TRAMAS SOCIALES • N° 05 | ISSN: 2683-8095
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ARTÍCULOS JÓVENES
Campo político y capital social.
La creación del “Club Social” en la
provincia de San Juan
Political eld and social capital. The Club
Social in the province of San Juan
Claudio Luna
Resumen
El presente artículo recorre socio-históricamente el momento de creación del
Club Social de San Juan, analizando el contexto institucional, social y polí-
tico que lo hizo posible. La reconstrucción de los procesos que conluyen en
la creación de este Club, el primero de su tipo en la provincia y de los pri-
meros de Argentina, se realizó mediante el rastreo y análisis de diferentes
registros histórico-documentales que refieren a su creación, funcionamiento
y vida institucional desde su fundación en 1888 hasta la primera década del
siglo XX. Para ello se instrumentó una estrategia cualitativa que se conside-
ra adecuada al enfoque socio-histórico adoptado: el análisis sociológico del
discurso.
El periodo abordado puede caracterizarse como una etapa en la que los secto-
res dominantes de la provincia de San Juan comienzan a experimentar la “so-
Recepción: 27/04/2023
Aceptación: 06/06/2023
Claudio Luna. Estudiante avanzado.
Carreras de Licenciatura y Profesorado
en Sociología (UNSJ)
lunaclaudio89@gmail.com
Palabras claves
Sociabilidad Burguesa, Sectores Domi-
nantes, San Juan
Key words
Bourgeois Sociability, Dominant
Sectors, San Juan
Imagen de destinosanjuan.com
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ciabilidad burguesa”. Periodo en el que, además, este sector del espacio social
se orienta a la acumulación de capital social.
Abstract
This article goes socio-historically through the creation of the Social Club of
San Juan, analyzing the institutional, social and political context that made
its creation possible in 1888. The reconstruction of processes that converge in
the creation of the Club was carried out by tracing and analyzing diferent
historical and documentary records that refer to the creation, operation
and institutional life from its foundation, in 1888, until the first decade of
the twentieth century, instrumenting a qualitative strategy was proposed a
sociological discourse analysis.
The period addressed can be characterized as a stage in which the dominant
sectors of the province of San Juan begin to experience bourgeois sociability,
and in which the acquisition of social capital intensifies in these same
sectors.
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Introducción
El presente artículo contiene los avances y hallazgos
que resultaron del desarrollo de una Beca categoría Es-
tudiante Avanzado (CICITCA, UNSJ) realizada durante
el año 2021
1
, en el marco del contexto de pandemia por
COVID 19. Razón por la cual, las actividades previstas
en el plan de labor debieron ajustarse a las condiciones
impuestas afectando, fundamentalmente, el trabajo de
campo.
El interés de esta investigación está puesto en estudiar
una asociación de la sociedad civil sanjuanina, la prime-
ra en su clase, partiendo del supuesto de que las institu-
ciones representan la historia de las relaciones sociales
en un tiempo y espacio determinados. Para avanzar en
esa dirección, el estudio se estructuró a partir de un con-
junto de preguntas que buscaban conocer esta institu-
ción señera de la sociedad sanjuanina: ¿qué condiciones
sociales, políticas, culturales hicieron posible fundar una
asociación de esas características en la provincia? ¿Qué
agentes participaron de esa creación? En este sentido,
la beca se propuso como objetivo general reconstruir,
en clave sociohistórica, la creación del Club Social de
San Juan proponiendo describir el contexto institucio-
nal, social y político que hizo posible su creación en una
ciudad como San Juan. Para cumplir ese propósito se
instrumentó la búsqueda de los registros históricos en
torno a su creación, funcionamiento y vida institucional
(atendiendo a información referida a: miembros funda-
dores, estatuto, afiliaciones, eventos sociales, actas de
comisión, fotografías, etc.). El plan original también pro-
ponía analizar la existencia de redes de parentesco entre
las familias que integran la institución, objetivo éste que
no llegó a desarrollarse por las restricciones impuestas
por la pandemia y que se tradujeron en dificultades para
el acceso al material documental.
Metodológicamente, la beca se planteó una estrategia
cualitativa construida para cumplir con los requeri-
1 La beca se desarrolló en el marco del proyecto “El orden conserva-
dor en San Juan. Capital económico, Estado y espacio social, aproba-
do y financiado por CICITCA, Universidad Nacional de San Juan para
el periodo 2020-2021. Directora: María G. Henríquez.
mientos del enfoque sociohistórico. Esto es, recurrir a la
orientación general de la teoría de los campos de Pierre
Bourdieu (1995,1999); y al perfil histórico del trabajo en
el que se recuperan las contribuciones de Elías (2009).
Estas perspectivas de análisis se entienden como parte
de un mismo proceso de conocimiento. De esta forma,
permiten: “() abordar el objeto de estudio de una mane-
ra relacional y procesual, encontrando en la historia un
anclaje tan sólido como necesario para la comprensión
y la explicación de los fenómenos sociales (…)” (Lirussi,
Martínez, Henríquez, Storni y Castilla, 2023, p.3). Para
ello se aplicó lo que se denomina “análisis sociológico del
discurso” (Ruiz Ruiz, 2009), método que, según el autor,
consiste en lo que se considera el análisis propio de la so-
ciología. Esto es, el análisis de cualquier práctica social
mediante la cual los sujetos le otorgan sentido a la rea-
lidad.
Es importante destacar también que, dados los objetivos
de la Beca y las dificultades señaladas en el acceso a la
información, los desarrollos que se muestran en este ar-
tículo constituyen algunas aproximaciones al objeto de
estudio que resultan, fundamentalmente, de un primer
tratamiento de carácter exploratorio descriptivo.
El artículo se estructura en seis apartados, además de la
Introducción. En el título primero se trabaja la creación
del Club Social y en el segundo se describe el proceso de
construcción de los datos. Luego se aborda el contexto
social en torno a la creación del Club, en el cuarto, el fun-
cionamiento de la institución y, en el quinto, se busca ca-
racterizar la vida institucional. Por último, se presenta a
modo de cierre una lectura global del proceso desarrolla-
do y algunas relexiones sobre lo analizado.
1. Estudiar la creación del Club Social de San
Juan, el marco de referencia
El Club Social de San Juan se funda más de década y
media después que el de Córdoba (1871), San Luis (1872)
o Rosario (1874), pero un año antes que el de Mendoza
(1889). Al rastrear estas instituciones se encontraron en
el Acta de fundación del Club Social de Rosario nombres
vinculados a lo que Richard Jorba (2004) denomina cir-
cuito comercial de exportación de ganado en pie. Tal es
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el caso de Lucio Doncel
2
, hermano del que en 1874 asu-
miera como gobernador de la provincia, Don Rosauro
Doncel (1874-1878) o el de Tiburcio Benegas, uno de los
primeros presidentes del Club rosarino (1877) y que, tras-
ladado a Mendoza, será gobernador de esa provincia en
dos ocasiones: 1887-1889 y 1895-1897. Tanto los Doncel en
San Juan como Benegas en Mendoza, no solo fueron im-
portantes comerciantes sino también precursores de la
vitivinicultura moderna en la región cuyana (Lirussi et
al., 2023).
