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TRAMAS SOCIALES | Nº 02 | Año 02 | ISSN 2683-8095
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Guzmán, María Florencia
1
1.Licenciada en Sociología y Profesora en Sociología por
la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ). Doctoranda
en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Cuyo
(UNCUYO) y Becaria doctoral de CONICET con lugar de
trabajo en el Instituto de Investigaciones Socioeconómicas
(IISE, Facultad de Ciencias Sociales, UNSJ).
Recepción:12/03/2020 | Aceptación: 15/04/2020
LA AUTOGESTIÓN OBRERA EN ARGENTINA COMO ALTERNATIVA A LA CRISIS CAPITALISTA.
EXPERIENCIAS E HISTORIAS DE ‘EMPRESAS RECUPERADAS POR SUS TRABAJADORES’ EN SAN JUAN.
Prado, Flavia Cecilia
1
Resumen:
La autogestión de empresas en San Juan dista mucho, en
términos cuantitativos, de la magnitud que el fenómeno
ha alcanzado en los grandes centros poblacionales
del país. Sin embargo, su abordaje cualitativo es
importante, ya que si bien se registran sólo dos casos
exitosos de Empresas Recuperadas (Hotel Cacique
Pismanta y Aserradero Santiago), éstas no son las únicas
experiencias de autogestión, destacándose también
la situación de la Fábrica de Galletitas Dilexis, el Hotel
Nogaró y la Cerámica San Juan. Por ello, este trabajo
procura describir las diferentes experiencias exitosas y
no exitosas de recuperación de empresas y enmarcar el
fenómeno en la trama del contexto nacional.
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Worker´s self-management in Argentina as an
alternative to the capitalist crisis. Experiences
and stories of ´Enterprises Recovered by their
Workers´ in San Juan.
El abordaje metodológico es de carácter exploratorio/
descriptivo, orientado a la reconstrucción de las
condiciones y condicionamientos histórico-estructurales
apuntando a reintroducir las experiencias, situaciones
y actores implicados en los procesos. En el análisis
se articulan bibliografía especializada, información
estadística, testimonios orales y fuentes documentales
disponibles.
Entre los principales hallazgos se destaca que las
recuperaciones de empresas han implicado un camino
complejo en el que interviene una pluralidad de actores
con diversos grados de autonomía. Los intentos de
autogestión aquí descriptos, son claros ejemplos de las
numerosas búsquedas de alternativas a las persistentes
crisis capitalistas que azotan el mundo del trabajo.
Palabras claves:
Empresas Recuperadas por sus Trabajadores // Procesos
de autogestión obrera // San Juan.
Abstract:
The self-management of enterprises in San Juan is
far, in quantitative terms, from the magnitude that
the phenomenon has reached in the large population
centers of the country, however its qualitative approach
reveals important aspects to highlight. Although in this
province there are only 2 successful cases of Enterprises
Recovered by their Workers (the Hotel Termas Pismanta
cooperative and the Santiago sawmill), these are not the
only experiences of self-management, also highlighting
the situation of the Dilexis Cookie Factory, the Nogaró
Hotel and San Juan Ceramic. Therefore, this work tries
to describe the dierent successful and unsuccessful
experiences of enterprises recovery in the province
and frame the phenomenon in the plot of the national
context.
The methodological approach is exploratory/
descriptive, oriented to the reconstruction of the
historical-structural conditions and conditioning,
aiming to reintroduce the experiences, situations and
provincial actors involved in the processes. The analysis
includes specialized bibliography on the subject,
public statistical information, some oral testimony and
available documentary sources.
Among the main ndings, it should be noted that the
recoveries of enterprises in San Juan have involved a
complex path in which a plurality of actors with dierent
degrees of autonomy intervene. The attempts at self-
management described here, are clear examples of the
numerous searches for alternatives to the persistent
capitalist crises that plague the world of work.
Key words:
Enterprises Recovered by their Workers // Worker self-
management processes // San Juan.
