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TRAMAS SOCIALES | Nº 02 | Año 02 | ISSN 2683-8095
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Castillo
CIRCULACIÓN Y ACUMULACIÓN DE CAPITAL CIENTÍFICO EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL
DE SAN JUAN.
LOS CASOS DEL INSTITUTO DE AUTOMÁTICA Y EL DEPARTAMENTO
DE ELECTRÓNICA Y AUTOMÁTICA (1939-2015).
Castillo, Gonzalo Miguel
1
Valeria Gili Diez
1
1.Doctor en Ciencias Sociales por la UNCUYO. Becario
posdoctoral del Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas (CONICET) e Investigador del
Instituto de Investigaciones Socioeconómicas (IISE) de la
Facultad de Ciencias Sociales (FACSO) de la Universidad
Nacional de San Juan (UNSJ).
Recepción: 23/12/2019 | Aceptación: 11/06/2020
Resumen
Los estudios acerca del campo cientíco-universitario
argentino han ido adquiriendo una destacada relevancia
en los últimos lustros, conformándose como una
corriente de investigación en constante crecimiento.
En sintonía, los hallazgos comunicados en el presente
artículo se desprenden de una línea de conocimiento
que se viene desarrollando desde hace años en la UNSJ,
que analiza la estructura cientíca de dicha universidad.
A partir de un enfoque epistemológico-conceptual
que articula la perspectiva histórico-estructural
latinoamericana y el enfoque sociológico bourdiano,
el trabajo da cuenta de los modos de producción y
acumulación del capital cientíco en dos organismos
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Circulação e acumulação de capital científico na
Universidade Nacional de San Juan.
Os casos do Instituto de Automática e o Depar-
tamento de Eletrônica e Automática (1939-2015).
dedicados a la docencia universitaria y producción
cientíco-tecnológica de la UNSJ: el Instituto de
Automática (INAUT) y el Departamento de Electrónica
y Automática (DEA), ambos de la Facultad de Ingeniería
(FI). Se caracterizan, además, ambos espacios en clave
histórico-institucional, indagando acerca del capital que
en su interior transita y se acumula.
Dicho estudio, se erige desde el relacionismo
metodológico de Pierre Bourdieu, comprendiendo
la vinculación entre un momento objetivista y otro
subjetivista. El primero, orientado a entender la
conformación del capital acumulado por docentes-
investigadores que desarrollan sus actividades en
dichos espacios. El segundo, focaliza en las prácticas
que dichos académicos desarrollan en los espacios de
investigación.
Palabras clave:
Capital cientíco, Universidades Nacionales, CONICET,
Investigación, Docencia Universitaria.
Resumo:
Os estudos sobre o campo cientíco-universitário
argentino têm ido adquirindo uma notável relevância ao
longo dos últimos lustros, conformando-se como una
corrente de pesquisa em constante crescimento. Em
sintonia, os resultados comunicados no presente artigo
se desprendem de uma linha de conhecimento que se
vem desenvolvendo desde faz anos no âmbito da UNSJ,
focalizada analiticamente na estrutura cientíca dessa
casa de estudos.
Baseado em uma abordagem conceitual-epistemológica
que articula a perspectiva histórico-estrutural latino-
americana e a abordagem sociológica bourdiana, o
trabalho avança em dar conta dos modos de produção
e acúmulo do capital cientíco em dois organismos
dedicados à docência universitária e produção CyT
dependentes da UNSJ: o Instituto de Automática
(INAUT) e o Departamento de Eletrônica e Automática
(DEA), ambos com assento na Faculdade de Engenharia
(FI). Se caracterizaram ambos os espaços em chave
histórico-institucional, indagando acerca dos capitais
que em seu interior transitam e se acumulam.
Dito estudo, se erige desde o relacionamento
metodológico de Pierre Bourdieu, sendo compreendido
pela ligação entre um momento objetivista e outro
subjetivista. O primeiro, orientado a entender a
conformação do capital acumulado por docentes -
pesquisadores que desenvolvem suas atividades em tais
espaços. O segundo, focalizado nas prácticas que esses
acadêmicos desenvolvem nos espaços de pesquisa.
Palavras claves:
Capital Cientíco, Universidades Nacionais, CONICET,
Pesquisa, Docência Universitária.
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Introducción
Diversos estudios acerca de la estructura del campo
cientíco-universitario argentino han focalizado
en dimensiones tales como su institucionalización,
composición, devenir en diferentes procesos históricos,
junto a sus relaciones entabladas con diferentes
campos que componen al espacio social, entre otras.
Dichas investigaciones han adquirido una signicativa
relevancia a lo largo de los últimos lustros, a la vez que se
han ido nutriendo con enfoques teóricos particulares que
contribuyeron a complejizar y diversicar sus lecturas
analíticas. En apretadísima síntesis, cabe señalar que
la preocupación por estudiar el complejo cientíco y
tecnológico (CyT) argentino fue sistematizada en la
obra clásica de Enrique Oteiza (1992) y, posteriormente,
quien desarrolló una signicativa contribución a la
temática fue Diego Hurtado (2010). Asimismo, destacan
entre otras, dos corrientes de investigación en la materia
que se han venido desarrollando en el país, siempre en
articulación con diversos académicos latinoamericanos:
la primera, comprendida en el marco de los Estudios
Sociales de la Ciencia, siendo algunos de sus referentes
Pablo Kreimer (2010) y Hebe Vessuri (1983). La segunda,
que centra su lente analítica en el abordaje de las
trayectorias y dinámicas de organismos CyT, a partir
de un enfoque epistemológico-conceptual que articula
la perspectiva histórico-estructural latinoamericana y
el enfoque sociológico bourdiano (Beigel et al., 2018;
Bekerman, 2018; Vasen, 2013; Albornoz y Gordon, 2011;
Buchbinder, 2010; Lugones y Hurtado, 2010; Myers,
1992, entre otros).
En sintonía con esta última, en el marco de la Universidad
Nacional de San Juan (UNSJ) desde hace años se viene
desarrollando una línea de conocimiento que analiza la
estructura cientíca de dicha casa de estudios (PROJOVI
2015-2017 Res. Nº: 0338/FCS/2016; PICT 2018-2019 Res.
Nº: 310-18; CICITCA 2018-2019 Res: 021/28-CS), de la
cual se desprenden los resultados presentados en este
artículo. Ella, entre sus hallazgos más signicativos, da
cuenta de cómo el circuito académico de la provincia de
San Juan –en el cual se inserta la UNSJ como institución
que concentra el grueso de los recursos y personas
dedicadas a la producción CyTno estuvo exento de la
dinámica global que impactó sobre el campo cientíco-
universitario nacional.
En cuanto a la mencionada institución universitaria, la
investigación fue incorporada a sus funciones centrales
desde su creación en mayo de 1973, la cual se sostuvo en
gran medida a partir de la tradición de algunas unidades
dedicadas a las actividades CyT preexistentes en la
provincia, cuyas disciplinas de origen se vinculaban a las
así llamadas “ciencias duras”. En efecto, desde el año
1939 tenía asiento en San Juan la Facultad de Ingeniería,
Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, organismo que
en un principio pertenecía a la Universidad Nacional
de Cuyo, aunque fue incorporada a la UNSJ a partir
de su institucionalización. De ahí que ciertos espacios
de investigación integrados a la universidad pública
sanjuanina comenzaran prontamente a cosechar
signicativas cuotas de reconocimiento.
Ahora bien, al poco tiempo de ser creada esta
universidad irrumpió en la vida democrática argentina
la dictadura cívico-militar iniciada en 1976
1
que, a tono
con el resquebrajamiento de la autonomía académica
en todo el campo cientíco-universitario nacional,
ejecutó múltiples dispositivos de persecución ideológica
y represión de docentes, investigadores, como también
de estudiantes. Entre otras cosas, ello generó en el seno
de la UNSJ una suerte de desmantelamiento selectivo
de unidades y áreas completas de investigación,
afectando principalmente a las ciencias sociales. Tras
1. Dicho gobierno de facto, junto al despliegue de sus
conocidos actos de censura, persecución y terrorismo de
Estado, en materia específica de política CyT, desplegó
un proceso de transferencia de recursos propios de las
universidades nacionales hacia el Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Ello, por
un lado, coadyuvó a que dicho organismo proliferara de
modo descentralizado a partir de la creación de institutos
de investigación en diferentes provincias, y por otro,
erosionó gravemente la partida presupuestaria destinada
a las universidades nacionales, disminuyendo del 26% en
1975 al 7% en 1983 la denominada Finalidad 8 Ciencia
y Técnica del Presupuesto General de la Administración
Nacional (PGAN). Ver más en Bekerman (2018).
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la recuperación de la democracia en el año 1983, en
sintonía con el conjunto de universidades nacionales
argentinas, tuvo lugar en dicha casa de estudios un
proceso de reinstitucionalización y regulación de la
función de investigación el cual fue materializado por
medio de la implementación de políticas promocionales,
la creación de unidades de investigación, el crecimiento
de equipos de trabajo e incorporación, como también
promoción de investigadores del CONICET en áreas
“tradicionales” como las ingenierías, ciencias exactas y
naturales (Algañaraz, 2020).
Sumado a ello, sus capacidades de investigación
alcanzaron un relativo aanzamiento durante
décadas recientes, fundamentalmente por efecto de
instrumentos de política cientíca pública y nacional
como el “Programa de Incentivos a Docentes-
investigadores” (PROINCE) y la Carrera del Investigador
Cientíco (CIC) del CONICET. Ahora bien, este inusitado
crecimiento, desplegado esencialmente entre los años
2003-2015, se ha caracterizado por la cristalización
de una heterogeneidad asimétrica en el orden de las
diversas disciplinas que integran a la UNSJ, manteniendo
inalterables sus históricas relaciones de fuerzas.
Aquellas research capacities, tendieron a concentrarse
nuevamente en torno a las ingenierías, ciencias exactas
y naturales, fortaleciéndolas de manera diferencial
respecto a las ciencias sociales y humanas.
En efecto, actualmente el 60% de los Institutos de
Investigación, junto a cinco de las seis Unidades
Ejecutoras de Doble Dependencia UNSJ-CONICET
tienen asiento en las Facultades de Ingeniería y Ciencias
Exactas. En dicha universidad, además, se desempeña
un reducido y selecto conjunto de “especialistas”,
los cuales compondrían una especie de cúspide del
espacio cientíco que representa un 18% del corpus de
docentes-investigadores. Ellos se caracterizan por ser
investigadores full-time con dedicaciones exclusivas y/o
docentes universitarios con antecedentes sucientes
para dirigir y evaluar tanto proyectos de investigación
acreditados de carácter intra o extra universitario como
a becarios e investigadores del CONICET. Dicho grupo
lo integran quienes han ingresado a la CIC del Consejo
y/o han accedido a las categorías I y II del PROINCE.
Conjuntamente y de manera análoga a la distribución
de los espacios de investigación, el 57% de aquellos
desarrolla sus actividades CyT en Unidades Ejecutoras
de Doble Dependencia UNSJ-CONICET o en otros
institutos pertenecientes a las Facultades de Ingeniería
y de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (Algañaraz,
2020 y Algañaraz y Castillo, 2018).