De esta primera lectura surgió la pregunta ¿en qué di-
fería el Club Social de San Juan de otros anteriores que
podían encontrarse en la provincia tal el Club del Pueblo,
el Club Unión o el Club Progreso, asociaciones que reu-
nían a los distintos exponentes y simpatizantes políticos
masculinos de la época? La respuesta a elaborar exigió
explorar otros caminos distintos a los que se pensaron al
formular el proyecto de Beca. Esa búsqueda condujo al
concepto de “sociabilidad”. Este concepto, apropiado por
los historiadores en las últimas décadas, reconoce sus
antecedentes en los trabajos de Maurice Agulhon (2009)
y, en Argentina, en los de González (2015), Losada (2007 y
2016), y López (2021).
La sociabilidad es un concepto que, siguiendo a González
(2004), pone la atención en las relaciones entre agentes.
En este sentido resulta compatible con la sociología re-
lacional de Pierre Bourdieu, que fuera propuesta como
marco teórico de la beca. Una de las categorías que se uti-
lizó, fue la de capital social
3
.
2 Genealogías de la familia Doncel-Martínez. Programa de Investi-
gación sociohistórica. IISE-FACSO. UNSJ.
3 El capital social según Bourdieu (1995), está “constituido por la to-
talidad de los recursos potenciales o actuales asociados a la posesión
de una red duradera de relaciones más o menos institucionalizadas
de conocimiento y reconocimiento mutuos (…) se trata aquí de la to-
talidad de recursos basados en la pertenencia a un grupo. Para este
autor las relaciones de capital social sólo pueden existir sobre la base
de relaciones de intercambio materiales y/o simbólicas, las que a su
vez contribuyen a su mantenimiento. Estas relaciones pueden ser ins-
titucionalizadas y garantizadas socialmente mediante la adopción de
un nombre común que indique la pertenencia a una familia, una clase,
De los textos revisados se seleccionaron para guiar el
análisis los de Losada (2007) y Hora y Losada (2016).
Estos autores estudian el caso de las “elites” porteñas e
identifican como propósitos de esta forma de sociabili-
dad el “nucleamiento” y la “distinción social de la elite”,
objetivos que resultan de un cambio en el estilo de vida
de las burguesías que se extiende por todo Occidente.
Proceso que, como sostiene Elías, requiere de inculcar
“comportamientos civilizados” determinados por la mo-
deración y el autocontrol. Para el caso argentino, Losada
(2007) identifica la necesidad de estos sectores dominan-
tes de construir activamente un estilo de vida que pudie-
ra diferenciarlos en el marco de una sociedad que se irá
volviendo movible y permeable a partir de los procesos
inmigratorios. Estilo que, fundamentalmente, les per-
mitiera romper con su propio pasado, burgués, plebeyo,
y corregir posibles defectos a los que podría conducir el
nuevo contexto reinante: esto es, conservar su carácter
de sector dominante-dirigente.
Este tipo de sociabilidad tiene su origen en el “club” in-
glés, cuyo objetivo era agrupar a varones organizados
para practicar juntos una actividad que se considera
desinteresada” (en el sentido de no lucrativa), así como
también la de vivir juntos “la no actividad”, esto es, el ocio
(Agulhon, 2009). Así definido, y en el caso argentino en
particular, el “club” constituiría una forma de asociación
que se entiende, siguiendo a López (2021), como una ex-
presión formalizada de la sociabilidad estamental, bur-
guesa, capaz de expresar al mismo tiempo las tensiones
y las transformaciones que experimentaron los sectores
dominantes entre 1870 y la promulgación de la ley Sáe-
nz Peña. Periodo éste de profundas transformaciones
políticas, económicas y sociales que van a conluir en la
configuración del Estado moderno argentino (Lirussi et
al., 2023).
un clan, pero también, un colegio, un partido, un club, etc. Institucio-
nes cuyo objetivo es favorecer los intercambios legítimos, proveyendo
“ocasiones” (bailes, recepciones, etc.), lugares (vecindarios acomoda-
dos, clubs, etc.) o prácticas (deportes distinguidos, juegos de salón, ce-
remonias culturales, etc.), que de forma aparentemente casual reúnen
a individuos lo más homogéneos posible desde todos los puntos de
vista relevantes para la existencia y supervivencia del grupo.
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Una cita de Horacio Videla, referida a la creación del
Club Social, echa luz en esa dirección:
La sociabilidad cultivada en la época hispana y pri-
meras décadas de tiempos patrios con la Sociedad
de Beneficencia, la Sociedad Dramática Filarmónica
y el Club Casino Unión perduraba con idénticos per-
files, en otro escenario.
El Club Social San Juan, decana institución social san-
juanina, nace fundado por una comisión de caballe-
ros encabezada por don Pedro P. Ramírez, don Mo-
desto Salcedo, don Pedro Doncel y casi cien socios
más el 31 de marzo de 1888 (1981, T.VI, págs. 441-442).
2. Acerca del proceso de construcción de los
datos
Para reconstruir los procesos relativos a la creación del
Club Social y dar cuenta de los agentes que participan
de esa red de intercambios, se realizó un relevamiento
de la prensa gráfica y de los registros institucionales. El
encuadre metodológico recurrió al “análisis sociológico
del discurso” (Ruiz Ruiz, 2009) que, como se dijo en la in-
troducción, consiste en el análisis de cualquier práctica
social, mediante la cual los sujetos a estudiar le otorgan
un sentido a la realidad:
(…) el discurso presenta una diversidad de formas
muy amplia. Cualquier práctica social puede ser
analizada discursivamente, desde un baile a un ri-
tual, una música o un contrato, un mito o unas cos-
tumbres culinarias. Pero los discursos que tienen
mayor interés para los sociólogos son aquellos que
tienen una forma verbal, ya sea ésta oral o escrita.
(Ruiz Ruiz, 2009, p. 2).
Para el autor, los sociólogos tienen mayor interés en la
forma verbal por dos razones: una práctica y otra teórica.
Con relación a la práctica, esta le otorga al investigador
mejores posibilidades de registro y fácil traducción al
lenguaje, ya sea este escrito u oral, para comunicar los
resultados. Respecto a la razón teórica, los discursos
verbales instauran un perfil predilecto de elaboración y
transmisión de sentido, comparado con la forma visual.
Dicho esto, y teniendo en cuenta el método descripto, en
primer lugar, se realizó un relevamiento de los periódi-
cos. Para ello se definió un intervalo que abarcó desde
1886 (dos años antes de la creación del Club con el obje-
tivo de rastrear información que pudiera vincularse a su
creación) hasta 1916. Se diseñó una ficha de observación
que contiene los siguientes campos: nombre del periódi-
co, fecha de publicación, título o referencia del artículo
de interés y número de página, si existía.
