
182 |
Rossomando
TRAMAS SOCIALES | Nº 02 | Año 02 | ISSN 2683-8095
154-172
trascendental acontecimiento si bien signicó a nivel
general “…una instancia fundacional del proceso en
que se constituye la organización institucional de la
República” (s/p), no se habrían avistado profundos
cambios en la realidad concreta, más allá del juego de
representaciones que con ella se desplegó. Esta visión
cobra sentido para los mismos cuando sostienen que,
ante las difíciles condiciones económicas que atravesaba
la zona, el éxito del movimiento patriota juntista ofrecía
a las familias “criollas”, una real oportunidad para
acaparar los cargos públicos desde antaño ocupados
por los españoles (Illanes, 2010 en Lirussi, Gómez y
otros, 2014). La Revolución, entonces, signicaría para
las familias acomodadas sanjuaninas, una estrategia de
acumulación de capital social y político. Así lo expresan
sus propias palabras:
La presencia de este tejido familiar atravesando
el espacio social y político se maniesta
recurrentemente en la historia sanjuanina que va a
asumir una modalidad de no confrontación la que,
sin dudas sustentada por estas redes de parentesco,
constituye en palabras de Bourdieu, un ‘acuerdo
objetivo’ que orienta las prácticas y alimenta las
representaciones, y termina siendo determinante:
por tanto no importa quienes sean ideológicamente
hablando, se relacionan entre si dando cuenta de
una continuidad aun cuando cambian las relaciones
históricas. (Lirussi, Gómez y otros, 2014).
Con lo expuesto, pareciera ser que ese acuerdo objetivo
al que se reeren los autores –parafraseando a Pierre
Bourdieu– estuviera de pronto, vaciado de contenido
ideológico, aislado de cualquier confrontación y
desprendido, por lo tanto, de intereses de clase en pos de
mantener una continuidad aun cuando se transforman
las relaciones históricas de una sociedad. Y si esto fuera
así, si el accionar de una clase responde a acciones
espontáneas o a fuerzas del orden de lo natural, ¿cómo
explicaríamos la Revolución de Mayo en términos
de revolución? Y en el caso de que la respuesta fuera
negativa, ¿cómo explicamos, entonces, la instalación de
un sistema capitalista con el que de pronto nos topamos
a nes del siglo XIX? ¿Qué pasó durante todo un siglo?
Como se hace visible en las palabras de Susana
Ramella (1985): “La historiografía de San Juan rescata,
generalmente, la actuación política de los personajes
más prestigiosos de su historia, los sucesos militares
más descollantes y, a veces, oculto detrás de esos
acontecimientos, se señala el nacimiento de sus
instituciones fundamentales” (p. 129). En efecto, la
institucionalización de cualquier poder no debe tratarse
como una suerte de proceso dado naturalmente y
mucho menos debe ser desligado de la actuación
política y orgánica de esos “personajes prestigiosos”.
En esta línea, volvemos a insistir en la consideración de
Lirussi, Gómez y otros (2014), aunque esta vez, haciendo
hincapié en la primordial importancia que los citados
autores le atribuyen a las estrategias de reconversión
de las diferentes formas de capital bourdianas, en
los momentos fundantes del campo jurídico y de las
estrategias de reproducción, para concluir que, entre
ellas, la que se considerará la más privilegiada y utilizada
por la “elite sanjuanina” durante todo el siglo XIX, será
el matrimonio y la construcción de las redes familiares.
Si bien, a simple vista suena innovadora y lógica la
propuesta, el problema que arrastra esta particular (y
bastante general) forma de analizar la realidad social
y, por lo tanto, las sociedades en su complejidad, es
que se termina reduciendo a estas, a una sumatoria
de acciones de individuos aislados. Efectivamente, y
como lo expresa Mariano Schlez (2010), “privilegiar el
análisis del ‘comportamiento’ de los sujetos, y en este
sentido, de los lazos de ‘parentesco’, nos puede llevar a
relegar la profunda naturaleza de su reproducción social,
ocultando los antagonismos que recorren a los bandos en
pugna” (p. 221). Es decir, estudiar como algunos agentes
buscan acceder al matrimonio con otros agentes
sin profundizar en la conformación de las fuerzas
antagónicas, los intereses de clase y, de la mano de
estos, la reproducción social de una clase, los procesos
terminan siendo explicados como:
…vicisitudes personales, encuentros y desencuentros
completamente aleatorios, que responden a
estrategias que cada individuo pone en juego con
sus acciones. En su interpretación, el éxito individual