Sumado a todo lo señalado, el presente artículo procura
brindar aportes a dicha línea de conocimiento centrando
su lente analítica en dos organismos dependientes de
la UNSJ en los cuales son desplegadas actividades CyT
como también de docencia: el Instituto de Automática
(INAUT) y el Departamento de Electrónica y Automática
(DEA), dependientes de la Facultad de Ingeniería (FI).
Ambos espacios cuentan en su haber con una extensa
trayectoria en investigación y enseñanza tanto de grado
como de posgrado, presentando también, planteles
de docentes-investigadores con una signicativa
proporción de categorizados en los escalafones más
altos del PROINCE o incorporados a alguno de los
instrumentos de promoción CyT del CONICET (becas de
posgrado o Carrera del Investigador Cientíco). Aquello,
les ha permitido dirigir proyectos de investigación
acreditados ya sean de carácter nacional o internacional,
como también formar nuevas vocaciones cientícas.
Lo anterior dicho, ha coadyuvado a que tanto el INAUT
como el DEA asuman posiciones al interior de la UNSJ
caracterizadas como prestigiosas (Castién Maestro,
2004). Ello, motoriza a interrogarnos lo siguiente: esta
histórica acumulación diferencial de research capacities
desplegada por aquellas unidades en particular, ¿ha
contribuido a generar una especie de “elite” o grupos de
académicos privilegiados al interior de la UNSJ? Ahora
bien, dichos conjuntos de docentes-investigadores ¿se
constituyen como elites en sí mismos, o más bien cómo
grupos dominantes al interior de la universidad?
De allí es que surge el interés por indagar acerca del
proceso de institucionalización de dichos organismos y
su devenir a través de diversos procesos históricos que
fueron demarcando tanto a la política CyT nacional,
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como a los diferentes modos en que sus docentes-
investigadores tienden a acumular y a reproducir cuotas
especícas del capital cientíco. Para ello, fueron
recuperadas desde el enfoque sociológico bourdiano
(Bourdieu y Wacquant, 1995), algunas categorías
conceptuales tales como campo cientíco, capital
cientíco, estrategias, entre otras. Ellas se trabajaron
desde un posicionamiento no canónico, a modo de
caja de herramientas, atendiendo a las diferencias
maniestas entre su contexto de producción y el objeto
de estudio abordado en este artículo. Así también,
fueron articuladas de modo reexivo con la categoría
conceptual de elite trabajada por Monique de Saint
Martín (2001) y revisitada por Paula Canelo (2011),
Victoria Gessaghi (2012), entre otros.
Queda por mencionar que el artículo se encuentra
estructurado del siguiente modo: una primera parte en
la que se da cuenta de las categorías conceptuales a las
cuales se ha recurrido para el despliegue de la lectura
analítica en el presente estudio. Una segunda en la
cual se avanza en torno a la metodología, explicitando
la opción por el relacionismo metodológico bourdiano
(Bourdieu y Wacquant, 1995), el diseño de la entrevista
en profundidad como principal fuente recolección
de datos correspondiente al acceso etnográco,
junto a la descripción de los perles de docentes-
investigadores que comprendieron el corpus de
entrevistados. Al interior del tercer y cuarto apartado
son caracterizados, en clave histórico institucional, el
Instituto de Automática, así como el Departamento
de Electrónica y Automática avanzando, además,
en la institucionalización del Gabinete de Tecnología
Médica. Finalmente, en el quinto apartado se trabaja
sobre el capital circulante en dichos organismos, como
así también los modos de acumulación y, además, de
reproducción efectuados por los agentes que transitan
en las unidades estudiadas.
Notas acerca del campo científico y sus capita-
les en disputa desde la reflexividad bourdiana.
La categoría conceptual de campo, desde el enfoque
bourdiano, en líneas generales puede ser entendida
como una red de relaciones entre diversas posiciones
denidas en las determinaciones que imponen a
sus ocupantes, tanto por su situación respecto a la
estructura de distribución del capital, como también
por las relaciones que establecen con el resto de las
posiciones. De allí que para su conformación precise
tanto de un capital en particular, desigualmente
distribuido, como de las luchas libradas entre diversos
agentes en función de su apropiación. En efecto, es un
“espacio de conictos y competición, en analogía con un
campo de batalla en el que los contendientes rivalizan
por establecer un monopolio sobre el tipo especíco de
capital eciente en él” (Bourdieu y Wacquant, 1995, p.
24).
En sintonía con ello, Bourdieu (2003) focaliza su
desarrollo conceptual en la noción de campo cientíco,
señalando cómo los agentes (cientícos aislados,
equipos y laboratorios), denidos por su volumen y
estructura de capital especíco, determinan el estado
de las fuerzas ejercidas sobre la producción y las
prácticas de dichos investigadores. Ellos disputan,
además, el monopolio de la autoridad cientíca, capital
cuya acumulación es otorgante de facultades tanto
para establecer una denición de ciencia como también
para describir sus modos legítimos de realización,
entre otras cosas. De allí que, en la estructura del
campo cientíco, sean recurrentes las relaciones de
fuerzas, monopolios, luchas, estrategias e intereses
particulares. Dicha categoría conceptual establecería
una ruptura epistémica con la visión irénica subyacente
al concepto de comunidad, el cual referencia a procesos
de intercambios frecuentemente realizados en clave
de armonía, voluntad o cuasi solidaridad. En efecto, es
Bourdieu (2003) quien discute aquella noción señalando
que “choca con los hechos: lo que se observa son unas
luchas, a veces feroces, y unas competiciones en el
interior de las estructuras de dominación” (p.84).
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Ahora, a partir de repensar de modo reexivo aquellas
categorías, diversos estudios (Algañaraz, 2020;
Beigel at al. 2018; Beigel, 2016 y Bekerman, 2018)
han señalado cómo el campo cientíco-universitario
público argentino, se ha ido constituyendo a partir de
la institucionalización de diversos organismos estatales
(o institucionalmente vinculados al Estado) dedicados
a la actividad CyT, en conjunción con el sistema de
universidades nacionales del país. De allí que la UNSJ,
organismo que nuclea las unidades analizadas en este
trabajo, se erija como una institución integrante de
aquel campo especíco.
En cuanto a dicho campo, hacia el interior de sus
fronteras, los agentes que en él ocupen una posición
especíca (ya sean como dominantes o dominados)
desarrollarán determinadas estrategias tendientes
a la acumulación del capital en disputa. De hecho,
el sociólogo francés dene dos tipos principales de
estrategias de acumulación de capital cientíco,
correspondientes con la posición ocupada por el
agente hacia el interior del campo: de subversión y de
conservación. Las primeras, frecuentemente vinculadas
a los “pretendientes o recién llegados”, procuran crear
un orden cientíco herético, rompiendo los contratos
aceptados por otros agentes insertos en el campo. Por
su parte, las estrategias de conservación se orientan a
perpetuar el orden cientíco establecido, siendo quienes
las despliegan parte interesada (Bourdieu, 2003).
Queda por señalar que aquellas luchas, dinamizadas
por estrategias de acumulación de capital especíco,
responden a una illusio o interés especíco como el:
Reconocimiento tácito del valor de las apuestas
propuestas en el juego y como dominio práctico de
las reglas que lo rigen. Además, este interés especíco
implícito en la participación en el juego se diferencia de
acuerdo con la posición ocupada en el juego […] y según
la trayectoria que conduce a cada participante a esa
posición (Bourdieu y Wacquant, 1995, p.80).
El campo cientíco, además, se encuentra interpelado
por constantes presiones externas provenientes de
diversos campos, conllevando a una permanente
relativización de su autonomía. Respecto a ella Bourdieu
(2003) explica que “el campo es relativamente autónomo
respecto al universo social que lo rodea equivale a decir
que el sistema de fuerzas que constituye la estructura
del campo (tensión) es relativamente independiente
de las fuerzas que se ejercen sobre el campo (presión)”
(p.87).
Ahora bien, aquellas presiones generadas por otros
campos producen atravesamientos de las fronteras,
trastocando tanto las relaciones como las posiciones
de los agentes que transitan en él. En suma, la
complejidad que caracteriza al campo se conforma por
las mencionadas presiones exteriores y “por el estado
de las relaciones de fuerza entre los protagonistas de la
lucha […] es decir por la estructura de la distribución del
capital especíco” (Bourdieu, 1994, p.141). Es relevante
destacar que tanto las formas de estructurar y distribuir
los capitales especícos, así como las estrategias que
los agentes practican para acumularlos y/o consolidar
sus posiciones están determinadas por los procesos
históricos que han ido delimitando las condiciones
objetivas de dicho campo.
Para este trabajo, en particular, las presiones externas
adquieren una signicativa relevancia analítica, en
tanto fuerzas intervinientes en el devenir del INAUT y
el DEA, que han ido repercutiendo en las dinámicas de
acumulación de capitales especícos asumidas por sus
docentes e investigadores Así, diferentes presiones de
campos externos tales como “los avatares políticos de la
región y la emergencia de los regímenes autoritarios tras
los golpes militares, con la subsiguiente intervención
y ‘depuración’ de las universidades, particularmente
en el Cono Sur” (Bruner, 2009, p.212) o, también, los
dispositivos propios de políticas nacionales como el
PROINCE y la CIC del CONICET han trastocado tanto la
estructura de dichos organismos como a los académicos
que en ellos transitan.
Como ha sido señalado anteriormente, la posición de los
agentes al interior del campo cientíco, en un principio,
estará signada mediante la lucha por la autoridad
cientíca, un capital especíco. Ahora bien, el capital
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cultural acumulado por dichos docentes-investigadores
asume, también, una potencialidad de reconversión en
capital cientíco (Bourdieu, 2003). Por ello, el capital
cultural en su modo institucionalizado acumulado por
dichos docentes-investigadores, su participación en
proyectos de investigación locales o colaborativos
regionales e internacionales, su incorporación en la
Carrera del Investigador Cientíco del CONICET o al
Programa de Incentivos a Docentes-investigadores, en
conjunto con sus diferentes instancias de formación/
movilidad regional o intercontinental dinamizarían,
entre otras cosas, sus procesos de delimitación de
estrategias orientadas a la acumulación del capital
cientíco.
En cuanto a la noción de elite, como categoría
conceptual empleada para el análisis de ciertos grupos
que acumulan el capital especíco de un campo
determinado, concentrando tanto prestigio como
privilegios reconvertibles en cierto poder decisorio, ha
sido ampliamente trabajada por Bourdieu y su equipo
(De Saint Martín, 2001 y 2006; Bourdieu y De Saint
Martín, 1998). En sus estudios Monique De Saint Martín
(2001), especícamente, avanza hacia una denición
de elites (en plural, argumentando que parecería
ser el término más neutro y el más utilizado en la
academia) que focaliza en aquellos grupos ubicados en
la cúspide de las jerarquías sociales, ejerciendo desde
sus posiciones diferentes funciones signicativas para
el grupo social, las cuales son valoradas y reconocidas
a partir de la obtención de ciertas ventajas, tales como
diferentes cuotas de prestigio junto a una sumatoria de
privilegios diferenciales. En efecto las elites, además de
concentrar el grueso del capital especíco en disputa,
son quienes ocupan las posiciones de poder en las cuales
se nuclean las tomas de decisión y de inuencia que irán
determinando el devenir de un espacio en particular.