A partir de estas consignas se revisaron los ejemplares
disponibles de los diarios que abarcan ese período en la
Biblioteca Franklin (San Juan): El Ciudadano, entre 1886
y 1892; La Libertad, años 1893-1896; La Unión, 1890-1900 y
La Provincia, entre 1905 y 1916.
Este relevamiento permitió identificar información so-
bre el club relativa a: la divulgación de diferentes eventos
sociales, notas que describen las actividades desarrolla-
das y a quienes han participado de ellas; avisos relativos
a mejoras o arreglos en el edificio, convocatorias a asam-
blea o reunión de comisión directiva, sobre socios moro-
sos, entre otras. Así como también propagandas de dife-
rentes firmas que organizaban ventas en la sede del club.
Concluida esta primera tarea, y cuando se permitió el in-
greso a la sede social, la búsqueda se situó en la biblioteca
del Club Social. Allí se relevaron diferentes libros (sin ca-
talogar) y material suelto guardado en cajas, también sin
ninguna clasificación.
Con relación a los registros hallados en la biblioteca del
Club, se identificaron y consultaron los libros de Actas.
Estos contienen información sobre la constitución de
dicha comisión desde 1888 y describen las sesiones de
la Comisión Directiva durante las cuales se tratan do-
cumentos relativos a la admisión y/o rechazo de socios,
pedidos de salón para actividades organizadas por otras
organizaciones, en particular las de beneficencia. Y do-
cumentos varios como registros de gastos en relación a
las múltiples necesidades vinculadas a la vida cotidiana
de la institución, como por ejemplo, presupuestos para
fiestas, mantenimiento edilicio o el pago mensual de sus-
cripciones a los periódicos de la época.
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3. La creación del Club Social de San Juan
Goldberg, Henríquez, Gómez, García, Storni y Castilla
(2009) advierten que hacia 1870, comienza a visualizar-
se un punto de inlexión en los mecanismos de selección
política, con un aparente desplazamiento de los dirigen-
tes que tradicionalmente habían ocupado los lugares
centrales en el aparato estatal. Dicho proceso permite
observar “la imposición de una lógica externa que, más
allá de las prácticas vernáculas, se corresponde con lo
que puede entenderse como la “especialización” de la
función política” (Henríquez, Castilla, Lirussi, Storni,
Riverós y Martínez, 2020).
Esta reconfiguración observada de los cuadros que ad-
ministraban el Estado puede enmarcarse en lo que An-
saldi y Giordano (2012) definen como el proceso de la
formación de un sector social dominante-dirigente que
tiene lugar en el marco de la acumulación originaria del
capitalismo dependiente, y cuya predominancia es ex-
tensiva a todos los planos del espacio social: el económi-
co, el social, el político, y el ideológico. Esta posición es
construida en relación con otros sectores, dominados, y
ejercerá una forma de dominación, la dominación oligár-
quica (Henríquez et al., 2020).
(…) Posicionados en San Juan, se observa que son
los llamados “regeneradores” (Videla, 1981, Peñaloza
de Varese y Arias, 1966) quienes ejercerán la admi-
nistración del Estado provincial desde 1874 y hasta
finales de siglo, constituyéndose en el sector domi-
nante-dirigente que propiciará/ejercerá la domina-
ción oligárquica en la provincia (…). Este grupo social
de expertos, especializados en la administración de
lo estatal, aunque no exclusivamente, surge como el
resultado de la ampliación y diversificación de fun-
ciones en los distintos ámbitos que conforman el
Estado, pero también, y en forma simultánea, de las
instituciones que surgen de la sociedad civil, proce-
so que Alysson (2015) conceptualiza como “confor-
mación del Estado ampliado”. En este contexto se
comprende la creación del Club Social de San Juan
(Henríquez y Martínez, 2019).
Este periodo que se extiende desde 1870 hasta fines de
siglo es categorizado por el historiador Horacio Videla
como la “Época de las clases cultas”, y sostiene al respecto:
Época de las clases cultas en razón de que los actores
fueron abogados, militares, ingenieros y médicos,
aunque no poseyeran una vasta ilustración sí tenían
una cultura corriente en una estructura profesional
y, sin renegar de su cimiento cristiano, aquella época
política participó intelectual y afectivamente del idea-
rio liberal del siglo desprovisto de manifestaciones
sectarias y agnósticas y atemperado por una román-
tica concepción de la existencia (Videla, 1984, p. 217).
Para este autor, a quien parece pesarle las ideas libera-
les y “positivistas” de la época, sostiene que más allá esa
inluencia, las costumbres hispano-criollas de la vieja
sociedad colonial con componentes cristianos, pudieron
mantenerse, “parecían inamovibles”. Opinión que, si bien
deja entrever su conservadurismo, utiliza para explicar
las maneras de relacionarse de la “sociedad” sanjuanina
en la que, según él, podía observarse la amabilidad de las
relaciones y la buena hospitalidad hacia a los extranjeros
(Videla, 1981). Aspectos que podrían asociarse a la necesi-
dad de este grupo social emergente, clasificado como cul-
to, de construir un estilo de vida diferenciado, civilizado.
Hacia mediados del siglo XIX, la ciudad de San Juan co-
mienza a experimentar un proceso de modernización en
el cual en el “régimen sarmientista” (a través de los gobier-
nos Regeneradores), se va a manifestar en base a la crea-
ción de instituciones, numerosas nuevas edificaciones y
la obra pública (Aguirre, Florit, Portillo y Yacante, 2003).
En los albores del siglo XX la ciudad comienza a transfor-
marse para dejar atrás su forma colonial. Como describe
Videla (1981) agraciaban la nueva ciudad diferentes nego-
cios, empresas e industrias, todo ello de la mano del forta-
lecimiento de la unión nacional, la independencia comer-
cial de la Provincia con la fundación del Banco Provincial
en 1870, el alumbrado público y la creación de los servicios
de agua corriente, eléctricos y telefónicos, la llegada del
Ferrocarril Andino en 1885, entre los más relevantes. Pero
en estos años, además se crean escuelas, instituciones e
importantes establecimientos de diversa índole que dan
cuenta de la vida social y cultural de San Juan
4
.
4 Lo que sigue se ha trabajado a partir de Videla, H. (1981). Historia
de San Juan. Tomo VI. Buenos Aires: Academia del Plata-Universidad
Católica de Cuyo.
