicada a la gestión del conocimiento avanzado es la universidad. La naturaleza y características de las universidades constituyen instituciones cruciales para la conformación, desarrollo y reproducción del núcleo central de las actividades decisivas en la conformación y expansión de la Sociedad del Conocimiento.

La principal característica que marca la diferencia específica de la organización del trabajo académico, respecto del trabajo en cualquier otra organización industrial, gubernamental o no lucrativa, consiste en que éste se organiza en torno a una materia de naturaleza específicamente intelectual: el conocimiento. Desde que se organizó formalmente la educación superior ha funcionado como una estructura social destinada al control de la técnica y el conocimiento avanzados (Pugliese, 2003:33).

Otra de las coordenadas teóricas en materia de conocimiento, referencia a los procesos de construcción del conocimiento como un tema analizado con frecuencia en los estudios sobre los aprendizajes académicos.

Ortega (2008) plantea la distinción entre saber y conocimiento para poder usarlos en un sentido operacional y relacional, recuperando así el valor heurístico que puede tener su uso. Para este autor, discriminar entre saber y conocer es distinguir entre conocimiento existencial (de la vida, lo cual remite a la idea bourdiana de conciencia operacional y pre-reflexiva) y conocimiento ligado a lo escolar y académico (Ortega, 2008).

Nuestra investigación opta por focalizarse en el conocimiento académico y referirnos a los procesos de construcción de ese conocimiento, como el eje vertebrador de las prácticas de los estudiantes de la FACSO; adscribimos a la consideración del fenómeno en su naturaleza social y cultural.

Los aportes del enfoque sociocultural de Vygotsky (1979) argumentan que el conocimien­to es siempre un producto cambiante de un proceso constructivo afectado por las condi­ciones sociales. El sujeto construye el conoci­miento a partir de las interacciones media­cionales que suceden con los objetos externos. (Villegas y González, 2005).

Este modelo socioconstructivista, que ha tomado relevancia dentro de la investigación psico­educacional, se focaliza en la interdependencia de los procesos sociales e individuales que intervienen en la construcción del conocimiento.

Para un sujeto, la relación con el saber está vinculada a la necesidad de analizar su situación, su posición, su práctica, su historia, a fin de dotarla de un sentido propio.

En esa perspectiva y desde la mirada de Bourdieu (1997) las trayectorias de los agentes pueden entenderse como una serie de posiciones sucesivamente ocupadas por un mismo agente (o un mismo grupo) en un espacio en sí mismo en movimiento y sometido a incesantes transformaciones, dando por supuesto que solo en la estructura del campo, relacionalmente hablando, se define el sentido de estas posiciones sucesivas.

A partir de la revisión de fuentes bibliográficas, y en los sucesivos trabajos realizados por el equipo de investigación, se fueron conceptualizando tipos de conocimientos; distinguimos al conocimiento cotidiano, del conocimiento disciplinar, académico o científico y del conocimiento profesional. Este equipo ha centrado sus investigaciones en el conocimiento profesional y conocimiento disciplinar, académico o científico, entendiendo a este tipo de conocimiento como un saber estructurado, factual, que es transmitido a las personas mediante las instituciones, especialmente educativas; la escuela y la universidad son depositarias por excelencia de este modo de saber disciplinar (De la Fuente, 2003).

El conocimiento académico, constituye nuestro objeto de estudio, en la medida en que se construye en el ámbito educativo, como un saber hacer, pero de modo potencial, mediado por aquellas experiencias que promueven desde las prácticas la resolución a situaciones que requieren de una intervención específica.

El papel que desempeñan los profesores en esos procesos de construcción de conocimiento y sus resultados de aprendizaje no se puede soslayar. Las nociones de enseñanza, práctica y formación reflexiva (Schön, 1998, Zeichner, 1993 y Santos Guerra; 2001), son conceptos asociados a la cuestión de cómo formar mejores profesionales.

En esta propuesta nos focalizaremos en conocer las representaciones que los estudiantes poseen de un buen profesor, en términos de Bain (2005), en tanto sujetos significativos que tengan impacto en sus biografías estudiantiles, es decir que desde las voces de los estudiantes buscaremos llegar a ese cuerpo profesoral con el cual construyen sus saberes.