Aquellos grupos reducidos, según la socióloga francesa,
estarían constituidos por miembros que han sido
dotados, en principio, por cuotas especícas de lo
que Bourdieu (2011) ha denido como los capitales
más signicativos para las sociedades occidentales:
el económico y cultural. De allí que “un origen social
elevado, la antigüedad de pertenencia a la burguesía,
facilitan ampliamente el acceso a los grupos dirigentes
[…]” (De Saint Martín, 2001, p. 62). En sintonía con ello,
el peso otorgado por haber transitado en instituciones
de formación
2
que acumulan un prestigio diferencial, a
las cuales acceden una marcada minoría de estudiantes,
coadyuvaría también a la apropiación y concentración de
dichos capitales. Aquellas instituciones se caracterizan,
en una primera instancia, por su posición relevante en
el campo educativo, junto a las relaciones que logran
entablar con organismos particulares de diferentes
campos y, en una segunda, tanto por sus modos de
formación como por los procesos de socialización en
ellas motorizados, que contribuyen a la incorporación
de un capital social indispensable para los integrantes
de elites.
La cuestión de las elites también ha sido abordada
en Argentina desde diversas líneas de investigación,
entre otras destacan los estudios desarrollados por
Paula Canelo (2011a, 2011b) que focalizan tanto en la
conguración y las transformaciones recientes de las
elites políticas argentinas, como también en los procesos
de profesionalización de quienes ejercieron diferentes
funciones políticas entre los años 1973-1989. Otros
trabajos dan cuenta de la complejidad de conceptuar,
denir y delimitar grupos de elites en Argentina.
Al respecto, Victoria Gessaghi (2012) señala que las
familias tradicionales o patricias necesitan legitimar
“sus posiciones en una sociedad que no reconoce
prerrogativas heredadas” (p. 67). Asimismo, sostiene
que, si bien la así denominada “clase alta” argentina
logró consolidarse como elite política y económica
durante la primera mitad del siglo XX, fue en el mismo
contexto cuando tuvieron lugar procesos históricos
tales como las rebeliones radicales, la sanción de la Ley
Sáenz Peña, y el surgimiento del peronismo, que fueron
poniendo en constante discusión la legitimidad de la
concentración del poder en aquellos reducidos grupos
hegemónicos.
2. Para el caso francés, la autora hace referencia
específicamente a las grandes écoles.
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Estudios como el de Alicia Méndez (2012) señalan, a su
vez, que en Argentina serían conformadas, perdurando
hasta la actualidad, instituciones educativas de carácter
elitistas, fuertemente atravesadas por una idiosincrasia
meritocrática, como es el caso del Colegio Nacional de
Buenos Aires (CNBA) fundado por Bartolomé Mitre en
1863. En efecto, la política educativa de Mitre, en parte
estuvo centrada en la direccionalización del erario hacia
la creación de Colegios Nacionales en el territorio del
país, destinados a instruir a una elite política dirigente
encargada de transitar y administrar las instituciones
constituyentes del reciente Estado argentino, siendo el
CNBA el establecimiento insignia. De allí, sus egresados
históricamente ocuparían “lugares de primer nivel en
la vida institucional, académica y cultural del país”
(Méndez, 2012, p.108).
De todo lo dicho es que surge el interés por indagar si
espacios de enseñanza, aprendizaje y de producción CyT
como el INAUT y el DEA, dependientes de la Facultad
de Ingeniería (la más antigua de la UNSJ y que, junto a
la Facultad de Ciencias Exactas concentran el grueso de
los espacios de investigación, las Unidades Ejecutoras
de Doble Dependencia CONICET-UNSJ, los proyectos
de investigación acreditados, como así también los
investigadores insertos en la CIC del CONICET y los
categorizados en el PROINCE), se erigirían como
organismos en los cuales cierto grupo dominante o
elite transita, acumula y a su vez reproduce el capital
especíco disputado tanto en el campo cientíco-
universitario argentino, como en el circuito académico
sanjuanino y, especícamente, en dicha institución
universitaria.
Circulación y acumulación del capital científico
en el INAUT y el DEA como objeto de estudio.
Caracterización del acceso metodológico.
Estudios anteriores (Algañaraz, 2020) señalan como
la investigación ha sido incorporada a las funciones
centrales de la UNSJ desde su institucionalización
en el año 1973 y, a su vez, dicha casa de estudios ha
logrado concentrar el grueso de las capacidades de
investigación radicadas en San Juan. En efecto, si bien
en la provincia cuyana también se han emplazado sedes
de organismos CyT, tales como el Instituto Nacional de
Tecnología Agropecuaria (INTA), el Instituto Nacional
de Tecnología Industrial (INTI), el Instituto Nacional
de Prevención Sísmica (INPRES), como también
una institución universitaria de gestión privada: La
Universidad Católica de Cuyo (UCCuyo), es en la UNSJ
donde más del 90% de los docentes-investigadores
categorizados en el PROINCE, los investigadores
insertos en la CIC del CONICET y los becarios de dicho
Consejo desarrollan sus actividades cientícas. Así
también, las seis Unidades Ejecutoras y de Servicio
que constituyen el Centro Cientíco Tecnológico de
CONICET en San Juan adscriben su doble dependencia
con la universidad pública sanjuanina (Algañaraz, 2019).
Todo ello daría cuenta de cómo dicha casa de estudios
se consolidaría a modo de un espacio central para la
circulación, acumulación, reproducción y, también,
delimitación de la estructura del capital cientíco. Ahora
bien, tal como los estudios precitados, junto a la línea de
investigación a la cual adscribe este trabajo han venido
señalando, la acumulación y distribución de dicho capital
ha asumido un carácter diferencial al interior de las
diferentes unidades académicas y de investigación de la
UNSJ, entre las cuales tanto el DEA y el INAUT, a partir
de sus cuerpos de docentes-investigadores, becarios,
tesistas, proyectos de investigación acreditados,
producción cientíca publicada, como también los
vínculos entablados con diferentes organismos CyT
nacionales e internacionales, se han ubicado en
posiciones de privilegio. De allí que la construcción del
objeto de estudio del presente artículo avance en torno
a los diferentes modos de circulación y acumulación
del capital cientíco en tales unidades de docencia e
investigación, focalizando en cómo contribuyen a ello,
la incorporación y devenir en la institución, junto a las
prácticas de publicación de la producción cientíca de
sus docentes-investigadores.
En el plano metodológico, el trabajo se estructura
como un estudio de casos de nivel analítico, el cual se
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erige sobre el relacionismo metodológico bourdiano
(Bourdieu y Wacquant, 1995) procurando avanzar
sobre aquellos monismos metodológicos que arman
prioridades ontológicas ya sean en lo colectivo (objetivo)
o en lo individual (subjetivo) y, de ese modo reconvertir
tales modos de existencia de lo social en momentos
integrados en un análisis relacional. A partir de ello,
durante la instancia objetivista son caracterizados los
procesos históricos/institucionales de los organismos
en estudio a n de dar cuenta, en cierto modo, de sus
condiciones objetivas actuales, contribuyendo a relevar
sus relaciones denidas, al tiempo que se reconstruye
aquella “partitura no escrita” tendiente a orquestar
las acciones de los agentes que en ellos transitan.
En sintonía con ello, la instancia subjetivista estuvo
focalizada en dar cuenta de la experiencia y las prácticas
desplegadas por los agentes que transitan por dichas
instituciones, a n de conocer sus disposiciones y tomas
de posición en instancias de acumulación, como así
también de reproducción de ciertas cuotas del capital
cientíco allí circulante.
Para el despliegue de la instancia objetivista fue
desarrollado un acceso de tipo socio-histórico,
orientado a la recolección y lectura analítica de diversos
documentos que permitieron conocer la organización
institucional, las funciones académicas, junto a los
objetivos en materia de producción CyT tanto del INAUT
como del DEA. Ello contribuyó a rastrear los procesos
históricos característicos de dichos organismos,
focalizando en las condiciones que materializaron sus
procesos de institucionalización, como así también los
modos en que fueron interpelados por las diferentes
políticas CyT desplegadas en el ámbito nacional. En
efecto, fueron recuperadas y analizadas diversas
normativas de la Facultad de Ingeniería en general
como de dichas unidades en particular, memorias
institucionales, junto a la clásica obra de la universidad
pública sanjuanina que da cuenta de su historia y
proyección (UNSJ, 1994); todo ello articulado con la
lectura reexiva de la literatura especializada.
La instancia subjetivista, además, fue desplegada
por medio de un acceso etnográco cuya técnica de
recolección de datos consistió en la entrevista en
profundidad
3
, la cual estuvo centrada en recuperar las
voces testimoniales de agentes que despliegan sus
tareas de docencia y producción CyT en los organismos
estudiados. Su administración estuvo efectuada en
base a un muestreo de tipo teórico (Glaser y Strauss,
1967) por medio del cual fue diseñado un corpus
muestral que puede ser organizado a partir de tres
grupos diferenciales, de acuerdo a los perles de los
entrevistados.
El primero de ellos conformado por docentes-
investigadores que al momento del desarrollo de este
trabajo se desempeñaban como directores de las
unidades analizadas. Sumado a sus funciones directivas,
estos agentes se desempeñaban como titulares de
cátedra en las carreras de grado dictadas en el DEA,
dirigían proyectos de investigación acreditados tanto
por la UNSJ como por otros organismos nacionales
(CONICET, ANPCYT, entre otros); así también
participaban de modo activo en la formación de
recursos humanos, dirigiendo becarios y tesistas de
grado y posgrado. Se tratan especícamente del Dr.
Ricardo Carelli (Investigador Superior de CONICET
con categoría I en PROINCE y Director del INAUT), el
Dr. Juan Pablo Gragna (Docente-Investigador con
categoría I en PROINCE y Director del DEA), junto a la
Dra. María Agustina Garcés (Docente-investigadora con
categoría III en PROINCE, Investigadora Asistente en
CONICET y Directora del GATEME).
Un segundo grupo de entrevistado constituido por
docentes-investigadores de las unidades analizadas.
Ellos se caracterizan por integrar equipos de
investigación que ejecutan proyectos acreditados en el
INAUT o el GATEME, conformar equipos docentes de
3.Cabe señalar que el equipo de investigación en el cual se
desempeña el autor cuenta con un banco de entrevistas en
profundidad en constante crecimiento, constituido por más
de una treintena de testimonios de agentes vinculados a
la función CyT tanto de la UNSJ como de la administración
provincial y nacional. De ellos, se ha recurrido a los más
pertinentes y, a su vez, también se fueron recuperando
nuevas voces testimoniales específicamente vinculadas a
la temática del trabajo aquí presentado.
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las carreras de grado del DEA, como así también dirigir
a becarios y tesistas tanto de grado como de posgrado.
Entre ellos se encuentran el Dr. Francisco Rossomando
(Investigador Adjunto en CONICET y Responsable del
Área de Investigación y Desarrollo del INAUT), el Ing.
Raúl Romo (Docente-investigador con categoría III en
PROINCE y profesor titular de la cátedra Instalaciones
Hospitalarias de la carrera Bioingeniería dictada en el
DEA), y el Mg. Jorge Sarapura (Docente-investigador
con categoría V en PROINCE y Jefe de Trabajos Prácticos
en la cátedra Electrónica I de la carrera Ingeniería
Electrónica dictada en el DEA).
