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Kalierof
TRAMAS SOCIALES | Nº 02 | Año 02 | ISSN 2683-8095
117-134
No es objeto del presente trabajo ahondar sobre los
alcances del modelo político represivo (de coerción
por sobre el consenso) que caracterizó el gobierno
militar
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, aunque es relevante mencionar que fue a partir
del mismo que se impuso el modelo económico. Nos
ocuparemos puntualmente de las medidas económicas
adoptadas en este período, así como de la situación
en qué se encontraban las clases subalternas (cuáles
eran sus demandas), para comprender el contexto que
condujo a la transición hacia el régimen democrático
con la gestión de Raúl Alfonsín.
A grandes rasgos, dos factores impulsaron la aplicación
de este nuevo modelo de acumulación. Uno de estos
factores fue externo: los organismos nancieros
internacionales que se encontraban con una situación
inédita de disponibilidad de liquidez de capital, a partir
de la llamada “crisis del petróleo” que sacudió al mundo
a mediados de los años 70
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, y demandaban a los “países
en desarrollo” contraer deuda (Basualdo, 2006). El
otro factor fue interno, tuvo que ver con la decreciente
participación de la oligarquía pampeana en el total de las
exportaciones, ya que aún sus fracciones que se habían
diversicado a la rama industrial, perdían protagonismo
bajo el modelo acumulación industrial (Basualdo, 2006).
Si bien se abrió paso a una lógica de acumulación propia
del neoliberalismo, el inicio de su aplicación contuvo dos
enfoques distintos sobre cómo encarar las reformas:
uno liberal tecnócrata, y otro interventor corporativo.
Especícamente, al interior de las fuerzas armadas,
8. Más detalles sobre este proceso, se puede consultar
el libro de Algañaraz, Victor y Casas, José “Memorias de
Otro Territorio. Genocidio y Control Social. La Dictadura
en San Juan”
9. La decisión de los países integrantes de la Organización
de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de aumentar
el precio del crudo, como represalia al apoyo de Estados
Unidos a Israel en su conquista de territorios Árabes en
la Guerra de los Seis Días en 1967, produjo una nueva
correlación de fuerzas mundial que impactó en los países
desarrollados occidentales. Para ver más sobre sus efectos
mundiales y locales, consultar Barrera, Mariano y Vitto,
Cecilia “El Plan Energético del Tercer Gobierno Peronista
(1973-1976): potencialidades, limitaciones y consecuencias
de la crisis del petróleo”.
“existió una divergencia (...) con respecto al papel que el
Estado debía jugar en el proceso económico” (Castellani,
2008; p.132). Pero este papel en disputa, no podía ser
el mismo que en el modelo anterior, congurando
un modelo al que la literatura económica se reere
como liberal-corporativo. La rama intervencionista
de las Fuerzas Armadas y el ministro Martínez de
Hoz, acordaron la promoción de determinadas áreas
industriales. Como indica Castellani (2008) hay un
deterioro en la calidad de la intervención, ya que, para
que el complejo económico estatal-privado
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adquiriese
una dinámica expansiva, se orientó las políticas
subsidiarias de la etapa anterior a “un reducido espectro
de grandes rmas” (2008; p.133).
De modo similar, Joseph Ramos (1984) indica que la
política económica presentó tres etapas claramente
identicables. Partiendo del diagnóstico de que, desde
la década del ’30, se castigaba a las exportaciones
tradicionales para nanciar con sus ingresos una
industrialización poco eciente, la fase I (1976-1978), se
caracterizó por el control de los salarios en lo interno,
con una contracción de un tercio con respecto al período
anterior, y por un alto tipo de cambio real en lo externo.
Al beneciar las exportaciones “mejoró notablemente
la situación del balance de pagos, pero se redujo solo
parcialmente la inación” (Ramos, 1984; p.50-51) ya
que las empresas industriales ajustaban fácilmente los
costos al tipo de cambio.
Cabe aclarar que el control de los salarios fue el único de
los precios que no se liberalizó. En esta etapa también
se comienza con la reforma del sistema nanciero,
abriendo la economía a “los ujos internacionales de
bienes y capitales” (Castellani, 2008; p.135) y eliminando
el control del Banco Central sobre los mismos.
Por otra parte, “en la fase II (mayo de 1978-principios
de 1981), se aprovecha la disponibilidad de capital
10. Según Castellani (2008), este concepto refiere a “las
actividades económicas que realiza el Estado a través de
sus empresas y reparticiones en articulación con algunas
firmas privadas que se vinculan como contratistas,
proveedoras y/o clientas” (p.144)