Entre los antecedentes teóricos que priorizamos para comprender la perspectiva de los profesores sobre la construcción de conocimiento, tomamos en cuenta a Bourdieu cuyo pensamiento nos permite indagar la inserción de los profesores en campos científicos e intelectuales dinámicos; entendiendo que el habitus es estructura estructurante (Bourdieu, 2015) podemos decir que las instituciones son espacios de conformación de habitus, en la medida que no solo se trasmite un conocimiento determinado, sino modos de hacer y pensar que van preformando las prácticas profesionales. También incorporamos las indagaciones de García Salord (2001) centradas en las trayectorias de académicos de distintas facultades, carreras y disciplinas y los estudios de Carli y otros (2012) que tratan sobre los procesos de identificación de estudiantes con los referentes de conocimiento y las formas de inscripción en las comunidades disciplinarias.

 

 

 

Metodología

 

 

 

El proyecto que sustenta este artículo se rea­lizó bajo un enfoque metodológico mixto; sin embargo en esta contribución científica optamos por hacer foco en los aspectos cualitativos dele estudio, particularmente en la perspectiva de los profesores; en consecuencia, no se ahonda en las estrategias cuantitativas que formaron parte del proyecto más amplio, las que se centraron fundamentalmente en estrategias de análisis de datos secundarios.

La investigación se constituye en un estudio de casos, para ello se han seleccionado 5 (cinco) estudiantes de cada una de las carreras se cursan en las diferentes Unidades Académicas de la Facultad de Ciencias Sociales: Comunicación Social, Sociología, Ciencias Jurídicas, Ciencias Políticas, Ciencias Económicas y Trabajo Social.

Los estudiantes fueron elegidos a través de un análisis de los certificados académicos proporcionados por el Departamento Alumnos, seleccionando a quienes tuviesen los más altos promedios con reprobaciones (en función del promedio histórico de su propia carrera de estudio) y el 80% de las materias rendidas en su currículo estudiantil, apelando a análisis de datos y registros estadísticos que la propia institución proporcionó. Luego de realizada la selección, se confirman datos personales para poder contactar a estos alumnos.

El trabajo finalmente se realizó con un grupo de 18 (dieciocho) estudiantes universitarios; el proyecto, además, incorporó información acerca de datos históricos de la institución universitaria; sobre planes de estudio, incumbencias de los títulos, organización curricular, lo que permitió contextualizar y profundizar los relatos e historias de los sujetos escogidos.

El enfoque cualitativo dota al estudio de flexibilidad y espontaneidad, a la vez que da importancia a la subjetividad de los sujetos de la investigación. Se obtuvo información a partir de la mirada que tienen frente a la construcción de conocimiento. Son los mismos sujetos participantes, quienes, a partir de sus percepciones, experiencias previas, y el significado que le dan a la construcción de conocimiento académico y profesional, compartieron prácticas que permitieron responder a las preguntas del estudio.

De los alumnos se recogió su mirada sobre los profesores que impactaron positivamente y negativamente en su formación académico profesional.

Así fue posible contactar y entrevistar a 8 (ocho) docentes que han sido reconocidos favorablemente por los estudiantes, acerca de sus prácticas académicas. Fue necesaria la elaboración de un instrumento guía a fin de recabar de los propios profesores la información acerca de sus prácticas de construcción de conocimiento.

El material relevado ha implicado para el equipo de investigación una intensa tarea de análisis, se utilizó como recurso la construcción de mapas surgidos de una codificación abierta mediante el programa ATLAS Ti, la presentación de los hallazgos se ilustra con alguno de esos mapas.

 

 

 

Hallazgos

 

 

 

Los resultados se organizan en los siguientes tópicos:

 

 

 

 

Rasgos académicos de los intelectuales

de la FACSO-UNSJ a partir de las opiniones

de los estudiantes

 

En este apartado expondremos algunas notas acerca quienes han sido referidos como profesores significativos durante la formación de grado, por los estudiantes avanzados entrevistados.