Finalmente, un tercer grupo el cual lo integran becarios
doctorales y posdoctorales que cumplen sus funciones
en el INAUT. Ellos son jóvenes investigadores egresados
de las carreras de grado ofrecidas en el DEA, los
cuales aún se encuentran transitando por instancias
de formación en la investigación cientíca, siendo
incorporados a diversos escalafones del sistema de
Becas del CONICET. Se tratan del Dr. Claudio Rosales
(Becario posdoctoral de CONICET con lugar de trabajo
en el INAUT), el Dr. Diego Santiago (Becario posdoctoral
de CONICET con lugar de trabajo en el INAUT y Jefe de
Trabajos Prácticos en la cátedra de Complementos de
Informática de la carrera Ingeniería Electrónica dictada
en el DEA), y junto a ellos el Ing. Pedro Bocca (Becario
Doctoral de CONICET).
Ahora, al recurrir a un dispositivo de recolección de datos
como la entrevista en profundidad se ha trabajado con
especial rigor en función de advertir las diferencias entre
pre-construcciones de lenguaje propias del investigador
como de los entrevistados; procurando así trascender
tanto al etnocentrismo lingüístico, como también a
la imposición de nociones y categorías de la lengua
empleada por los sujetos (Bourdieu, Chamboredon y
Passeron, 2008). A partir de ello, el diseño de dicho
cuestionario semiestructurado estuvo focalizado
en tres grandes dimensiones orientadas a indagar
acerca de: a) la incorporación de los entrevistados a
las unidades en estudio; b) su devenir en las funciones
de docencia e investigación; y c) la circulación de su
producción cientíca publicada. De ello se advierte que
los testimonios recuperados tendieron a concentrarse,
en principio, en la exteriorización de las experiencias
de docentes-investigadores construidas sobre la base
de sus percepciones y posicionamientos en torno a su
tránsito por las instituciones analizadas. En tal sentido,
es que se procuró recuperar un relato de tipo referencial-
experiencial y así no incurrir en ciertos modos de
interrogar que les conlleven a los entrevistados a
ociar como sus propios sociólogos, planteándoles
“cuestiones que los sociólogos se plantean respecto a
ellas” (Bourdieu, 1999, p.83).
En efecto, la articulación permanente entre tales relatos
experienciales, las fuentes documentales recuperadas
en el acceso de tipo socio-histórico, en conjunción con
las categorías teóricas abordadas en este trabajo, ha
contribuido a identicar y conocer cómo en las prácticas
de tales agentes subyacen luchas especícas orientadas
a la acumulación y reproducción de un capital en disputa
las cuales, a su vez, vienen siendo interpeladas por
diferentes dinámicas que tensionan al campo cientíco-
universitario y, por supuesto, a las instituciones que lo
integran.
Este modo de conocimiento coadyuvó, entre otras
dimensiones, a construir y revisitar el objeto de estudio
advirtiendo diferentes sistemas de selección/expulsión,
tendientes a ponderar/legitimar una estructura
diferencial de un capital particular que operan en las
instancias de incorporación de dichos agentes a las
instituciones en estudio. En sintonía con ello, el relato
de los docentes-investigadores sobre sus modos de
vincularse con diversos dispositivos que dinamizan
la acumulación del capital cientíco (formación de
postgrado, sistemas de becas nacionales y provinciales,
aprendizajes de idiomas, Programa de Inventivos, CIC
del CONICET, entre otros) contribuyeron a identicar en
sus prácticas, las disputas de capitales desigualmente
distribuidos a n de asegurar o promover sus posiciones
en dichos espacios. Así también, los testimonios
acerca de sus prácticas de publicación, tales como la
organización co-autoral, opciones idiomáticas, selección
de revistas en base a sistemas de indexación, entre
otras, siempre puestos en relación con la bibliografía
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especíca y las fuentes documentales trabajadas, han
posibilitado conocer cómo se materializan, ya sea de
modo consciente o inconsciente, algunas estrategias
de acumulación de capital cientíco; como así también
se van incorporando en el hacer de estos académicos
las culturas evaluativas propias del campo cientíco-
universitario argentino (Beigel, 2015).
De todo ello, es signicativo señalar como, las más de
las veces, estos testimonios dan cuenta de prácticas,
como así de también trayectorias desplegadas bajo
un cierto ordenamiento, conformadas a partir de
un modo irénico. Ahora bien, articularlos con otras
fuentes de información, en conjunto con las categorías
teóricas propias de la literatura especíca, dinamizó
la reexión en torno a la complejidad que subyace en
dichas prácticas, advirtiendo como en su génesis o
materialización encarnan tanto las luchas destinadas
a la acumulación y reproducción del capital legítimo,
como también aquellos procesos históricos que han ido
conformando las estructuras de relaciones propias de
los espacios analizados.
El INAUT y su progresiva vinculación estratégica
con el CONICET.
El INAUT es uno de los 10 Institutos de Investigación
dependientes de la Facultad de Ingeniería el cual,
como señala su Memoria Institucional (INAUT, 2016),
ha caracterizado históricamente su actividad cientíca
por la contribución a la sustentabilidad y mejora
de la calidad de vida, así como por el diagnóstico y
propuestas de solución a necesidades de desarrollo de
la población sanjuanina, la región y también en espacios
internacionales. Este último plano motorizado, a partir
de la concreción de diversos proyectos de cooperación
entablados con organismos nacionales como también
extranjeros. Ahora bien, el trabajo con fuentes
documentales invita a retomar las palabras de Bourdieu
y Wacquant, quienes señala que “[…] dejar el propio
pensamiento en el estado de impensado (impensé)
es condenarse a ser nada más que el instrumento de
aquello que uno pretende pensar”; señalando, además,
que “para evitar convertirse en objeto de los problemas
que toman por objeto, deben rastrear la historia de la
emergencia de estos problemas, de su constitución
progresiva, es decir, del trabajo colectivo, a menudo
realizado mediante competencia y lucha […]” (2008, p.
330-331).
De allí que este apartado (y de modo análogo el
subsiguiente) focalice en la caracterización de los
procesos históricos-institucionales de dicho instituto
que han contribuido, entre otras cosas, a conformar
tanto sus condiciones objetivas actuales, como así
también las tomas de decisión efectuadas desde la
misma institución en materia de auto-adscripción a
categorías especícas, como las precitadas, a efectos de
explicitar una denición institucional sobre sus prácticas
CyT y su posicionamiento en el sistema cientíco
nacional.
Los antecedentes del Instituto se retrotraen a la década
de 1960, etapa en la cual varios docentes universitarios
desarrollaban diversas prácticas investigativas –aunque
no reguladas formalmente todavía– en áreas de: Energía
Eléctrica y Electrónica, en el marco del Departamento
de Electromecánica
4
perteneciente a la entonces
“Facultad de Ingeniería, Ciencias Exactas, Físicas y
4. En esta unidad académica, en la cual sientan sus
antecedentes tanto el INAUT como el DEA, obtuvo su título
de Ingeniero Electromecánico el Dr. Tulio Abel Del Bono
quien fue electo como Rector de la UNSJ en el año 1988 y
reelecto en tres periodos más, hasta el año 1999. Luego de
concluir su último mandato como máximo funcionario de
dicha casa de estudios ejerció como ministro de Gobierno
y Diputado provincial de San Juan. Su vinculación con la
gestión política en materia ciencia y tecnología inició con
su función de Diputado Nacional, integrando entre otras, la
Comisión de Educación, Ciencia y Técnica de la Honorable
Cámara de Diputados de la Nación. Posteriormente se
desempeñaría como Secretario de Ciencia, Tecnología en
Innovación Productiva de la Nación durante el periodo
2003-2007 y como Ministro de Ciencia y Técnica de la
provincia de Córdoba entre 2007-2011. Desde el año 2011
hasta la actualidad cumple funciones como Secretario de
Estado de Ciencia, Tecnología e Innovación en la provincia
de San Juan. Ha integrado también el Directorio del
CONICET y, recientemente, ha sido condecorado por la
UNSJ como Doctor Honoris Causa.
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Naturales” de la Universidad Nacional de Cuyo, pero
con sede en San Juan. Fue recién hacia el año 1973, en
el contexto de creación de la UNSJ, cuando esta unidad
fue institucionalizada formalmente bajo el nombre de
Instituto de Automática, Sistemas e Informática (IASI).
No obstante, hacia el año 1985, durante la dirección del
Dr. Benjamín Kuchen
5
, fue renombrada como Instituto
de Automática (INAUT).
Ahora bien, el golpe de Estado que irrumpió la vida
democrática argentina en el año 1976, dio paso a “una
época que se caracterizó por la intolerancia de las ideas y
a consecuencia de esto fueron, separados de sus cargos
en la Universidad a través de expresas resoluciones,
docentes, investigadores y no docentes” (UNSJ, 1994,
p.56). Este conjunto de acciones formó parte de la
política cientíco-autoritaria digitada por el gobierno
de facto y basada, principalmente en estrategias de
represión y de discriminación (Pineau, Mariño, Arata y
Mercado, 2006). Ambas, repercutieron profundamente
en la estructura institucional del INAUT: sus autoridades
fueron desplazadas y la dirección administrativa
intervenida, siendo designado en el cargo de director el
Ing. Héctor Polimeni hasta el año 1984.
Luego del regreso a la democracia en el año 1983, en
un contexto caracterizado por la implementación de
5. Benjamín Kuchen, nació en la provincia de Santa Fe.
Cursó sus estudios superiores en la Universidad Católica
de Córdoba, obteniendo el título de Ingeniero Electrónico
en el año 1967. Realizó sus estudios de especialización
durante el año 1968 en el Philips International Institute
de Eindhoven con sede en los Países Bajos. Hacia el
año 1974 se doctoró en Universidad Renano Westfalica
(Alemania). En el año 1975 llegó a la provincia de San Juan,
desempeñándose como Profesor Titular en el Instituto
de Automática, y hacia el año 1983 ingresó como como
Investigador Independiente del CONICET. Durante el año
2000 se desempeñó como catedrático en la Universidad
de Salamanca. En Julio de 2002 fue electo como Rector de
la UNSJ, reelegido en dos periodos más, hasta el año 2012.
Paralelamente, en el año 2007, la Universidad Católica
de Córdoba le otorgó el título de Doctor Honoris Causa.
Finalmente, hacia el 2015 la UNSJ lo nombró Profesor
Emérito y durante ese mismo año, lanzó su candidatura
a Gobernador de la Provincia de San Juan por el partido
Frente Progresista Popular.
políticas de normalización y reinstitucionalización de
las Universidades Nacionales, fue re-designado en la
dirección al Dr. Benjamín Kuchen, quien se desempeñó
en el cargo hasta el año 2002. Durante su gestión,
el Instituto comenzó a experimentar una etapa de
creciente articulación con el medio a partir de la
concreción de procesos de transferencia en el ámbito
nacional. Entre otros, pueden destacarse los convenios
establecidos con la empresa Tecnología Buenos Aires
(TBA) en materia de robótica educacional durante el año
1986 (INAUT, 2016). Desde entonces, el instituto inició
un continuo proceso de vinculación con el CONICET por
medio de dos vías: la incorporación de sus cientícos al
sistema de becas como a la CIC del Consejo, junto a la
aplicación a proyectos de investigación y equipamiento
(INAUT, 2016). Dicha reconversión dinamizó la difusión
de sus producciones en revistas cientícas indexadas en
Science Citation Index (SCI), hacia el año 1989.
