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Prado
TRAMAS SOCIALES | Nº 02 | Año 02 | ISSN 2683-8095
135-153
El lema del Movimiento de los Sin Tierra
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de Brasil
“Ocupar, Resistir, Producir”, describe de forma
bastante precisa la secuencia seguida en las diferentes
recuperaciones de empresas que tuvieron lugar en la
Argentina en el pasado reciente.
El desafío de la puesta en marcha de la empresa
recuperada es preservar y desarrollar relaciones
económicas autogestionarias, inclusive cuando el
producto del proceso deba atenerse a las reglas de
la competencia en el mercado capitalista. En ese
sentido, aunque los trabajadores se sientan “dueños”
de su trabajo, no es posible evitar que ese trabajo
autogestionario dependa de las relaciones sociales
hegemonizadas por el capitalismo. De modo que, si
bien el proceso de producción es diferente en empresas
cooperativas, estas necesitan insertar sus productos en
un mercado capitalista para subsistir. Es esta una razón
cosa desde su titular al Estado, mediante el dictado de
una ley y el pago previo de la indemnización equivalente
al valor económico del objeto expropiado. Se encuentra
regulada legalmente mediante la ley nacional Nº 21.499
y en diferentes leyes provinciales. Según la legislación
vigente puede expropiarse cualquier bien, sea público o
privado, material (una máquina o inmueble) o inmaterial
(una marca, por ejemplo) siempre que se procure la
satisfacción del bien común. En el caso de las empresas
recuperadas la “utilidad pública” radica en la preservación
de las fuentes de trabajo.” (Ruggeri, Galeazzi y García,
2012, p. 32).
2. El “Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra” surgió
en Brasil a mediados de los años ochenta, como respuesta
a la necesidad secular de tierra de significativos grupos
de campesinos. En un país como Brasil, con haciendas
cuya área supera un millón de hectáreas (la mayor tiene
30 millones de kilómetros cuadrados de superficie), la
única salida para los campesinos sin tierra fue buscar
formas de acción que les permitiesen hacerse de ella
allí donde vivían; sobre todo, si se toma en cuenta que
tierras no cultivadas sobraban en todas las regiones de
dicho país. La ocupación de territorios se transformó en el
principal instrumento de presión y en la primera escuela
de concientización política y de socialización de decenas
de miles de campesinos. Desde entonces, ese movimiento
ha conseguido por vías no violentas convertirse en un
instrumento de transformaciones revolucionarias en la
sociedad brasileña. Ver más en Harnecker, M. (2002). El
Primer Congreso Nacional de Delegados de los Movimientos
en procura de Tierras fue en 1985 y la constitución legal
del MST en 1988.
más, que permite sostener y convalidar que la existencia
y autogestión de las ERT, no implican un cambio de
régimen político opuesto al vigente.
Los trabajadores logran concretar la transición de
sus roles (trabajador en la fase productiva a gestor)
cuando la producción está en marcha. Muchas veces,
en este momento toman autoconciencia de sí mismos
como obreros y también como patrones, de trabajador
asalariado a trabajador autogestionario. Pero este
aspecto no solamente alcanza a los trabajadores y
sus lógicas de acción, sino que interpela también a los
mismos instrumentos legales y tributarios que regulan
las modalidades del trabajo en tanto categoría analítica
y como aspecto constitutivo de la identidad y dignidad
de las personas en sociedad.
En Argentina existen varias ERT reconocidas
mundialmente como fenómenos a imitar, entre ellos
merecen mencionarse: IMPA (Industria Metalúrgica
y Plástica Argentina, primera ERT del país); Brukman
(fábrica textil); FaSinPat (ex Zanón, fábrica de
cerámicos); La Nueva Esperanza (ex Grissinopli,
panicadora). Sin embargo, el Hotel BAUEN (Buenos
Aires Una Empresa Nacional) y la cooperativa Artes
Grácas Chilavert son casos de ERT que tuvieron gran
impacto social, político, cultural y económico a nivel
mundial, ya que fueron pioneras y representativas de la
recuperación de ex-empresas propiamente capitalistas.
Existen múltiples estudios académicos que visibilizan
el carácter cientíco de abordar un estudio sobre la
autogestión. La mayor parte de las obras dedicadas al
estudio de las ERT, (Ruggeri, 2010; Rebón y Salgado,
2008; Hudson, 2007; Gambina y otros, 2006; Fajn,
2003) caracterizan al fenómeno como una estrategia
defensiva. En este sentido, concuerdan en que el
objetivo primordial de la toma y posterior recuperación
de empresas era defender sus fuentes de trabajo y
mantenerlas en funcionamiento, siendo el elemento
detonante la crisis estructural que afrontó el país en
2001. En sintonía, Pizzi e Icart (2014) señalan que el
fenómeno de recuperación de empresas en quiebra o
en proceso de cierre por parte de sus trabajadores tuvo