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En 1862 se había creado el primer establecimiento secun-
dario durante la gobernación de D.F. Sarmiento, con-
vertido en 1864 (por medio de un decreto del presidente
Mitre) en el Colegio Nacional de San Juan, del cual uno
de sus rectores más destacados, fue el luego gobernador
regenerador, Anacleto Gil. La presencia de este bachille-
rato hizo posible que los jóvenes sanjuaninos pudieran
estudiar en la provincia para luego continuar estudios
universitarios en Córdoba o Buenos Aires. Ese mismo
año se crea una catedra de mineralogía, convertida en
1876 en Escuela de Ingenieros Civiles y de Minas, para
finalmente tomar la forma de Escuela de Minas en 1891,
de la que egresaron varios agrimensores e ingenieros. En
1879 se crea la Escuela Normal en la gobernación de Ro-
sauro Doncel, instituto secundario para jóvenes mujeres
(aunque no exclusivamente) de orientación normal que
se conformará con un plantel docente compuesto tanto
por extranjeras como de la provincia. En el ámbito pri-
vado, se creó en 1875 la Escuela de Artes y Oficios de la
Sociedad Obreros Del Porvenir. Un caso similar tendrá
lugar unas décadas después, en 1903, con la creación del
Instituto de Clases Artesanales, del Círculo de Obreros
Católicos.
Otra institución creada por Sarmiento en 1862 fue la
Quinta Normal dedicada a la experimentación forestal y
agrícola que se transformó, durante el gobierno de Ro-
sauro Doncel (1884), en la Quinta Agronómica Modelo, y
convertida después en escuela nacional por decreto del
presidente Roca.
De esta época de fuerte inluencia sarmientina es tam-
bién la Biblioteca Franklin (1866). La biblioteca marcó un
hito en la sociedad sanjuanina, puesto que fue la primera
biblioteca de la provincia, pero también de la Argentina,
aportando a la cultura con su prestigio y funciones cul-
turales.
Remiten también a ese período gestacional otras insti-
tuciones y establecimientos. El más notable, tal vez, fue
la Sociedad de Beneficencia. Creada en 1823, su sede fue
reconstruida en 1864 con el aporte de Gertrudis Funes.
Esta sociedad, sostenida por un servicio de Hermanas de
la Caridad, se amplió físicamente hasta cubrir una man-
zana gracias a los aportes dinerarios de Teresa Sánchez
de Sánchez, y que luego una parte, se convertiría en el
Hospital San Roque para Mujeres que el gobernador Ca-
milo Rojo termina de instituir en 1865, teniendo ambas
instituciones una conexión entre sí. Serafina Durán de
Rojo, esposa de Camilo, será la presidente de la Sociedad
de Beneficencia. Ya en el término del siglo XIX, se crea el
Asilo de Mendigos y Ancianos que empezó a funcionar
en 1896 bajo el mando de la Conferencia de Señoras de
San Vicente de Paul, contribuyendo a su mantenimiento
varias damas de la sociedad sanjuaninas.
Es también un tiempo en el que los periódicos abundan y
relejaban el crecimiento de la prensa asociada a los prin-
cipios ideológicos de sus redactores: El Zonda (fundado
por Sarmiento), El Porvenir, El Ciudadano, El Aspirante,
El Estudiante, La Unión, La Libertad y La Provincia.
Si bien la provincia contaba con un gran escritor nacional
como Sarmiento, forman también parte de este grupo de
notables Tadeo Rojo, Nicanor Larraín, Pedro Carrafa,
Pedro Echagüe y Agustín Gnecco. Segundino Navarro,
uno de los fundadores del Club Social, no sólo se destacó
como abogado y figura pública, sino también como escri-
tor, publicando además varias obras en el rubro poesía.
El interés de los sectores dominantes por las actividades
culturales se expresa en la realización de tertulias y con-
ciertos desarrollados tanto en los teatros Vasconcellos y
de Los Andes, este último destruido por el terremoto que
afectó la provincia en 1894, como en viviendas u otros
salones, tal el caso de la Biblioteca Franklin. El proceso
de modernización de la ciudad de San Juan se expresa
en innumerables expresiones culturales y artísticas, en-
tre ellas, las veladas musicales realizadas en ocasión de
eventos familiares (aniversarios, bautismos), la realiza-
ción de conferencias-concierto, fiestas literario-musica-
les, conciertos particulares y conciertos de beneficencia.
Respecto de estas actividades:
(…) los protagonistas eran el piano y el canto y el reper-
torio incluía géneros de baile, fantasías o variaciones
sobre temas de óperas y, algunas veces, obras de com-
positores europeos o de autoría propia de los intérpre-
tes que participaban en la ocasión. Estos ejecutantes
podían ser profesionales o podían intervenir intér-
pretes de distinta categoría (profesionales y alumnos)
(Aguirre, Florit, Portillo y Yacante, 2003, p. 9).
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Las actividades culturales van a convocar, la mayoría de
las veces, a un público selecto (Aguirre, Florit, Portillo
y Yacante, 2003). De lo cual podría deducirse que el as-
pecto privado de estas actividades estaría haciendo re-
ferencia a aquello propio de la sociabilidad que se está
construyendo en este marco de ideas burguesas: la dife-
renciación.
Así, en este ámbito de ideas liberales y positivistas que
favorecen las actividades culturales y sociales de la bur-
guesía emergente del siglo XIX, sostenidas por un con-
junto de agentes portadores de títulos académicos y
capital económico acumulado mayormente por su parti-
cipación en el circuito comercial de exportación de gana-
do en pie, se habrían generado las condiciones necesarias
para crear una asociación cuyo objetivo será el desarrollo
de la sociabilidad burguesa. Nace así, el Club Social de
San Juan.
El Club Social de San Juan, fue creado el 31 de marzo
de 1888. Sin embargo, algunos indicios indicarían que
su existencia es previa a su fundación. La revisión de la
prensa de la época permitió encontrar evidencia anterior
a su creación “formal. Da cuenta de ello la aparición a lo
largo de los años 1886 y 1887, en el periódico “El Ciudada-
no”, de una publicidad de la firma “Ries hermanos”, “gran
sucursal” (fábrica y venta de alhajas, relojes, brillantes y
platería) comunicando la exhibición para su venta de re-
liquias en la sede del Club Social cada fin de mes.
El Acta de fundación dice:
En la ciudad de San Juan a los treinta y uno días del
mes de marzo de mil ochocientos ochenta y ocho.
Reunidos los señores Pedro Doncel, Modesto Salce-
do y Pedro Pascual Ramírez, con el objeto de cam-
biar ideas sobre la formación de un Centro Social,
resolvieron:
1. constituirse en Comisión para llevar a cabo tan
laudable propósito;
2. para evitar molestias, que todo el que firme la
presente acta se considere como socio fundador;
3. que el día que haya cien personas suscriptas, se
convoque a asamblea para el nombramiento de la co-
misión Directiva y así quede finalmente constituido
el Club.
Entre los agentes que firman el Acta fundacional se en-
cuentran profesionales del derecho, de la medicina, de
la ingeniería, educadores, comerciantes, productores
y/o empresarios. Muchos de ellos, miembros de los dife-
rentes “Clubes” políticos y ocupaban (o lo habían hecho),
cargos en el estado provincial o nacional (ministros, go-
bernadores, diputados, senadores, ministros de la Corte,
jueces, etc.) (Lirussi et al., 2023).