Ahora bien, en el marco de los difíciles años ´90 donde
el ámbito CyT nacional atravesaba por una etapa de
creciente restricción presupuestaria conjugada con
políticas de “innovación” –que tensionaron la autonomía
relativa propia de las Universidades Nacionales y el
CONICET–, la UNSJ comenzó a ejecutar ciertas políticas
de “promoción” del área de investigación. En dicho
contexto, el INAUT presentó ante el Ministerio de
Educación sus Programas de Doctorado y Maestría en
Ingeniería de Sistemas de Control. Ellos iniciaron en
1989 nanciados por serie de subsidios provenientes del
CONICET.
La consolidación de estos espacios de posgrado,
potenció el crecimiento y especialización tanto de
recursos humanos como presupuestarios para el INAUT.
Resultaron fortalecidas todas sus áreas de investigación
mediante la ejecución de diferentes tipos de proyectos:
“FOMEC, PME, PRAMIN y PRIETEC, además de los
proyectos PIP, PICS, PICT, Start Up, [del] CONICET”
(INAUT, 2016, p.4). El acceso a dichas convocatorias
actuó, claramente, como una estrategia orientada
a subsanar las limitaciones presupuestarias propias
del contexto de desinversión de la administración
menemista. Respecto a la renovación de equipamiento
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e infraestructura del Instituto, el director el Dr. Ricardo
Carelli
6
, señala:
No hubo líneas prioritaritas desde nación, pero si
proyectos para el equipamiento, algunos a los que
pudimos acceder, y mediante ellos adquirimos
instrumental importante en esa época. Porque las
circunstancias económicas de entonces hacían
relativamente sencilla la adquisición de equipamientos
en el exterior, para nuestro caso en particular. Así, el
INAUT se equipó en sus laboratorios, particularmente
en robótica, a través de proyectos a los cuales se
concursaba. (Carelli, R., comunicación personal,
12/05/2018)
También la crisis político-económica de los años
2001-2002 repercutió de manera directa en la cultura
investigativa del INAUT: “se redujeron notablemente
los viajes y compras al exterior. Lamentablemente
se produjo un perjuicio al sistema cientíco, porque
está claro que el investigador necesita interactuar con
grupos del exterior a través de la asistencia a Congresos,
o de estancias” (Carelli, R., comunicación personal,
12/05/2018). En este contexto, el Dr. Benjamín Kuchen
–quién se había desempañado por más de 15 años
como Director del Instituto– fue elegido Rector de la
UNSJ, asumiendo desde entonces y hasta el año 2019 la
dirección del INAUT el Dr. Ricardo Carelli.
Ahora bien, durante la paulatina pero sostenida
recuperación económica suscitada entre los años 2003-
2015, en materia de CyT, tuvo lugar una nueva etapa de
consolidación de sus lazos con el CONICET a partir de una
6. Ricardo Carelli, nació en la provincia de San Juan y
se graduó como Ingeniero Electromecánico en la UNSJ
en el año 1976. Hacia el año 1981 realizó una estancia
de investigación en el Politécnico de Torino en Italia.
Posteriormente, en el año 1989, se doctoró en Ingeniería
Eléctrica en la Universidad Nacional Autónoma de México
(UNAM). Desde entonces se ha dedicado a actividades
de investigación y docencia de postgrado en el INAUT y
a docencia de grado en el Departamento de Electrónica
y Automática de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ.
Actualmente es investigador Superior del CONICET,
docente-investigador de Categoría I en el PROINCE.
nutrida incorporación de nuevos investigadores a la CIC
del Consejo y la designación del Instituto como Unidad
Ejecutora de Doble Dependencia UNSJ-CONICET en el
año 2012. Al respecto, el Dr. Carelli expresa:
En la última década se promovieron acciones de
investigación en ciencia y tecnología, poniendo un
fuerte énfasis en tecnologías y transferencias. […] De
hecho, el INAUT se ha beneciado con la incorporación
de numerosos becarios que concluyeron sus doctorados
y luego fueron incorporados como investigadores
del CONICET. Así, las políticas nacionales jaron
objetivos que hicieron crecer los números de becarios e
investigadores del CONICET signicativamente (Carelli,
R., comunicación personal, 12/05/2018).
El establecimiento del Instituto como Unidad Ejecutora
de Doble Dependencia UNSJ-CONICET ha sido
interpretado, la más de las veces, como una consecución
de prestigio que reestructuró las prácticas cientícas del
cuerpo de investigadores; “uno tiene que hacer informes
periódicos al Consejo y responder a sus demandas. Pero,
se reciben subsidios a los cuales solamente acceden los
centros de doble dependencia. Entonces, creemos a
esta altura de la experiencia que si ha valido la pena”
(Carelli, R., comunicación personal, 12/05/2018). De
igual modo se ha expresado el Dr. Claudio Rosales,
becario posdoctoral del Instituto: “cabe destacar que el
ingreso a la órbita del CONICET, signicó para el INAUT,
un subsidio de aproximadamente $500.000 destinado a
la mejora de infraestructura (Rosales, C., comunicación
personal, 10/05/2017).
Respecto al devenir del INAUT en años recientes,
ha denido sus líneas prioritarias de investigación
del siguiente modo: 1) Control de robots; 2) Control
de procesos, sensado y procesamiento de señales;
y 3) Sensado y control en agricultura de precisión.
Otro rasgo distintivo, fue el notable aumento en el
número de becarios de CONICET: durante el año 2016
el Instituto contaba con un total de 11, los cuales se
distribuían en 8 Doctorales y 3 Posdoctorales (UNSJ,
2017). Además, actualmente, mantiene en vigencia
convenios académicos con diferentes organismos
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CyT internacionales, entre ellos los Convenios
de Cooperación Universitaria entablados con las
Universidades de Ambato (Ecuador), de Espíritu Santo
y Fundación Capes (Brasil), de Valladolid (España), así
como de Verona (Italia).
El DEA como espacio destacado en la formación
de docentes-investigadores.
El Departamento de Electrónica y Automática (DEA)
fue institucionalizado como unidad académica
dependiente de la Facultad de Ingeniería en el año
1985, vía Ordenanza Nº: 0038-85 del Consejo Superior
de la UNSJ. Su propuesta de creación estuvo diseñada
por una comisión de docentes e investigadores que
se desempeñaban en la Sección de Electrónica del
Departamento de Electromecánica, así como en el
INAUT, quienes sostenían que su institucionalización
coadyuvaría a consolidar la “unidad conceptual y
estructural Carrera-Departamento-Instituto, con
nalidades académicas comunes, vinculadas ellas con
la electrónica, el control automático y la informática”
(Ord. Nº:0038-85-CSP, 1985, p.1).
Dicho proyecto señalaba, además, que tanto la
infraestructura como el personal cientíco y docente
precisado en la nueva unidad académica sería provisto
por la mencionada Sección Electrónica. Ello, cristalizaba
cómo la institucionalización del DEA habría funcionado
como un dispositivo de escisión-jerarquización de una
disciplina y de sus agentes especícos. En efecto, elevar
una sección departamental hacia un Departamento
Académico, cumpliría una doble función en los
procesos de acumulación de capitales: por un lado, el
capital cientíco acumulado hasta el momento por el
INAUT (espacio de investigación de completa anidad
disciplinar) potenciaría la creación del DEA y, por otro,
dicha unidad académica contribuiría con la formación
de nuevos docentes-investigadores los cuales,
progresivamente, se incorporarían a las funciones
cientícas desarrolladas en el INAUT.
Durante su primera etapa de funcionamiento se
dictaba la carrera de Ingeniería Electrónica, creada
en 1977 y dependiente hasta 1985 del Departamento
de Electromecánica. Ahora bien, hacia el año 1986 su
Claustro Departamental tomó la decisión de reformular
por primera vez su Plan de Estudios argumentando
que, si bien dicho diseño curricular formaba recursos
humanos de excelente nivel, el tiempo para la titulación
prácticamente duplicaba el estimado, como también sus
contenidos no incorporaban áreas como hardware de
computación, comunicaciones y electromedicina (Ord.
Nº: 0006-91-CD, 1991). Aquellas líneas de conocimiento
habían ganado notoriedad en el plano cientíco nacional
a partir de la política cientíco y tecnológica diseñada
desde el alfonsinismo y, especícamente ejecutadas
por Manuel Sadosky, a cargo de la Secretaría de Ciencia
y Técnica (SECYT). Entre ellas puede mencionarse:
la creación de la Escuela Superior Latinoamericana
en Informática (1986), el Centro Argentino Brasileño
de Biotecnología (1987), así como la reactivación de
la Subsecretaría de Informática, de la SECYT, la cual
experimentaba un “estado de hibernación forzosa en
el país desde 1966” (Jakovics, 2005, p.70). De modo
conducente, en 1991 fue aprobado el nuevo Plan
de Estudios, cuya estructura disciplinar vinculaba la
carrera –y al Departamento– a áreas del conocimiento
ponderadas por diversas políticas nacionales,
conjugándola con las líneas de investigación que ya
habían sido instituidas en el INAUT.
Desde inicios de la década de 1980, en lo concerniente al
ámbito CyT provincial y nacional, el área de tecnología
médica había alcanzado cierto nivel de relevancia,
generando así un nicho para la producción cientíca
que sería ocupado en una primera instancia por el
INAUT y posteriormente por el DEA. Así, en el año 1990
fue institucionalizado el GATEME, bajo la órbita del
Departamento de Electrónica y Automática. En dicho
espacio serían desarrolladas tareas de investigación,
docencia, y prestación de servicios a entidades tanto
estatales como privadas. Entre otras funciones, el
Gabinete focalizó en la formación de agentes orientados
a la creación tecnológica como a la investigación,
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motorizando el desarrollo de tecnología médica local y
autónoma (Ord. Nº 0001-90-CD-FI).
Sumado a ello, cabe señalar que entre los antecedentes
de su creación se cuentan experiencias de vinculación
entre el INAUT y diversos de organismos políticos de
orden provincial, como también nacional en materia
de tecnología médica. De ellas se destaca el Convenio
de Complementación entablado entre la Secretaría
de Estado de Salud Pública de la provincia y dicho
instituto en el año 1982, así como su participación en la
encuesta sobre la “Evaluación de Equipamiento Médico
Disponible” Encargada por la Organización Mundial
de la Salud y nanciada por el Programa Nacional de
Informática y Electrónica durante el año 1988 (Ord. Nº:
0004-92-CD-FI). Así, a partir de la institucionalización del
GATEME, las actividades CyT orientadas al desarrollo,
calibración y estudios sobre el instrumental médico
serían desplegadas en sus instalaciones, potenciando su
especicación, mientras que el INAUT concentraría sus
líneas prioritarias en sistemas de control, automática y
robótica.
