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TRAMAS SOCIALES | Nº 01 | Año 01 | ISSN 2683-8095
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Gili Diez
Una de las características de los territorios es su
multidimensionalidad. En este trabajo y en relación
con nuestros objetivos, haremos foco en la dimensión
económica y formativa y su relación con las de territorio,
desarrollo e identidad. Ello implica comprender que:
Las disputas territoriales no se limitan a la dimensión
económica. Debido a que el territorio es una totalidad,
y multidimensional, las disputas territoriales se
desarrollan en todas las dimensiones, por lo tanto,
las disputas ocurren también en el ámbito político,
teórico e ideológico, lo que nos permite comprender los
territorios materiales e inmateriales (Fernandes, 2008,
p. 14).
Los chacareros de Médano de Oro han construido su
territorialidad principalmente a través de la relación social
trabajo, pero no únicamente. Si bien el conocimiento
productivo se ha construido generacionalmente a
través la división familiar del trabajo, el territorio como
espacio de vida es multidimensional. Esto signica
que no se agota en la dimensión económica e intentar
comprender la dinámica territorial sólo por las relaciones
de producción (por más dominantes que éstas sean) es
incurrir en un equívoco.
En la actualidad, y en el marco de un capitalismo
agrario avanzado, los horizontes de actuación de
las explotaciones chacareras han sufridos diversas
transformaciones de toda índole. Una serie de
elementos característicos de los chacareros son los que
les permiten sobrevivir ante la imposición de nuevas
reglas del juego
8
.
Algunas de estas cualidades se relacionan con una ética
del trabajo y un modelo austero de consumo (Balsa,
2009), la supervivencia de elementos típicamente
campesinos (Pardías, 2013), una tendencia sostenida al
8. Entre ellos, Pardías (2013) señala una “(…) socialización
en el oficio, la preservación del patrimonio a través del
matrimonio y formas de manejo de la herencia, así como
los arreglos inter- e intrageneracionales orientados a
sostener la propiedad de la tierra, así como la unidad en
producción y organizada en forma familiar.
ahorro constante y a la inversión cauta, un modo de vida
no orientado al lucro o la renta, la ausencia de cálculo
de los costos de su fuerza de trabajo (Kautsky, 1974), un
sentido de pertenencia de los miembros de la familia que
prescinde de la supervisión externa (Kautsky, 1974), que
se vincula directamente con sus expectativas fundantes,
en tanto sujetos sociales, de obtener ascenso social, la
importancia de las estrategias intergeneracionales de
traspaso de patrimonio (la herencia). Asimismo, una
mano de obra principalmente familiar y altamente
exible que les permite diversicar la producción y
reducir costos de producción y/o domésticos.
En la actualidad, la polaridad histórica y latente que
encarnan las fuerzas tradicionales del agronegocio, por
un lado, y de la pequeña producción agrícola, por otro,
se sostiene en nuevos espacios de conictualidad sobre
las estrategias de desarrollo rural, nos referimos a la
cuestión de modelo del desarrollo socio territorial en
disputa. Como sostienen Azcuy (2010) y Giarraca y Teubal
(2005), en nuestro país ya para los años ‘80 comienza a
tomar fuerza un modelo productivo conocido hoy como
“agronegocio”. Éste hegemoniza la estructura agraria a
mediados de los años ’90 reestructurando los territorios
locales de diversas maneras y subordinando otras formas
de producción agraria de forma tal que las pequeñas y
medianas explotaciones, que se enfrentan a dicultades
estructurales casi completamente infranqueables para
adaptarse a estos cambios, comienzan a desaparecer
exponencialmente.
El sentido de la disputa está en la esencia del concepto
de territorio, que contiene como principios: soberanía,
totalidad, multidimensionalidad, pluriescalaridad,
intencionalidad y conictualidad. De esta manera,
el capitalismo se establece como la consolidación
del territorio capitalista. Esta premisa que sostiene
Fernandes (2008) se observa en la estructura de la
producción espacial y territorial en el Médano de Oro,
absorbida por la lógica del capital y la racionalidad de
maximización de ganancias. El relato de uno de nuestros
entrevistados ilustra esta situación: “Encarar todas las
ncas como empresas (…) Si vos lo encaras como una
empresa podés crecer y te puede ir bien, pero en el