Imagen N°1: Regalos de Aguinaldo
Fuente: periódico “El Ciudadano”, 30 de diciembre
de 1886.
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4. Acerca del funcionamiento del Club Social
de San Juan
Como toda forma asociativa, el funcionamiento del Club
se rige mediante un Estatuto, esto es, una ordenanza o
conjunto de normas legales por las que se regula el fun-
cionamiento de una asociación. Al respecto, sólo se acce-
dió al ante proyecto publicado en el periódico “El Ciuda-
dano”, con fecha 12 de abril de 1888. No se encontró otra
versión en la documentación disponible en la institución
ni fue brindada por los representantes a los que se con-
sultó.
El citado artículo, que contiene sólo una selección de los
artículos que el redactor del diario consideró importan-
tes, comienza con el siguiente texto:
Antenoche la Comisión Directiva concluyó redactar
el proyecto de Reglamento que debe presentar el do-
mingo a la Asamblea de socios.
Entresacamos de ese reglamento los artículos que
a nuestro juicio, tienen mayor importancia, sin que
opinemos en pro o en contra de ninguno, y al solo ob-
jeto de que los socios los conozcan anticipadamente.
A continuación, se exponen los artículos seleccionados
por el editor de El Ciudadano, pero organizados según
un conjunto de criterios construidos en el marco de la in-
vestigación para organizar la información.
a) Fin de la institución
Cuadro 1. Firmantes del Acta fundacional, Club Social de San Juan
Pedro P. Ramírez, Modesto Salcedo, Pedro E. Doncel, José P. Cortínez, Juan de Dios Jofré, Anacleto
Gil, Eleodoro y Julio A. Curubeto, Saturnino y Miguel de la Presilla, Román Aberastain, Domingo
F. Alvarado, Segundino J. Navarro, Abraham, Eliseo y Juan A. Vidart, Doroteo Basañes, Justo P.
Castro, Pedro Nolasco Zavalla, Manuel José Godoy, Ignacio y Zorobabel Sánchez, Marcial y César
Quiroga, Juan y Manuel B. Maurín, Juan H. Videla, Carlos Keller, Benjamín y Tomas Bates, Juan A.
Laspiur, Domingo Morón, Pedro A. Garro, Nazario Sánchez Benavides; Noé, César y Juan Quiroga,
Saulo de Oro, David Perramón, Pedro Oviedo Bustos, Ramón Moyano, Saturnino S. Araoz, Juan de
León, Desiderio Bravo, Moisés Cano, Ramón Yornet, Lisandro Correa, Arístides Arévalo, Manuel
P. Antequeda, Ramón W. Ayala , Eladio Gigena Yornet, Napoleón Rosselot, Juan R. Cook, Salvador
Ottolenghi, Tristán Ríos, Vicente C. Mallea, Mardoqueo J. y Pedro Olmos, Ángel D. Rojas, Federico
y Manuel María Moreno, Miguel, Carlos y Luis Echegaray, Pedro S. Sánchez, Julio Contreras,
Nicanor Garramuño, Manuel J. Benegas, Benjamín Rodríguez, Luis H. Flores, Luciano Aguiar, Luis
Palacios, Fernando Saiz, Daniel S. y Guillermo Aubone, Hermógenes Ruiz, Edmundo Gallastegui,
Edmundo Domínguez, Juan C. y Alejandro Albarracín, Roberto Sarmiento, Juan A. Doncel, Carlos
Doncel, Ramón Posse, Samuel J. Robles, Miguel Álvarez, Justiniano Castro, Francisco de la Mota,
Ignacio Sarmiento, Cecilio Barboza, Eleodoro Martínez, Doroteo Basáñez, Luis Doncel, José
María Sarmiento, Juan Cuello, David Chávez, Juan E. Balaguer, Bernardo Gigena, José Mario Arce,
Jorge Segovia, Francisco D. Viñas, E. González M., José F. Albarracín, Jesús Tenreiro, Manuel A.
Maurín, Alfredo M. Tello, Conrado Vicio, José María Ruiz, Manuel García, José D. Videla, Guillermo
Villegas, Remigio M. Ríos, Rodolfo Rodríguez, Moisés Cardoso, Luis Cavilliotti, Enrique Casuni,
Dionisio Peña, Alberto Krubiler.
Fuente: Copia mecanograada del Acta Fundacional del Club Social
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ARTÍCULOS JÓVENES
El artículo primero expone el fin de la institución:
Art. 1. Queda constituida una asociación con el nom-
bre de “Club Social de San Juan”, á objeto de fomen-
tar el espíritu de sociabilidad entre sus miembros.
(La Comisión acordó proponer a la Asamblea el cam-
bio de este nombre por el de Club Social del Progreso).
Como ya se adelantó, cuando se dice “miembros” se refie-
re a varones, adultos, constituyendo esta una caracterís-
tica distintiva de este tipo de asociaciones, los clubes. En
el caso del Club Social de San Juan, las mujeres, esposas,
madres o hijas de sus socios, podían ingresar sólo acom-
pañadas de los mismos y en ocasión de fiestas o activida-
des culturales.
b) Sede institucional
El Art. 2, habla de la sede societaria necesaria para el fun-
cionamiento del Club:
A este fin deberá tener un local central y adecuado,
donde instalarse cómodamente con todas sus de-
pendencias.
Para cumplir con este artículo, se adquirió una casa a
mediados de 1888. En referencia a esto “El ciudadano”
publicaba:
Casa para el Club – Ya ha sido comprada la casa del
señor Juan José Fernández, que fue de don Javier
Baca, para el Club Social San Juan, importando la
cantidad de once mil cuatrocientos pesos. La escri-
tura y la alcabala son por cuenta del Club.
Inmediatamente se dará principio a las pocas refac-
ciones que la casa necesita para que el Club pueda
instalarse. (07/05/1888)
Un mes después pareciera que el tema no termina de re-
solverse para luego, volver a referirse a las tareas necesa-
rias para ponerlo en funcionamiento:
¿Qué hubo del Club? - Mal síntoma. Reina un silencio
abrumador sobre el asunto. () Que la comisión en-
cargada de buscar casa desate el nudo gordiano ().
(El Ciudadano, 04/06/1888)
La casa del Club- Están bastante adelantadas las re-
facciones y nuevas construcciones que se hacen en la
casa del Club Social. (El Ciudadano, 16/07/1888)
El edificio, construido según los requerimientos de la
institución se concretó recién en 1922, sobre calle Rivada-
via frente a la Plaza 25 de Mayo, emplazamiento en el que
se encuentra hasta la actualidad. El edificio, “palacio”, en
palabras de Videla (1984) fue diseñado por el Arq. Molina
Civit y destruido por el terremoto de 1944. En cuanto a
las instalaciones, el Club disponía de diferentes espacios
y servicios: salones para eventos, un piano de cola, un bu-
fet, billares, una biblioteca y peluquería. Además, esta-
ban disponibles los ejemplares de la prensa local.
c) De la Comisión directiva, asambleas generales y
admisión de socios
A continuación, se presentan los artículos que norman el
funcionamiento institucional del Club:
“DE LAS ASAMBLEAS GENERALES
Art. 11. Toda votación para elegir será secreta.