De modo conducente, el fortalecimiento de la vinculación
del INAUT con el área médica durante la década de
1980 junto a la creación del Gabinete, dinamizaron la
institucionalización de la carrera de Bioingeniería en el
Departamento de Electrónica y Automática hacia el año
1992. En efecto, ella sentó sus bases sobre la estructura
del GATEME, compartiendo docentes e investigadores,
así como los resultados de proyectos de investigación
allí desarrollados. En sus primeros años funcionó como
un ciclo básico de grado que debía completarse con una
serie de cursos dictados en la Facultad de Ingeniería de
la Universidad de Nacional de Entre Ríos para obtener la
titulación de grado (Ord. Nº: 0004-92-CD-FI). Respecto
a ello, es signicativo señalar que a inicios de la década
de 1990 –hasta que la carrera fuese íntegramente
dictada en la provincia– los estudiantes experimentaron
múltiples dicultades para concluir sus estudios fuera
del territorio provincial, varias de ellas vinculadas a
la implementación de un modelo político-económico
neoliberal que prontamente se tradujo en crecientes
reducciones a las partidas presupuestarias del área
CyT (Algañaraz, 2020). Ahora bien, quienes lograron
culminar la carrera acumularon nuevas cuotas tanto
de capital cultural, como de lo que podrían entenderse
como capital social, en tanto construcción de redes
de relaciones con académicos externos a la UNSJ,
dimensiones que históricamente han apuntalado
la acumulación del capital cientíco en los espacios
estudiados.
En el ámbito de las políticas nacionales, en materia CyT,
hacia el año 1994 comenzó a ejecutarse el Programa
de Incentivos a Docentes-investigadores (PROINCE).
Tal dispositivo, dicho en apretada síntesis, tenía como
nalidad formal “otorgar un incentivo económico a
los docentes de nivel superior que realizaran tareas
de investigación. Para ello debían categorizarse
previamente en función de una serie de requisitos
vinculados a sus antecedentes académicos y desempeño
en actividades cientícas y docentes” (Algañaraz y
Castillo, 2018, p.66). Desde su puesta en marcha hasta
la crisis económica y social del año 2001 que azotó al
país, una signicativa cantidad de docentes radicados
en la UNSJ (incluidos quienes cumplían sus funciones
tanto en el DEA como en el INAUT) progresivamente
fueron incorporándose al sistema de incentivos.
Ahora, además de dicho dispositivo, los docentes del
Departamento de Electrónica y Automática ya habían
entablado vínculos con la CIC del CONICET, mediante
su desempeño en actividades CyT en el marco del
Instituto de Automática. Junto a ello, el cuerpo docente
de la Universidad en general y del DEA en particular
desarrolló una lectura doble acerca de la ejecución del
Programa de Incentivos. En este sentido, el Dr. Ricardo
Carelli, docente del Departamento y ex Director del
INAUT sostiene:
El Programa Incentivos, permitió involucrar en
actividades de investigación a numerosos docentes que
no tenían previamente mayor motivación para hacerlo.
Pero, se ha desvirtuado desde varios años atrás, debido
a que los montos que se pagan como becas actualmente
son insignicantes. Por otra parte, […] la categorización
de los investigadores, me pareció correcta. (Carelli, R.,
comunicación personal, 12/05/2018)
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Por su parte, el Ing. Raúl Romo, también docente de
la Unidad académica analizada y ex Coordinador del
GATEME expresa:
El PROINCE nació con el objetivo de acoplar la
investigación a la docencia. Pero después se desvirtuó,
porque en la evaluación para la categorización el
peso está muy inclinado hacia la investigación,
obviamente en desmedro de la docencia a pesar de ser
un incentivo docente. Uno es evaluado en cuestiones
como publicaciones internacionales, participación en
congresos internacionales y, a veces, como docentes que
participamos en proyectos no tenemos posibilidades de
hacer eso. En mi caso, estoy acompañando fuertemente
a los estudiantes en el Taller de Tesis para que puedan
graduarse en la carrera de grado, pero, si te muestro
mi planilla de la última categorización, en el ítem de
formación de recursos humanos tengo cero puntos. Esto
sucede porque ellos le llaman formación de recursos
humanos a los tesistas de post-grado. Entonces, uno
nunca podrá acceder a categorías I o II si se dedica a la
docencia de grado junto a la investigación. (Romo, R.,
comunicación personal, 19/12/2018)
En sintonía, el actual Jefe del Departamento de
Electrónica y Automática, Dr. Juan Pablo Gragna
señala:
Desde que se creó el Programa de Incentivos, se
empezó a jerarquizar la investigación y a desprestigiar
un poco la docencia. Se pensaba que la docencia se
hacía bien desde siempre y, muchas veces, la gente
crecía en investigación dejando de prestarle atención
a la enseñanza. Y, quienes realmente le ponían mucho
peso a la docencia, no eran valorados por el sistema
universitario. (Gragna, J., comunicación personal,
18/12/2018)
El PROINCE, además de generar posiciones encontradas
en docentes e investigadores del DEA y el GATEME, a
partir de sus mecanismos de evaluación y asignación
de recursos contribuyó a ir generando una suerte de
doble heterogeneidad vinculada a los procesos de
acumulación y reproducción de capitales y prestigio en
dichos planteles académicos: una primera relacionada
a la concentración diferencial de research capacities
en dichos espacios respecto a otras unidades de
producción CyT de la UNSJ y, la segunda, cristalizada
en la ponderación de criterios evaluativos particulares
vinculados a la formación de recursos humanos en
posgrado y publicaciones internacionales, entre otros,
para asignar las categorías más prestigiosas. Esto
último conllevaría a quienes centraban su dedicación en
la enseñanza de grado a encontrar una suerte de techo
de cristal en su jerarquización.
Ahora bien, tanto el sistema de incentivos y su
categorización, en conjunción con las políticas de
apoyo a la investigación diseñadas en el seno de la
UNSJ durante la década de 1990; tendieron en líneas
generales a potenciar las actividades CyT desarrolladas
en dichos espacios, sobrellevando así el signicativo
desnanciamiento del sector producido durante la
administración presidencial de Carlos Menem, así como
a dinamizar un proceso de sinergia entablado con el
INAUT, el cual lo explica el Dr. Gragna:
Hay tres tipos de actividades que se realizan en
estos espacios, las del INAUT, las del GATEME y las
del Departamento en particular. El rol del Instituto
siempre ha sido la investigación con carácter de post-
grado, logrando tener una Maestría y un Doctorado
acreditados con categoría A. Estas carreras han servido
de base para muchos docentes tanto del Instituto como
del Departamento, es lo que justamente denominamos
sinergia. También, hay muchos docentes del INAUT
que trabajan en el grado y varios del DEA que tienen
extensión de horas en el Instituto. Por su parte, el
GATEME ha ido potenciando sus tareas de investigación
y de extensión fuertemente apoyado por las carreras de
post-grado del INAUT, ellas han ido formando a la gran
mayoría de los doctores, así como ha ido sesgando la
investigación al área de la biomédica y bioingeniería
que son el fuerte disciplinar del GATEME. Hay algunos
proyectos que se trabajan en conjunto en ambos
espacios, principalmente de robótica médica, tratamos
de buscar puntos en común. (Gragna, J., comunicación
personal, 18/12/2018)
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El giro político iniciado en el año 2003, a partir de
la presidencia de Néstor Kirchner, representó un
parteaguas en materia CyT. Entre otras cosas, se
experimentó un dinámico acercamiento del CONICET
a las universidades públicas, algo que repercutió en el
devenir del DEA en general y del Gabinete en particular,
en palabras de la Dra. María Garcés, actual Coordinadora
del GATEME:
Se ha experimentado una fuerte transformación, en
relación a la investigación, a partir de la llegada de
los primeros becarios del CONICET entre los años
2006 y 2007 en dos dimensiones principales. Una es el
nanciamiento, las primeras camadas de becarios ya
son investigadores de la CIC, lo que nos ha permitido
acceder a otros tipos de convocatorias. La segunda
es la promoción de la actividad de investigación,
ahora con personal dedicado full-time, se produce
mucho más, casi todas las investigaciones son
aplicadas y con transferencia directa al medio. Estos
becarios e investigadores del CONICET tejen redes de
relaciones institucionales, lo que nos permite generar
convenios internacionales, adquirir equipamiento
nuevo y mantener, al menos, constante el ingreso de
nuevos becarios. (Garcés, M., comunicación personal,
20/12/2018)
Acumulación, circulación y reproducción de
capital científico en el INAUT y el DEA.
Desde la propuesta bourdiana (2001), la categoría
conceptual de capital remite al trabajo acumulado;
ya sea en su constitución material, o en su forma
incorporada, el cual se inviste como fuerza propia de
las estructuras subjetivas y objetivas. Además, como
un principio esencial de las regularidades al interior del
mundo social. En sintonía con dicho posicionamiento,
al focalizar el lente analítico sobre organismos
incorporados al campo cientíco-universitario nacional,
se advierte que el capital cientíco se constituye
como el capital legítimo y en disputa hacia su interior.
Ahora bien, el estudio ha ido dando cuenta que tanto
su conformación como las luchas por su acumulación
son cuanto menos complejas, conllevando a que su
estructura, en parte, esté comprendida por cuotas
que se corresponden con diversos tipos de capitales,
en tanto que constantemente atraviesan procesos
particulares de reconversión hacia el capital en disputa.
Dicho esto, es relevante señalar que tanto los procesos
históricos atravesados por las unidades analizadas
(institucionalizaciones, escisiones, ejecución de
políticas nacionales y universitarias en materia de
CyT, entre otros), sus disciplinas propias, las prácticas
CyT allí desarrolladas, junto a las trayectorias de sus
corpus de docentes-investigadores han ido delimitando
tanto la conformación actual del capital cientíco en
lucha, como así también sus modos de circulación,
acumulación y reproducción en su interior. Asimismo,
como ha sido señalado, el INAUT y el DEA se han erigido
sobre la base de instituciones pre-existentes las cuales
ya se encontraban dotadas de cuerpos de docentes que
ejecutaban tareas de investigación, como así también de
infraestructura e instrumental especíco que sostenían
su actividad cientíca.
Ello ha contribuido a que el Instituto estableciera
tempranamente vinculaciones con el CONICET,
incorporando investigadores a la CIC del Consejo,
como también obteniendo nanciamiento a partir de
convocatorias a proyectos de investigación, las cuales
además de dinamizar las actividades CyT motorizaron
la institucionalización sus Programas de Doctorado
y Maestría en Ingeniería de Sistemas de Control hacia
el año 1989. Aquellos vínculos interinstitucionales,
en parte, fueron motorizados durante la gestión
presidencial de Raúl Alfonsín por medio de lo que, en
palabras de Amílcar Herrera (1995), podría señalarse
como el despliegue de su “política cientíca explícita”.
En efecto, durante su gobierno fue jerarquizada la
Subsecretaría de Ciencia y Tecnología, dependiente del
Ministerio de Planicación, y elevada a una Secretaría
de Estado de Ciencia y Tecnología de la Nación, bajo
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la órbita del Ministerio de Educación y Justicia, lo que
estrechó su relación con las universidades nacionales.
En sintonía, los docentes-investigadores del DEA
prontamente fueron incorporándose a la categorización
del PROINCE logrando así acceder a la ejecución de
proyectos acreditados por aquel Programa. Así también,
a partir del giro político en materia CyT experimentado
entre los años 2003-2015, ambas unidades potenciaron
sus vínculos institucionales con dichos dispositivos de
promoción cientíca.
Ahora bien, todo ello ha conllevado a que lo entendido
como autoridad cientíca hacia el interior de estos
espacios, fuese paulatinamente adoptando criterios
homologables a los parámetros e indicadores que
han venido conformando la cultura evaluativa propia
del CONICET, junto a la incorporación de algunas
características especícas de la categorización del
PROINCE, aunque ellas no se han venido aanzado con
el mismo peso. En tal sentido, la estructura de dicho
capital cientíco comenzaría a erigirse sobre la base
de, al menos, dimensiones tales como la formación
académica de los agentes –especícamente en materia
de postgrados–, la acumulación de determinadas
cuotas especícas de capital idiomático vinculadas a
la lengua anglófona, así como la incorporación de los
investigadores a los denominados circuitos mainstream
de publicación cientíca.