Estos sujetos consideran que los profesores para desempeñar su tarea debieran contar con ciertas características académicas tales como pedagogía, profesionalismo, enseñar desde la experiencia, compromiso, pero también debieran disponer de cualidades personales como amabilidad, empatía y pasión.

La diferencia básica que los estudiantes marcan, entre lo que podría interpretarse como docentes con adecuadas prácticas y docentes con inadecuadas prácticas hacia la construcción de conocimientos, pareciera estar dada por quienes desarrollan los recursos para lograr la comprensión de los temas del programa de estudios, que movilizan su interés y la reflexión crítica, tienen un saber actualizado

Los que preparan las clases con ejemplos de la vida cotidiana, los que trabajan por la comprensión más que por la memorización, los que promueven el trabajo grupal por encima del individual, los que instalan el diálogo y el intercambio coloquial de saberes. Los que incentivan la investigación, más que los que sólo muestran los resultados y las teorías, sin acudir a ejemplos. Los que dialogan con los nuevos lenguajes de los jóvenes en términos de tecnologías que suman a sus aprendizajes, los que operan con estas herramientas que contribuyen a representar las diferentes cuestiones que se pretenden transmitir, independientemente del campo científico al que pertenezcan.

Estas observaciones pueden tomar un anclaje en las afirmaciones que Peón (2003) describe acerca de la metodología que cumple cuando los académicos manipulan su materia de trabajo: el conocimiento.

En su opinión, realizan una serie de operaciones diversas orientadas a la conservación y depuración del conocimiento (escudriñan, memorizan y critican los discursos escritos y orales producidos por otras generaciones) y a la transmisión del conocimiento a otras personas, especialmente adultos jóvenes, colocados en posición de estudiantes; el término estudiante lo utiliza en lugar de alumno dado que el primero connotaría el papel activo del sujeto en el acto de apropiación de conocimientos, la actividad de estudiar, en tanto que el segundo remite al rol más pasivo del discípulo tutelado por el poseedor del conocimiento y la experiencia.

La formación académica, dentro de una disciplina, representa la inclusión de un nuevo miembro en un mundo particular, una realidad limi­tada de significado como lo piensa Alfred Schütz, y que pretende, por tanto, lograr el desarrollo de cierto tipo de actitudes y disposiciones en un campo del conocimiento. Desde estas actitudes y disposiciones se engendrarán las prácticas necesarias para desenvolverse como estudiante dentro de un campo disciplinar específico.

García Salord, al referirse a los profesores, explica el concepto de heterogeneidad alude a los vínculos que organizan la vida y la historia de los académicos y se establece como condición de existencia de lo diverso. Esto explica que, en esa diversidad, los rasgos no existen en sí mismos, sino que son articulados en los tránsitos por la desigualdad y la diferencia, como así también en la lucha por la hegemonía de determinados arbitrarios culturales. Por esa razón los rasgos asumen la entidad de ser efectos acumulados de procesos peculiares. (García Salord, 2001).

Este pensamiento nos posibilita abrir la reflexión acerca de las características que presentan los intelectuales de la FACSO, reconocidos por los estudiantes entrevistados y permite definir particularidades sobre sus prácticas como profesores, en el sentido de distinciones propias de sus campos disciplinares.

Los estudiantes del Departamento de Sociología enfatizan el desempeño de ciertas cátedras y sus equipos docentes. Se ha podido constatar que los profesores representantes de esos espacios desempeñan sus roles articulando la enseñanza de grado con el despliegue de actividades científicas en proyectos de investigación acreditados, desarrollados en el ámbito de la UNSJ. En su mayoría, se trata de intelectuales incorporados en el Programa de Incentivos a Docentes Investigadores (PROINCE), siendo asignados en categorías que los facultan a ejercer la dirección de proyectos.

Estos académicos reúnen en sus perfiles profesionales formación de postgrado, obteniendo títulos de doctores o magisters.

Estos profesores de Sociología acreditan en sus Curriculums Vitae, una significativa partici­pación en actividades de transmisión y circulación del co­nocimiento, específicamente en materia de publi­caciones, a partir de la presentación de ponencias en reuniones científicas, como también de producción de artículos publicados en revistas locales o nacionales con referato. En general, son intelectuales que cuyas líneas de investigación guardan cierta correspondencia temática con las cátedras en las cuales se desempeñan, generando así una articulación productiva entre enseñanza y actividades CyT. La profesión académica de estos profesores, también incluye el desempeño en el campo de la extensión-vinculación, práctica de transmisión y divulgación de conocimiento que desempeñan conjuntamente con la docencia de grado.