Art. 12. En las asambleas generales no se resolverá
sino los puntos relativos a proposiciones sometidas
por la C.D [Comisión Directiva]. Sin embargo, cual-
quier socio podrá en Asamblea General hacer mocio-
nes, las que siendo apoyadas por la tercera parte de
los presentes pasarán a la Comisión Directiva para
ser consideradas en sesiones particulares siempre
que fueren de su competencia y para proponerlas a
una nueva Asamblea si no lo fueren.
“DE LA COMISION DIRECTIVA
Art. 14. El Club será representado por una Comi-
sión Directiva compuesta de once socios fundado-
res, con las denominaciones siguientes: Presidente
- Vice-Presidente 1°, Vice-Presidente 2°- Secretario
- Sub-Secretario - Tesorero - Sub-Tesorero y cuatro
vocales.
Art. 24. Se prohíbe a los miembros de la Comisión
Directiva bajo pena de expulsión dar explicaciones
individuales sobre deliberaciones que en ella tengan
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131Luna | Campo político y capital social. La creacn del “Club Social” en la provincia de San Juan
ARTÍCULOS JÓVENES
lugar y dar a conocer su voto en lo relativo al rechazo
o admisión de candidatos o familias.
Art. 25. La C.D. tiene facultad para retirar el diploma
a todo socio o transeúnte que por causas fundadas
se haya hecho inconveniente a la buena marcha del
Club. Esta resolución será sancionada por tres cuar-
tas partes de los presentes, previa citación de toda la
Comisión Directiva.
Art. 26. La Comisión Directiva tiene la representación
de esta asociación y previa consulta a la Asamblea,
podrá adquirir bienes inmuebles, venderlos o gravar-
los. Podrá también contraer obligaciones á plazo y a
nombre de la asociación; pero si la obligación no ex-
cediera de mil pesos, procederá sin consulta previa.
Art. 27. La Comisión Directiva durará en sus funcio-
nes dos años, y será renovada cada año en la forma
siguiente: el primero cinco titulares designados á la
suerte. El segundo año los restantes.
“DE LOS SOCIOS”
Art. 28. Habrá dos clases de socios, fundadores y
contribuyentes.
Art. 29. Para ser socio fundador se requiere:
1° Ser mayor de edad.
2° Gozar el candidato y su familia de buena reputación.
3° Ser presentado por tres socios del Club que lo sean
por lo menos de un año antes.
Art. 30. El título de socio y los derechos inherentes
son intrasmisibles.
Art. 31. La presentación de socio se hará por medio
de nota firmada y dirigida al Presidente en la cual
los proponentes aseguren que el propuesto reúne las
condiciones expresadas en el art. 27. Los nombres
del propuesto y de los proponentes serán fijados en el
salón de lectura durante siete días consecutivos. Los
socios proponentes estarán obligados á dar á la C. D.
los informes que se le exijan á cerca del candidato y
su familia. Si resultare que no conoce personalmente
al propuesto y su familia, perderán por el término de
dos años el derecho de presentar nuevos socios (El
ciudadano, 12/04/1888).
Respecto de la admisión de socios, este anteproyecto es-
tablece:
Art. 32. Después de transcurridos los siete días fi-
jados anteriormente, el Presidente convocará á la
C.D. para resolver sobre la admisión, expresando el
nombre del candidato. La votación será secreta por
medio de bolillas blancas y negras. Un tercio de votos
negativos de los miembros presentes importará el re-
chazo del candidato.
Art. 35. Cada uno de los socios recibirá un diploma
firmado por el Presidente, Secretario y Tesorero,
que lo acredite ser miembro del Club (El ciudadano,
12/04/1888).
Este conjunto de artículos pone en evidencia aquello que
se considera imprescindible para garantizar el fin de la
asociación: la sociabilidad. De esta manera se prevé el
comportamiento esperado de sus socios, así como el tipo
de conlictos que podrían erosionar esa sociabilidad. En
este sentido, el artículo 24 es concluyente al establecer la
prohibición de expresar las razones discutidas por fuera
de la Comisión Directiva en relación al rechazo o acepta-
ción de cualquier candidato a socio del club.
Otro rasgo de características similares se plasma en el
artículo 26, que permite a la Comisión Directiva, con la
correspondiente consulta a la Asamblea, adquirir o ven-
der bienes inmuebles o pedir préstamos para cualquier
finalidad. Este aspecto marca, además, la autoridad eje-
cutiva otorgada a la Comisión Directiva.
Las condiciones establecidas en los artículos 29 y 31, hacen
referencia a la necesidad de establecer mecanismos de
distinción” moral respecto de otros agentes sociales, ex-
presada a través de la categoría “buena reputación”. Cua-
lidad no solo aplicable al candidato sino a toda su familia
y condición que habilita, en caso de ser necesario (es de-
cir, si se tuvieran dudas), a pedir la información pertinen-
te para evaluar su aceptación o rechazo. De esta manera,
el capital en juego es de especie social y busca preservar el
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ARTÍCULOS JÓVENES
prestigio y la condición social de la clase y, con ello, la del
Club como asociación estamental. Este punto de vista se
reafirma con la condición a cumplir de que el nuevo “can-
didato a socio” debe ser presentado por otros tres socios
que posean una antigüedad mínima de un año, poniendo
de manifiesto la legitimidad de los proponentes.
d) Derechos y obligaciones
Respecto de los derechos y obligaciones de los socios, el
artículo 30 limita esos derechos sólo a su poseedor. Es
decir, son intransferibles. Los derechos tienen como con-
traparte, obligaciones, entre ellas, el pago de las cuotas
mensuales, incumplimiento penado por el Estatuto.
Art. 36. Los socios tendrán derecho á:
1° La entrada libre á los salones durante las horas fi-
jadas;
2° Concurrir á todas las fiestas que celebre el Club.
La Comisión Directiva puede negar la entrada a ellos
en el caso que sus mensualidades no estén completa-
mente satisfechas.
3° Solicitar tarjetas para transeúntes.
4° Presentar candidatos para socios (El ciudadano,
12/04/1888).
La selección de artículos publicada por El Ciudadano
permite observar la forma en que un grupo de agentes
que se consideran de la misma clase, nucleados en una
asociación, busca consolidar, homogeneizar y construir
distinción. Motivos que, sin lugar a duda, alimentaron la
creación y mantenimiento de dicho Club. Si bien es ver-
dad que solo los varones de este sector podían ser socios,
esa membresía se hace extensiva a sus familias partici-
pando así de ese espíritu de sociabilidad.