En cuanto a la formación académica, diversos jóvenes
investigadores que también se han incorporado al
Consejo por medio del sistema de becas, señalan cómo
eran incentivados por docentes-investigadores del DEA
a proseguir sus estudios de posgrado en los Programas
de Maestría o Doctorado del INAUT, mientras aún
cursaban sus estudios de grado. No obstante, aquellos
ofrecimientos no se caracterizan por ser extensivos
al grueso del cuerpo estudiantil de dicha unidad
académica ni mucho menos azarosos. En efecto, el
desarrollo de una trayectoria diferencial en la formación
de grado era determinante para lograr el acceso a ese
tipo de invitaciones. Respecto a ello, el Ing. Pedro Bocca,
becario doctoral del CONICET con lugar de trabajo en
INAUT señala:
Mientras estaba haciendo la carrera de grado fui
ayudante de categoría en varias cátedras vinculadas
a la investigación. Me gustaba la temática, entonces el
profesor que estaba a cargo mío, el Ingeniero Penisi me
sugirió proseguir con la carrera de doctorado. Me puso
en contacto con el Doctor Carelli quien me mencionó la
posibilidad del CONICET como beca, para poder hacer
los estudios y vincularlos con la investigación. De ahí
preparamos todo para hacer la aplicación, que resultó
positiva. (Bocca, P., comunicación personal, 12/12/2018)
En sintonía, el Dr. Carelli señala que el contacto de
investigadores ya incorporados a la CIC del CONICET
con estudiantes de grado “favorece al sistema de
investigación, porque normalmente motivan a los
estudiantes, los captan y detectan las vocaciones de los
jóvenes para la investigación, pudiéndolos incentivar
para la incorporación a los sistemas cientícos”
(Carelli, R., comunicación personal, 12/05/2018).
Aquello, que podría entenderse como un “estímulo
a las vocaciones jóvenes en investigación” operaría a
modo de dispositivo de selección de agentes tales que
ya han iniciado una progresiva acumulación de cuotas
especícas de un capital determinado, convirtiéndose
así en los recién llegados. Ello, les otorgaría una
especie de credencial de legitimación para su ingreso
formal al plantel de académicos de dichos espacios de
docencia e investigación. Tal proceso de conocimiento-
reconocimiento-selección conduciría tanto a los recién
llegados a iniciar el despliegue de ciertas estrategias
de sucesión (acumulación del capital especíco), como
también, a los académicos ya consagrados a desplegar
trabajos de reproducción particulares, tendientes “ante
todo a producir agentes sociales dignos y capaces de
recibir la herencia del grupo” (Bourdieu, 2011, p.36).
Aquellos “recién llegados”, fueron construyendo
una illusio particular cristalizada en el interés por
la investigación (y sus lógicas) desde la cursada de
carreras de grado, como también en su acumulación de
cuotas especícas de capital cultural institucionalizado
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al desempeñarse como adscriptos o ayudantes
alumnos. A partir de ello, fueron movilizándose hacia
posiciones más ventajosas para iniciar su desempeño
como investigadores, contando ya con capitales de
una potencial alta rentabilidad al momento de ser
reconvertidos en capital cientíco. Quienes podrían
denominarse como ya “consagrados”, además,
desplegarían aquellos procesos de selección, por un
lado, a modo de instancias de reproducción del capital
acumulado y circulante en las unidades analizadas, y
por otro, como estrategias de conservación orientadas
a perpetuar dichas lógicas de circulación y acumulación.
Así también, la invitación selectiva a la realización de
una carrera Doctoral, solventadas por el sistema de
becas del CONICET, contribuiría a la incorporación de
nuevas cuotas de prestigio para dichas instituciones las
cuales consolidarían la perpetuación de los capitales
previamente acumulados por estos espacios de
docencia e investigación.
En palabras de Beigel (2018 y 2016), a partir de la creación
del Institute of Scientic Information (ISI) en 1959 y
luego del Science Citation Index (SCI), la publicación
de resultados de investigaciones cientícas en papers
se fue instaurando como un modo de circulación del
conocimiento reconocido y a la vez prestigioso. Ahora
bien, tanto los formatos de tales artículos, el idioma,
como también los criterios para evaluarlos utilizados
por las revistas incorporadas a tales bases de datos
respondían a criterios ya establecidos y consolidados en
los llamados “centros académicos”, los cuales se fueron
imponiendo en diversas latitudes. De allí que, de modo
progresivo, el paper publicado en revistas cientícas
altamente rankeadas, así como angloparlantes se fue
convirtiendo en un requisito indispensable para la
promoción tanto en el sistema de becas como en la CIC
del CONICET, principalmente en las llamadas “ciencias
duras”. Ello trajo aparejado que los agentes dedicados
actividades CyT comiencen a acumular dichas cuotas
de aquel capital particular. En el INAUT y el GATEME
(Gabinete dependiente del DEA) los docentes-
investigadores han señalado la relevancia de contar con
conocimientos idiomáticos del inglés, inclusive desde
etapas previas a su incorporación a tales espacios de
docencia e investigación:
Hay mucha gente que tiene cursos y maneja el idioma.
En realidad, el INAUT no exige que tengas un nivel
determinado de inglés, se supone que debe haber
sido parte nuestra formación en el grado. No es un
requisito que nos elimine de ser investigadores, pero
se considera que debería ser adquirido, inclusive, antes
de incorporarnos. (Sarapura, J., comunicación personal,
20/12/2018)
En sintonía el Dr. Diego Santiago, becario Postdoctoral
del CONICET e investigador del INAUT expresa:
El inglés es la única lengua de la ciencia, por lo menos
en esta área no hay posibilidad de publicar si no es en
ese idioma. En mi caso tenía estudios previos, por lo que
no se me hizo difícil. Los inicié desde mi niñez y a los 14
años me recibí del instituto (Establecimiento educativo
dedicado a la formación en dicha lengua). Por otro lado,
no sabría decir cómo vive esto alguien sin estudios
del idioma, aunque nos valemos mucho también de
cuando la Facultad de Ciencias Sociales o el Colegio de
Ingenieros dictan cursos de inglés. Esto también nos
sirve al momento de realizar pasantías en el exterior.
(Santiago, D., comunicación personal, 14/12/2018)
Los testimonios precitados, especícamente de
quienes se desempeñan como becarios, asumiendo
posiciones de recién llegados a las unidades analizadas
en particular y al campo cientíco-universitario nacional
en general, posibilitan dar cuenta de dos dimensiones
especícas: por un lado, la referencia del idioma inglés
como “única lengua de la ciencia” evidencia como sus
percepciones y prácticas conuirían hacia el despliegue
de estrategias de sucesión, en tanto más seguras de
ofrecer, “al nal de una carrera previsible, los benecios
correspondientes a los que realizan el ideal ocial de
la excelencia cientíca, asumiendo el costo de realizar
innovaciones circunscriptas en los límites autorizados
[…]” (Bourdieu, 2003, p. 34).
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Por otro lado, la incorporación de dichos saberes
en materia idiomática al capital cultural de los
investigadores, entonces, coadyuvaría a apuntalar su
potencialidad de reconvertirlo en capital cientíco, en
tanto conocimiento imprescindible para incorporar
sus producciones CyT en circuitos mainstream de
publicación cientíca lo cual, también, potenciaría su
promoción en el sistema de Becas o la misma Carrera
del Investigador del Consejo al cumplimentar otro de
sus requisitos: la circulación de personas a partir de
estancias o pasantías en el extranjero.
En diversos trabajos, además, Beigel (2014 y 2013)
ha ido delimitando una denición conceptual sobre
el Sistema Académico Mundial, la cual en apretada
síntesis señala que su estructura desigual se cristaliza
tanto en la producción como en la circulación del
conocimiento cientíco. Así, desde la mitad del siglo
XX, los circuitos que han operado como mainstream han
sido los conformados, en principio, por el precitado SCI
(Beigel, 2016; Beigel y Salatino, 2015).
Si bien coexisten diversos circuitos por los cuales
transitan las publicaciones cientícas, los criterios de
ponderación del circuito mainstream continúan siendo
incorporados y legitimados por organismos CyT como el
CONICET para evaluar tanto el ingreso, la permanencia
como la promoción de sus investigadores. Ello conlleva
a que cientícos, como quienes transitan en los espacios
analizados, ponderen al paper cual instrumento
destacado para legitimar su acumulación de capital
cientíco, así como sus posibilidades de jerarquización
tanto en la CIC del Consejo como en sus espacios de
trabajo. En este sentido, se expresa el Dr. Francisco
Rossomando, investigador Adjunto de CONICET con
lugar de trabajo en el INAUT y docente del DEA:
Para lograr promocionar en el INAUT lo principal son
los papers, se siguen ponderando mucho. Lo que sí, se
ha empezado a cambiar un poco y se ha valorizado un
poco más el tema de la transferencia y la vinculación
tecnológica. Pero se sigue midiendo la producción
cientíca a partir del paper. Siempre teniendo en
cuenta cómo es la valoración que el CONICET le otorga
a cada una de las revistas, eso prácticamente no ha
cambiado. (Rossomando, F., comunicación personal,
15/12/2018).
Como ha señalado Beigel (2015) actualmente
en el campo cientíco argentino se maniestan culturas
evaluativas contrapuestas, una vinculada al CONICET
y sus agentes orientada hacia la internacionalización
y activa participación en circuitos mainstream de
publicación y otra relativa a las universidades nacionales
la cual es diversa, aunque en líneas generales, focalizada
en los “antecedentes docentes y el reclutamiento
endógeno” (p.14). Dicha tensión también ha sido
advertida en los espacios analizados, materializada con
mayor contundencia en las instancias de jerarquización
hacia el interior de los instrumentos de promoción
CyT señalados a lo largo de este estudio. En efecto,
la ponderación de la enseñanza de grado, junto a la
formación de tesistas en dicho nivel educativo, tenderían
a ralentizar la jerarquización en el PROINCE, como
también a distanciar, en parte, al docente-investigador
de una vinculación efectiva con el Consejo, dimensiones
que han sido referidas en los testimonios trabajados en
apartados previos.
En tal sentido, ha sido advertida una especie de escisión
entre investigadores full-time y docentes-investigadores
vinculada a su liación a uno u otro de los dispositivos
de incentivo a la producción CyT. Ello, conllevaría a
trazar una nueva cartografía respecto a la acumulación
del capital cientíco, en el cual serían explícitamente
ponderados quienes se vinculan al Consejo y, a su
vez, han incorporado a sus prácticas investigativas las
dimensiones constitutivas de los sistemas de evaluación
y jerarquización de aquel organismo. De hecho, la
actividad de investigación ha ido ganado históricamente
cada vez más protagonismo en estos espacios,
desplegando al menos dos dimensiones signicativas:
una suerte de ponderación de la función docente como
herramienta de reproducción orientada a perpetuación
de los capitales ya acumulados en las unidades de
Investigación y; un proceso de homologación del
capital cientíco con la cultura evaluativa del Consejo,
acentuando la desigualdad en su distribución como
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también su complejidad de acumulación hacia el interior
de los espacios analizados.