Por su parte, los estudiantes del Departamento de Ciencias de la Comunicación hicieron mención a las cátedras Seminario de Políticas en Comunicación y al Taller de Producción Gráfica III. Estos espacios de formación son dirigidos por profesores que también han categorizado en el PROINCE, uno de los cuales se encuentra dirigiendo un proyecto de investigación acreditado en el marco de la FACSO. En cuanto a la formación que acompaña su carrera académica, este subgrupo de profesores ha concluido estudios de maestría, y uno de ellos obtuvo recientemente el grado de doctor.

El análisis de sus Curriculums Vitae revela que estos docentes articulan la función de la enseñanza en el nivel de grado junto con la formación de recursos humanos, en particular el asesoramiento de tesistas de grado y becarios financiados por el sistema de becas que posee la UNSJ, mediante la Secretaría de Ciencia y Técnica; tanto para las categorías de Estudiantes Avanzados como de Iniciación).

Otra función que desempeñan estos profesores articula la docencia universitaria con la gestión departamental o con la docencia en el nivel medio.

Respecto a la comunicación de sus investigaciones, se materializa en prácticas presentación de ponencias en reuniones científicas de alcance nacional, siendo en su mayoría jornadas organizadas por la Red Nacional de Investigadores en Comunicación (Argentina); es decir que se nuclean en un espacio colectivo que los contiene.

A partir del análisis efectuado, se observa que tanto los proyectos de investigación en los cuales participan estos académicos, sus temas de tesis de posgrado, como así también las líneas de investigación de sus tesistas y becarios se encuentran vinculados a la estructura curricular de la cátedra que dictan en la universidad.

Los rasgos identificados en los profesores de las carreras de Contador Público Nacional como de Abogacía, comparten en cierto modo, dimensiones análogas con especificidades que posibilitan su lectura analítica en conjunto.

Estos profesores que han sido señalados como significativos los por estudiantes consultados, si bien, presentan en su trayectoria profesional diversas formas de participación en equipos de investigación desarrollados en el marco de la UNSJ, se constata que no han postulado al proceso de categorización efectuado por el PROINCE, en consecuencia, no acreditan alguna categoría en la carrera académica que los identifique con su experticia como investigadores. Esta carencia, resulta un obstáculo para ejercer la dirección de proyectos acreditados, ya que tener una categoría en investigación en el rango de I a III, es un requisito indispensable.

La profesión docente de estos profesores revela que sus prácticas en materia de enseñanza en el grado universitario se encuentran articuladas, la mayoría de las veces, por tres itinerarios de desempeño profesional:

 

 

Las observaciones y análisis realizados acerca de estos profesores y sus campos de desempeño, conducen a considerar que tales docentes, en líneas generales, se encontrarían en condiciones de co construir el conocimiento comprendido en el diseño curricular de sus cátedras a partir de los saberes propios de los enfoques teóricos de las disciplinas, en conjunción con la acumulación de cuotas específicas de capital cultural vinculadas al tránsito por el ejercicio profesional externo a las funciones de un docente universitario.

Los hallazgos expuestos, interpretados a partir de la perspectiva de Landesmann, García Salord y Gil Antón (1996) al referirse a los profesores, son compatibles con la emergencia de un nuevo objeto de conocimiento: el académico actual; que nace en función de la ruptura teórica e histórica con la figura tradicional del docente. Este profesor que hemos presentado, queda definido en términos genéricos, como un actor multifacético y heterogéneo (docente, profesor, investigador, intelectual) cuyo punto en común es su pertenencia a UNSJ y su inscripción en las funciones de producción y transmisión del conocimiento y la cultura.