Otro aspecto a destacar es la admisión de socios. Reali-
zada por mecanismos de elección y llevada a cabo por la
Comisión Directiva, busca anticiparse a comportamien-
tos nocivos que alteren la sociabilidad del Club, esto es,
garantizar la homogeneidad (pertenecer a la misma “cla-
se social) y a partir de allí, diferenciarse de otras clases.
Por otra parte, y al mismo tiempo, es el Club Social un re-
curso de adquisición de capital social para aquellos agen-
tes desprovistos o disminuidos de esa especie de capital.
5. Vida Institucional
En los primeros años de su creación, el Club Social ya
realizaba diferentes fiestas, reuniones “sociales”, y acti-
vidades culturales en sus salones.
Teniendo en cuenta a Bourdieu (1999), el Club Social de
San Juan podría ser la primera manifestación clara de
un proceso de distinción de clase. Esto es, de una clase
dominante-dirigente, emergente, no solo en la provincia
sino regional. Proceso de diferenciación que, si bien co-
mienza a gestarse antes de la creación del Club Social, y
se irá afianzando hacia los primeros años del siglo XX.
Todas las referencias encontradas en relación a las acti-
vidades realizadas en el Club Social remiten a reuniones
“sociales”, por ejemplo: en ocasión de los festejos de las
fiestas patrias o de Fin de año:
El baile del club - Ha sido el baile del Club Social San
Juan, en la noche del domingo, una fiesta que hará
época en los recuerdos sociales de estos últimos años.
El arreglo y adorno de la casa; la concurrencia nu-
merosa y selecta; la animación satisfecha mantenida
con la distinción de nuestra sociabilidad; el servicio
oportuno y bien distribuido, y la mesa servida con
gusto, concurrían a hacer del baile una gran fiesta.
La Comisión Directiva del Club, así como las sub co-
misiones que han trabajado en los preparativos de
esta fiesta, deben sentirse satisfechas del resultado
de su obra; y más aun con la grata impresión que
todos los concurrentes han llevado de la fiesta. (La
Unión, 27 de mayo de 1890)
Club Social - La comisión directiva de este centro ha
dispuesto dar una tertulia a las familias de los socios
el domingo próximo, con motivo de la terminación
del presente año”. (La Unión, 27 de diciembre de 1899)
Club Social - Sabemos que se dará un baile el próxi-
mo 9 de Julio, y de acuerdo con sus estatutos solo se
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ARTÍCULOS JÓVENES
invitará a los socios y familia de los fundadores. (La
Unión, 27 de junio de 1900).
Según Videla (1956), las fiestas del club social se espe-
raban con mucha expectativa. La distinción de clase se
observa también en el uso de adornos y la vestimenta de
mujeres y niñas, pero también de los varones:
(…) encargaban a sus parientas en Buenos Aires, con
tres meses de anticipación, catálogos, telas, adornos
y fantasías para sus toilettes, confiadas en definitiva
casi siempre a costureras o modistas locales, y reser-
vaban con mucha antelación turnos con “mademoi-
selle” Esquilache, afamada peinadora de primorosos
jopos y bucles. Los caballeros extraían del fondo de
antiguos arcones o de novísimos guardarropas, la le-
vita o el frac (). Los mozos tejían dorados proyectos
alrededor del primer traje de etiqueta; el ancho y la
caída del pantalón, las puntas de las solapas, el largo
de las mangas, la camisa y el cuello de plancha, los
zapatos de charol (…) (p. 108).
Pero no serán las “fiestas” o bailes, el único motivo de
encuentro social. Las veladas musicales tienen su pro-
tagonismo. En ellas, generalmente acompañadas de sus
maestros (profesionales destacados de la música local)
las “señoritas” de las familias distinguidas mostraban su
arte. Podría concebirse así el lazo estrecho entre la prác-
tica del arte y la distinción de clase.
Pero la vida social del Club, más allá de los esfuerzos es-
tatutarios, no estará exenta de los conlictos derivados
de la participación política y los enfrentamientos entre
rivales que se extienden a las familias. Un artículo publi-
cado en el diario La Provincia, de 1906 dice:
Sociedad Literaria Musical. Velada en el Club Social -
La velada que antenoche tuvo lugar en los salones del
Club Social, no ha correspondido a los propósitos de la
Comisión Organizadora de la fiesta ni a la expectativa
de nuestra culta sociedad.
Hubo escasísima concurrencia de familias, notándo-
se la ausencia de las más puntuales a los festivales
anteriores, hecho que encontramos absolutamente
injustificable.
Como se sabe, esta velada debió tener lugar el Sába-
do de Pascuas, y a estar a informaciones recibidas,
fue suspendida porque algunas damas y señoritas,
que tenían rol en la parte literaria, así lo solicitaron
por falta de preparación.
A la vez que esto ocurría, circulaba la versión de que
la tertulia se postergaba para hacerla coincidir con la
supuesta llegada a esta del Gral. Godoy y celebrarla
en su honor.
El segundo anuncio del baile se hizo con la antici-
pación necesaria. La Comisión, pues, no sabe a q
atribuir la inconcurrencia de familias a esta fiesta
inaugural de la temporada.
A este respecto ha corrido también otra versión. El
circulillo dirigido por el juez Lima, que se encargó
de boicotear la tertulia de Carnaval realizada en el
mismo Club, por el hecho de figurar entre los invi-
tantes, a pedido de la comisión, el nombre del Coro-
nel Carlos Sarmiento, haciendo política de todo, es
el mismo que ha producido el fracaso que con razón
se lamenta.
Todos estos hechos acumulados y el reciente acon-
tecimiento han originado seguramente un profundo
malestar social, que traerá, a no dudarlo, divisiones
entre familias y acaso la descomposición mañana de
esta sociedad, lo único que había dejado en pie la po-
lítica de intrigas y odios personales.
Son las consecuencias inmediatas de la funesta pro-
paganda de esos detractores de la sociedad, que pre-
tenden hacerla servir de instrumento para sus ven-
ganzas, llegando, en su ofuscamiento, a explotarla
como elemento político.
Ya aparecerán otros productos nocivos del mismo
árbol. Pero ha de oponerse la tradición incólume de
este pueblo, que no puede borrar una camarilla polí-
tica, porque hay padres de familia honorables y una
juventud distinguida que vengará la burla, el boico-
teo, la ofensa inferida a la sociedad.
Tan severa lección ha de servir para que alguna vez
hagamos distinciones y separemos la buena de la
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ARTÍCULOS JÓVENES
mala semilla. Los boicoteros o vengadores políticos
han debido dejarse en el lugar que merecen.
La Sociedad Literaria Musical debe continuar con
sus veladas, segura del éxito más brillante en los fi-
nes progresivos que se propone. (La Provincia, 23 de
abril de 1906)
En terrenos civilizatorios, se podría aducir que, en esta
cita, se muestra una forma particular de abordar el con-
licto en los sectores dominantes. No en el sentido de la
violencia física sino en el terreno literario o discursivo.