Reflexiones finales.
Estudios precitados (Algañaraz, 2020 y Algañaraz
y Castillo, 2018) han señalado cómo la Facultad de
Ingeniería, sus unidades de enseñanza/aprendizaje y de
investigación, junto a su cuerpo académico se han ido
ubicando en una posición de contundente relevancia
en relación a la concentración de las capacidades de
investigación que, a partir de su institucionalización,
viene acumulando la UNSJ. Especícamente, los
espacios aquí estudiados no fueron ajenos a tales
procesos históricos, ni a dichas lógicas de adquisición de
capital cientíco, lo cual contribuyó a que sus agentes
incorporen y motoricen estrategias de acumulación y
reproducción de recursos, privilegios, como así también
de prestigio.
Respecto a ello, desde este trabajo se ha procurado
contribuir con el diseño de una denición acerca del
“Capital Cientíco” circulante en las instituciones
analizadas. Aquel podría caracterizarse, en principio,
como una especie de capital multidimensional y a
su vez dinámico, cuyas instancias de acumulación
como de herencia carecen de inmediatez en materia
de temporalidad. En efecto, se lo reconocería como
multidimensional en la medida que su estructura se
conforma, al menos, sobre la base de cuotas especícas
de capitales como el cultural, en su dimensión
institucionalizada, a partir de la formación académica
(grado y postgrado); las capacidades lingüísticas en tanto
conocimientos de idiomas de circulación legitimada en
circuitos mainstream de publicación cientíca; como
así también de cuotas especícas de capital social
cristalizadas en el conocimiento, reconocimiento y
participación en redes de relaciones especícas, que
se constituyen al interior de instituciones académicas,
por las cuales transitan saberes implícitos relativos
a las dinámicas asumidas en el campo cientíco-
universitario argentino. Asimismo, se asumiría como
un capital dinámico en tanto su estructura tiende a ser
atravesada, en ciertas situaciones de modo conictivo,
por las presiones internas generadas en dicho campo,
las tensiones externas que lo interpelan desde otros,
tales como el diseño e implementación de dispositivos
y políticas en materia de ciencia y tecnología tanto
internacionales, nacionales y locales, en conjunción con
las lógicas y culturas de producción CyT que se vienen
consolidando al interior de las instituciones analizadas,
las cuales también se erigen como productos de diversos
procesos históricos.
En sintonía, han sido caracterizados en clave histórica-
institucional el INAUT y el DEA, ambos con asiento en
la Facultad de Ingeniería, focalizando en los modos
de acumulación, circulación y reproducción del
capital cientíco de sus académicos. A partir de ello
se ha procurado iluminar el interrogante sobre si la
concentración de tal capital conllevaría a que dichos
docentes-investigadores conformasen una suerte de
elite o un grupo dominante al interior de la institución
universitaria.
Vinculado a ello y en apretadísima síntesis, puede
señalarse que la institucionalización de aquellos
espacios se ha correspondido con diversas políticas
nacionales en materia de CyT, tal es el caso del INAUT
con la implementación de la segunda fase del Plan
Taquini
7
, sobre el cual se erigió la fundación de la UNSJ.
De modo conducente, la creación de la mencionada
institución universitaria habría sentado las bases para
que grupos consolidados de docentes con dedicación
a la investigación propusiesen, durante el retorno a la
democracia, la conformación de espacios propios y
especializados orientados a sus actividades docentes
y cientícas, tales como el DEA, en conjunción con el
GATEME y la carrera de Bioingeniería.
7. El plan de “Creación de Nuevas Universidades
Nacionales” elaborado por Alberto Taquini consistió en
la creación de universidades en diferentes provincias
argentinas a fin de dispersar la población estudiantil de
instituciones universitarias que se encontraban en proceso
de masificación, tales como la Universidad de la Plata
(UNLP) y La Universidad de Buenos Aires (UBA). Ver más
en Algañaraz (2020).
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Especícamente en el caso del INAUT, se destaca
la progresiva y constante acumulación de capital
cientíco, proceso tal que devendría en la necesidad de
generar espacios de formación de agentes preparados
tanto para “heredar” aquel capital históricamente
acumulado, como para potenciar su consolidación-
concentración y reproducción. Ello sería dinamizado a
partir del despliegue de políticas nacionales especícas
en materia de CyT, tales como: la ponderación de líneas
de conocimientos relativas a la informática, electrónica,
y biotecnología durante la gestión de Sadosky a cargo
de la SECYT (1983-1989); la institucionalización del
PROINCE en la primera mitad de la década de 1990;
junto al fortalecimiento del vínculo institucional entre el
CONICET y las universidades nacionales materializado
por medio de instrumentos como el sistema de becas
doctorales, la Carrera del Investigador Cientíco y los
diferentes tipos de subsidios destinados a proyectos
de investigación o de mejora de infraestructura/
equipamiento signicativamente dinamizados durante
los años 2003-2015.
De allí que ciertos docentes-investigadores procedentes
del INAUT, del DEA o de la unidad académica que
funcionó como antecedente directo (Departamento
de Electromecánica) acumularon tanto un volumen
diferencial, como cuotas particulares de capital
cientíco durante su trayectoria que les han permitido
no sólo ubicarse en posiciones prestigiosas relativas
a la función de investigación, sino también alcanzar el
cenit de la carrera de gestión universitaria. Entre otros,
se tratan del Dr. Tulio del Bono quien se desempeñó
como docente-investigador del Departamento de
Electromecánica y a su vez fue elegido Rector de la
UNSJ en cuatro periodos consecutivos (1988-1999),
el Dr. Benjamín Kuchen ex-Director del INAUT y ex-
Rector de la UNSJ (2002-2012), nalmente el Dr. Oscar
Nasisi, actual Rector de dicha casa de estudios cuya
gestión inició en el año 2012, quien también desarrolla
actividades CyT en el Instituto de Automática.
Especícamente las trayectorias del Dr. Del Bono
como del Dr. Kuchen (quienes acumulan 21 años
de gestión rectoral de los 46 años de historia de la
UNSJ) dan cuenta de cómo sus capitales acumulados
durante su tránsito por las instituciones analizadas se
han ido estructurando de modo tal que ciertas cuotas
lograron ser reconvertidas en otra especie de capital:
el capital político. En efecto, Del Bono a partir de la
culminación de su último mandato como funcionario
universitario logró aanzarse en la gestión política
encabezando diversas carteras CyT tanto nacionales
como provinciales (Ministerio de Ciencia y Tecnología
de Córdoba; Secretaría de Estado de Ciencia, Tecnología
e Innovación de San Juan y Directorio del CONICET),
mientras que Kuchen asumió la gura de referente
provincial del Frente Progresista Popular, participando
como candidato a Gobernador de San Juan en los
comicios provinciales del año 2015.
Todo ello, ha contribuido a revisitar en clave de
articulación nociones conceptuales como elites y grupos
dominantes: la primera tendiente a caracterizar grupos
reducidos posicionados en una especie de cúspide desde
la cual ejercen funciones importantes que son tanto
valoradas como reconocidas por el privilegio, prestigio
y posibilidad de acumulación de capital que detentan,
mientras que la segunda reere en grupos focalizados,
las más de las veces, en mantener y reproducir tanto
sus recursos como privilegios (De San Martín, 2001). De
allí, lo trabajado en este artículo contribuiría dar cuenta
de cómo, en líneas generales, los corpus académicos
que integran los espacios analizados se erigirían
como grupos dominantes al interior de la UNSJ,
especícamente a partir del despliegue de sus modos
de acumulación y reproducción de capitales como así
también de selección de “herederos”. Ahora bien, hacia
el interior de dichos grupos es posible identicar y
delimitar una especie de “elite”, la cual está conformada
por un reducido conjunto de académicos que han
logrado acumular un volumen diferencial de capital
cientíco, cuya estructura interna ha sido reconvertible
en otras formas de capital, las cuales han dinamizado
también, en un principio su desempeño como gestores
en la UNSJ y luego su incorporación como funcionarios
públicos en el campo político nacional.
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Es Institucionalizada la UNSJ.
La integran las Facultades de:
Ciencias Sociales
Filosofía, Humanidades y Artes.
Ingeniería y Ciencias Exactas, Físicas y Naturales
Es creado el Instituto Automática (INAUT).
Es creada la Facultad de Arquitectura Urbanismo y
Diseño.
Es institucionalizado como Unidad de Doble
Dependencia UNSJ-CONICET el Centro Astronómico el
Leoncito (CASLEO).
En el marco del DEA, es creado el Gabinete de
Tecnología Médica (GATEME).
Son institucionalizados como Unidades de Doble
Dependencia UNSJ-CONICET:
-Centro de Investigaciones de la Geósfera y de la
Biósfera (CIGEOBIO).
Es institucionalizado como Unidad de Doble
Dependencia UNSJ-CONICET el Instituto Regional de
Planeamiento y Hábitat (IRPHA).
Es creada la Facultad de Ciencias Exactas Físicas y
Naturales.
1973
1975
1983
1985
1990
2009
2012
2014
2019
En el marco de la Facultad de Ingeniería es creado el
Departamento de Electrónica y Automática (DEA).
Es institucionalizado como Unidad de Doble
Dependencia UNSJ-CONICET el Instituto de Ciencias
Astronómicas, de la Tierra y del Espacio (ICATE).
Es institucionalizado como Unidad de Doble
Dependencia UNSJ-CONICET el Instituto de Energía
Eléctrica (IEE).
Anexo
Se incorpora al presente artículo una línea temporal
focalizada en la creación tanto de la UNSJ, sus
Facultades, como también las unidades de docencia-
investigación analizadas, detalla los años en que fueron
institucionalizados como Unidades Ejecutoras de Doble
Dependencia CONICET-UNSJ el conjunto de institutos
de investigación que conforman en la actualidad al
Centro Cientíco Tecnológico CONICET de San Juan:
Fuente: elaboración propia en base a UNSJ (2020) y CCT CONICET– San Juan (2020).
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Bocca, P. (2018). Entrevista realizada por Gonzalo Castillo.
Archivo del equipo de investigación al que pertenece el autor
del trabajo.
Carelli, R. (2017) Entrevista realizada por Gonzalo Castillo.
Archivo del equipo de investigación al que pertenece el autor
del trabajo.
Garcés, M. (2018) Entrevista realizada por Gonzalo
Castillo. Archivo del equipo de investigación al que pertenece
el autor del trabajo.
Gragna, J. (2018). Entrevista realizada por Gonzalo
Castillo. Archivo del equipo de investigación al que pertenece
el autor del trabajo.
Romo, R. (2018) Entrevista realizada por Gonzalo Castillo.
Archivo del equipo de investigación al que pertenece el autor
del trabajo.
Rosales, C. (2017). Entrevista realizada por Víctor Algañaraz
y Gonzalo Castillo. Archivo del equipo de investigación al que
pertenece el autor del trabajo.
Rossomando, F. (2018). Entrevista realizada por Gonzalo
Castillo. Archivo del equipo de investigación al que pertenece
el autor del trabajo.
Santiago, D. (2018). Entrevista realizada por Gonzalo
Castillo. Archivo del equipo de investigación al que pertenece
el autor del trabajo.
Sarapura, J (2018) Entrevista realizada por Gonzalo
Castillo. Archivo del equipo de investigación al que pertenece
el autor del trabajo.