A partir de lo expuesto, cuando nos referimos a los profesores analizados y sus funciones, es más propio hablar de su profesión académica, concepto que se define como:

 

una asociación de individuos que se ubican en organizaciones que cumplen con la función de producir, transmitir y certificar la adquisición del conocimiento; tiene la capacidad de autorregular los procedimientos de incorporación a la profesión y a otras profesiones, evaluar los productos y servicios que generan; y cuentan con un ethos particular, que como diría Metzger implica una acendrada defensa de los principios de libertad académica un autonomía para las organizaciones universitarias. (Grediaga, 1999:167)

 

 

 

Las percepciones de los profesores

acerca de su propia práctica académica

 

Se presentan a continuación las categorías construidas para revelar las condiciones que los propios profesores informan frente a los procesos de construcción de conocimiento, recordemos que fueron 8 (ocho) los sujetos descriptos como significativos en su quehacer docente.

Los mapas efectuados mediante el programa Atlas Ti constituyen una alternativa valiosa para la identificación de categorías analíticas; a partir de ellas se codificó la información proporcionada por los propios profesores en tres prácticas específicas:

 

 

 

Prácticas orientadas

a la construcción de conocimiento

 

Los docentes explican cuáles son sus estrategias para el dictado de clases, entendiendo la clase como un microespacio privilegiado para el encuentro con los estudiantes; entre esas estrategias se han seleccionado algunos ejemplos:

 

Clases expositivas, lectura guiada de piezas de actualidad, redacción de textos propios, contacto con fuentes de primera mano…

…El sistema de consultas facilita procesos de aprendizaje de los alumnos… (Comunicación Social)

 

…Exposición oral con utilización de recursos -proyector-, las prácticas en aula versan sobre interpretación de normas, textos técnicos bibliográficos o de la prensa, etc. la práctica extra-áulica pivotea entre el abordaje de los contenidos dictados, los del programa y familiarización de la modalidad particular a administrar en los dos parciales previstos… (Ciencias Económicas)

 

…En las clases prácticas se implementó la metodología de la educación por competencias, incorporando la realización de juegos con temas específicos, mayor cantidad de trabajos prácticos a desarrollar en grupo durante las clases, entre otras… (Ciencias Económicas)

 

…Exposición oral con utilización de recursos -proyector-, las prácticas en aula versan sobre interpretación de normas, textos técnicos bibliográficos o de la prensa, etc. la práctica extra-áulica pivotea entre el abordaje de los contenidos dictados, los del programa y familiarización de la modalidad particular a administrar en los dos parciales previstos… (Ciencias Económicas)

 

Estas expresiones se ofrecen a modo de sistematización de prácticas pedagógicas positivas para la construcción de conocimiento; son estrategias que surgen en cada campo disciplinar y que exponen tensiones y representaciones en las que los propios profesores describen su tarea.

 

 

Habilidades necesarias de los estudiantes

de la carrera para aprobar esta materia

Se han organizado los comentarios de los intelectuales acerca de las habilidades que sus estudiantes deben tener para alcanzar la aprobación de la materia. Se presentan algunos fragmentos a modo de ejemplos y se ilustra con el mapa de Atlas Ti que permite apreciar la codificación (Ver Figura N° 1):

 

…Deberían tener nociones de redacción general y cierto hábito de consumo de contenidos mediáticos periodísticos… (Ciencias de la Comunicación)

 

…Dedicación de tiempo para la lectura bibliográfica y constancia para asistir a las clases y participar en ellas… (Ciencias de la Comunicación)

 

…Habilidades para reconocer los distintos hechos económicos que deben ser registrados por la contabilidad, nociones sobre la determinación de los distintos costos de las empresas y habilidades para efectuar cálculos financieros… (Ciencias Económicas)

 

…Capacidad de análisis crítico de los materiales bibliográficos, Desarrollo de la escritura académica (a veces este aspecto presenta mucha dificultad), Actitud de trabajo en equipo… (Sociología)

 

…Alcanzar el conocimiento teórico para garantizar una intervención profesional integral y de calidad… (Trabajo Social)

 

…La habilidad de relacionar contenidos, de entender que las unidades no son compartimentos estancos incomunicados entre sí. Saber leer jurisprudencia para discernir los argumentos principales de los accesorios… (Abogacía)

 

Figura N° 1. Mapa de habilidades para la construcción de conocimiento según carrera

 

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Estas habilidades señaladas las entendemos como las condiciones de partida que los profesores requieren para articular el aprendizaje disciplinar. El aprendizaje exitoso, la construcción de conocimiento universitario depende de la interacción entre alumnos, docentes e instituciones académicas. Si bien en la tarea de estudiar, es ineludible el esfuerzo que haga el estudiante en su condición de aprendiz, no son menos importantes las condiciones que ofrecen los docentes y las que brindan las instituciones para que el alumno ponga en marcha su actividad cognitiva, aprenda a leer comprensivamente y experimente la vivencia de construir conocimiento, de saber y de saber hacer.