Por ejemplo, en expresiones como “funesta propaganda”
o “productos nocivos del mismo árbol”, se estaría rele-
jando la intención del mensaje de clasificarlas como im-
propias a los modos de la clase.
De esta manera se explicita que la vida institucional del
Club no está exenta de los debates y altercados políticos.
Sin embargo, se proponen a las mismas soluciones civi-
lizadas que tienen como objetivo sostener la homogenei-
dad.
Por último, es posible observar también los esfuerzos
realizados en términos de expansión de la instituciona-
lidad y construcción de sociabilidad del Club Social, me-
diante la creación de una institución asociada:
Club Social - Así se denomina la asociación que ha
quedado fundada en Desamparados, formada por
varias personas honorables y en su mayor parte jóve-
nes del mismo departamento.
Los estatutos que regirán a esta asociación son los
mismos que rigen el “Club Social de San Juan”, con
algunas modificaciones en lo pertinente.
Se establecen dos clases de socios: fundadores y con-
tribuyentes.
Para ser socio fundador se requiere previamente el
abono de veinticinco pesos al ingreso y uno mensual
indefinidamente.
Los contribuyentes solo contribuirán con cinco pesos
al ingreso y un peso mensual, como los anteriores.
Hoy debe reunirse la comisión directiva provisoria
para nombrar lo que ha de quedar en propiedad. (La
Unión, 15 de octubre de 1895)
Club Social - En este centro últimamente fundado
en Desamparados, su presidente, secundado por va-
rios de los principales vecinos y socios a la vez, han
acordado se den periódicamente en su local, confe-
rencias esencialmente agrícolas, basadas en conoci-
mientos teórico prácticos.
Este paso, a no dudarlo, dará algunos beneficios a los
agricultores del departamento contando con el ge-
neroso concurso de los mejores viticultores, quienes
darán sus conferencias sobre las nuevas y más mo-
dernos procedimientos al estilo europeo usados en
la materia, demostrando los resultados alcanzados
en la práctica. (La Unión, 15 de octubre de 1895)
A modo de cierre
Al igual que otros casos analizados en la bibliografía, la
existencia del Club Social en la provincia de San Juan pa-
reciera haber contribuido a su objetivo: construir socia-
bilidad. La creación de este tipo de “clubes” y su distribu-
ción en el territorio nacional constituiría una evidencia
de la conformación de un sector de clase, burgués, naci-
do a la luz del circuito comercial colonial recuperado por
los criollos después de las guerras de Independencia. Y
que, cuando se erige en clase dirigente hacia las últimas
décadas del siglo XIX, busca desde su posición dominan-
te, legitimarse socialmente.
Como sostiene Videla (1981), a partir de la segunda mitad
del siglo XIX se produce un proceso de modernización
de la ciudad de San Juan, transformación que expresa
la evolución “de la aldea a la ciudad. En este proceso la
vieja ciudad irá mutando su fisonomía, dejando atrás su
forma colonial, para adornarse con lujosas mansiones
en cuyos salones podían encontrarse pianos de cola y
desarrollarse atractivas tertulias; una ciudad en que los
diferentes negocios agraciaban a una vigorosa ciudad
moderna.
Los documentos de la prensa relevados permiten mos-
trar como los “eventos sociales” (bailes, conciertos, ter-
tulias, fiestas de beneficencia, torneos de poesía, etc.),
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135Luna | Campo potico y capital social. La creacn del “Club Social” en la provincia de San Juan
ARTÍCULOS JÓVENES
constituyen una manifestación de ese cambio de época
y de la sociabilidad esperada en los albores del siglo XX.
Estos cambios parecieran ser el resultado de los esfuer-
zos desplegados por un sector de las clases dominantes,
que desde 1870 se convierte en dirigente para su legiti-
mación, pero también, dirá Elías (2009), son el producto
de la coerción social-estructural y mental producida por
el aumento de las relaciones de interdependencia de los
individuos en el proceso civilizatorio de San Juan en los
albores del siglo XX. Proceso que, a su vez, contribuirá
a establecer su hegemonía cultural y, con ello, a diferen-
ciarse de otros grupos sociales subalternos.
El análisis de los registros de la prensa escrita
5
, y te-
niendo en cuenta que sus socios van a pertenecer a los
diferentes agrupamientos políticos del período: el Club
Unión (de tendencia mitrista) y el Club del Pueblo (an-
tiguos elementos Regeneradores, y a quienes no se en-
rolaban como mitristas ni radicales), permite también
sostener que las disputas políticas entre fracciones van
a replicarse al interior del Club, pero su resolución no
será mediante la violencia, como en otras épocas, sino
que adoptarán otras formas: los conlictos se asocian a
la manera de conformar la Comisión Directiva que, por
Estatuto, debía renovarse por partes, cada dos años. En
este sentido, posicionarse en la dirección del Club per-
mitía tomar decisiones acerca de la aceptación o recha-
zo de nuevos socios, promover o apoyar actividades, etc.
Sin embargo, estos conlictos, ahora solapados, tienen la
función de evitar rupturas hacia adentro, preservando
las relaciones intraclases, más allá de la siempre convul-
sionada política provincial.
Estudiar una asociación de la sociedad civil sanjuanina,
partiendo del supuesto de que las instituciones repre-
sentan y contienen la historia y la memoria de las rela-
ciones sociales, ha permitido contribuir al conocimiento
de los mecanismos sociales que sustentan estrategias de
reproducción social (Bourdieu, 1999), en un espacio so-
cial como el de San Juan, situado (a diferencia del caso
5 A modo de ejemplo, “Club Social” (El Ciudadano, 18/03/1889), “In-
terés por el Club” (El Ciudadano, 18/05/1889), “Actualidad” (La Unión,
11/03/1890), “Sociedad Literaria Musical: Velada en el Club Social” (La
Provincia, 23/04/1906). Ver Anexo II.
estudiado por Losada), en los márgenes de los centros
de decisión política y económica nacional. En este sen-
tido, es posible considerar a esta forma asociativa como
un micro espacio social dónde lo que está en juego es un
capital específico: el capital social. Juego social que va a
contribuir a la consolidación de esa porción del espacio
social sanjuanino que concentrará los mayores volú-
menes de capital económico, cultural y social, y que se
asocia a las clases dominantes; microespacio en el que se
construye una identidad de clase que le permite a estos
agentes diferenciarse de otros grupos sociales que tam-
bién se encuentran en ese proceso. En este sentido parece
relevante la creación en 1875 de la Sociedad De Socorros
Mutuos “Obreros del Porvenir, y del Círculo de Obreros
Católicos ya en el siglo XX. Los objetivos e historia de
estas asociaciones, así como las relaciones que pudieran
mantener entre ellas, constituyen líneas de indagación
no exploradas hasta ahora en la provincia.
Bibliografía referenciada
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