 

Características académicas/personal

del docente de esta carrera.

 

Estas son las condiciones que los profesores señalan en su propio perfil profesional, como necesarias para poder construir conocimiento. Aquí se exponen algunos ejemplos y se ilustra con el respectivo mapa de Atlas Ti (Ver Figura N° 2):

 

…Conocimiento teórico y experiencia práctica, dedicación, estudio. [...] permanecer informado y atento al acontecer de los medios de comunicación social, estar comprometido y sensibilizado con la transformación social y, preferentemente, tener práctica profesional en el área específica… (Comunicación Social)

 

...Formación en finanzas públicas y de la empresa, conocimiento del derecho privado, comercial y de procedimientos administrativo y fiscal; con una actualización permanente de normativa y jurisprudencia tributaria a nivel nacional y local... (Contador Público)

 

…Además de los contenidos teóricos referidos a la Investigación Social, haber transitado por procesos completos de investigación, incluyendo investigación desde una perspectiva cualitativa, ya que eso proporciona un saber-hacer investigación necesaria para acompañar a los estudiantes en el proceso. (Sociología)

 

Principalmente ser Trabajador Social. Contar con experiencia en coordinación de grupos y práctica profesional en terreno. (Traabajo Social)

 

“Ser responsable (preparar las clases, mantenerse actualizado, ser puntual) y respetuoso de los alumnos y alumnas.” Abogacía

“Conocimientos jurídicos y de cultura general; permanente actualización; conocimientos básicos en metodología de la investigación y en Formación pedagógica” Abogacía

 

 

Figura N° 2. Mapa de características académicas y personales necesarias

para la construcción de conocimiento según carrera.

 

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Las características y desarrollo de la Sociedad del Conocimiento dejan en evidencia la obsolescencia del conocimiento y la necesidad de actualización permanente, justificando el desarrollo de políticas obligatorias de formación continua y de desarrollo profesional.

La UNESCO (2007) reconoce el papel esencial de los profesores en el fortalecimiento de la educación; así lo señala el resumen ejecutivo del documento educación de calidad para todos. Allí se habla de la calidad de los docentes y el ambiente que generan en la sala de clase, excluidas las variables extraescolares, son los factores más importantes que explican los resultados de aprendizaje de los estudiantes; esta perspectiva valida políticas orientadas a mejorar la calidad de la educación a partir transformar, con los académicos, la cultura de la institución escolar; ya que sin la implicación del profesorado ninguna reforma de la educación puede ser exitosa. Este mismo documento reconoce que los países de Latinoamérica enfrentan serios problemas en relación con la formación de las competencias profesionales y éticas de los intelectuales y que las acciones realizadas no han sido lo suficientemente eficaces como para generar un verdadero impacto en el campo educativo.

 

 

 

Algunas conclusiones

 

 

 

Iniciamos este artículo comentando la producción científica de un grupo de investigadores del Instituto de Investigaciones Socioeconómicas de la FACSO-UNSJ, que desde comienzos de los años noventa asumieron a la educación superior, a la universidad como un objeto de estudio. La trayectoria de proyectos concluidos fue revelando la complejidad del objeto y la necesidad de abordajes inter y transdisciplinarios.

En consonancia con el pensamiento de Tenti Fanfani (1994), advertimos que los hechos educativos sobre los cuales efectuamos nuestras problematizaciones no admitían respuestas simples, debido a la complejidad del campo educativo. La contextualización de las investigaciones realizadas y la referencia a las condiciones sociohistóricas fueron explicando los diversos sentidos que asumía para este equipo el estudio de los procesos de construcción de conocimiento y el análisis de las prácticas académicas.

En este documento presentamos de manera profusa los hallazgos de un proyecto concluido recientemente, particularmente quisimos mostrar desde una perspectiva cualitativa a los profesores, las características de sus perfiles profesionales y los rasgos de sus prácticas académicas tendientes a la construcción de conocimiento.

En sintonía con la propuesta de Carli (2016), la indagación acerca de los profesores y la experiencia universitaria se enmarca en la perspectiva histórica, que considera las transformaciones de los procesos de producción, transmisión y apropiación del conocimiento, como así también la reconfiguración de la profesión académica.

Los hallazgos expuestos sitúan a los intelectuales entrevistados en un escenario de exigencias propias de la profesionalización; exigencias que regulan el trabajo académico en sus funciones como docentes e investigadores. La tendencia actual a establecer cierto canon global de la profesión académica, con su productividad esperada y su proceso de rendición de cuentas a través de la evaluación, hace abstracción de la experiencia universitaria (Carli, 2016:81).

Los hallazgos obtenidos en este estudio acreditan que el quehacer de los profesores consultados acontece en un marco contextual que brinda un carácter único a sus prácticas; estas se desarrollan en un escenario de múltiples tensiones que responden a las dinámicas disciplinares, institucionales y sociopolíticas del contexto de análisis. Bajo esas condiciones exploradas, se advierte una inversión personal, el interés por la continuidad formativa en el posgrado, cuyo fin es sostener el trabajo docente, el conocimiento, su producción y transmisión.

Los académicos analizados consolidan sus prácticas profesionales articulando en su tarea la figura del intelectual, experto, docente e investigador, se constituye actor multifacético y heterogéneo; lo que responde a funciones de producción y transmisión del conocimiento y la cultura. (Landesmann, García Salord y Gil Antón (1996)

Por su parte, los estudiantes consultados en esta investigación dejan en claro que necesitan de sus profesores instrucción, acompañada de la capacidad de despertar el interés individual y colectivo hacia la construcción de conocimientos; el buen trato y la paciencia. En este sentido, prevalece la necesidad de tener educadores capacitados en captar los intereses de sus estudiantes y activar mecanismos de entusiasmo por aprender. Este hallazgo es relevante en la actualidad, porque las nuevas formas de organización social, han impreso la necesidad de nuevas formas de acceso al conocimiento mediante una capacitación permanente. Los saberes iniciales que brinda la universidad requieren de actualizaciones, la profesionalización del académico actual, así lo exige. Esas condiciones que el escenario universitario demanda de sus profesores, resultan cada vez más veloces en función de los ritmos que define la tecnología y la información, asimismo para responder a las necesidades de los propios estudiantes en lo que atañe al aprendizaje sobre los usos del conocimiento para producir nuevos conocimientos, es decir para aprender a aprender.

El conocimiento disciplinar, académico o científico tiene como espacios privilegiados de transmisión y de construcción, las instituciones educativas.

Las escuelas y las universidades son los espacios sociales donde se construye el conocimiento disciplinar, que permite a los/las estudiantes prepararse para la vida profesional; se trata de un saber estructurado, que no solo es teórico sino también es un saber hacer potencial, en ese contexto la acción pedagógica disciplinar de los profesores tiene un lugar fundamental.

Estudiantes y profesores desafían el futuro, diseñando estrategias y prácticas que los definen, que los identifican. Las “sutilezas” con las que se enfrentan estos actores en la universidad son infinitamente complejas y numerosas; desentrañar su lógica, es una condición necesaria para cada actor, antes de aplicarla con éxito a las diferentes acciones que deben emprender para ejercer su oficio. (Coulon, 1997)

El estudio concluido cobra un sentido particular, construido en relación con las prácticas académicas; se consolida como un saber propio, situado, asentado en la historia, costumbres, e intereses de los agentes que son protagonistas de los procesos de construcción de conocimiento académico. La producción científica sobre las investigaciones educativas que toman como objeto a la Universidad Nacional de San Juan, forman parte de un acervo científico-tecnológico esencialmente local, es un modo de hacer ciencia (Varsavsky, 1969.)

 

 

 

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