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Introducción:
En el presente artículo se recuperan algunos de
los hallazgos, resultados y reexiones principales
alcanzadas con la tesis de grado “Empresas recuperadas
por sus trabajadores en San Juan. La experiencia de
la Cooperativa Hotel Cacique Pismanta: procesos de
toma, recuperación y autogestión, desde la perspectiva
de sus trabajadores”, defendida por la autora en el
mes de diciembre del 2018 en el marco de las carreras
Licenciatura y Profesorado en Sociología (Facultad de
Ciencias Sociales, Universidad Nacional de San Juan).
Entre otras cosas, dicha investigación procuró aportar al
conocimiento de las experiencias de autogestión en la
provincia de San Juan devenidas durante el contexto de
la gran crisis de los años 2001-2002.
El proceso de recuperación de empresas quebradas
o vaciadas por sus patrones, que constituye el objeto
de estudio del trabajo, se ha extendido a lo largo de
todo el territorio nacional hace algunas décadas,
concentrándose particularmente en la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires y el conurbano bonaerense,
y en algunas provincias como Córdoba y Santa Fe.
Ciertamente, su expansión geométrica coincide con el
contexto de inestabilidad social y depresión económica
que caracterizó al país hacia nes del siglo XX y principios
del XXI.
Se trata de un fenómeno complejo que ha adquirido
un carácter paradigmático dentro de lo que ha
dado en llamarse “nuevas formas asociativas de
trabajadores”. Entre otros rasgos, las “empresas
recuperadas” reproducen en su interior aspectos de
la llamada Economía Social: se comprometen con el
espíritu cooperativista y de autogestión, a la vez que
se conducen bajo una lógica de colaboración y trabajo
entre sus miembros que, negando toda forma de
explotación, toma relativa distancia respecto a la lógica
de acción típica de las empresas capitalistas clásicas.
Por ello, dada la complejidad y dinamismo permanente
de los procesos de crisis capitalista, resulta de gran
interés abordar las características asumidas por las
“empresas recuperadas” en la provincia de San Juan.
Ciertamente, el fenómeno de la autogestión en la
provincia dista mucho, en cuanto a la cantidad de casos
registrados, respecto a la magnitud que el mismo ha
alcanzado en los grandes centros poblacionales del
país. De acuerdo al último relevamiento realizado
por el Programa Facultad Abierta (2014) desarrollado
por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad
de Buenos Aires, existen sólo dos casos de Empresas
Recuperadas por sus Trabajadores (ERT) en San Juan:
la cooperativa Hotel Termas Pismanta y el aserradero
Santiago.
Ahora bien, pese a que formalmente se han registrado
sólo estos dos casos exitosos de recuperación de
empresas en San Juan, no constituyen las únicas
experiencias locales de autogestión. En efecto,
existieron en la provincia varias iniciativas de
recuperación de empresas que, si bien no lograron
consolidarse como ERT, experimentaron un breve inicio
en la autogestión con la intención explícita de lograrlo:
la Fábrica de Galletitas Dilexis, el Hotel Nogaró y el caso
de la Cerámica San Juan. La recuperación de empresas
es también un fenómeno importante en San Juan, tal
vez más en términos cualitativos que cuantitativos (si
consideramos sólo el número nal de ERT en el contexto
nacional), pues los varios intentos de “ocupación” y
“recuperación” de fábricas y empresas, otorgaron
gran protagonismo a los colectivos de trabajadores
y validaron sus argumentos reunidos en pos de la
“defensa de sus fuentes laborales”. En este sentido, la
pregunta rectora del trabajo será ¿cuáles fueron y cómo
se suscitaron los procesos de recuperación de espacios
productivos y laborales por los propios trabajadores
en la provincia de San Juan, en el marco de la crisis
estructural que afectó al país en el año 2001-2002?
Así, el periodo temporal del trabajo se circunscribe al
proceso de crisis estructural del 2001-2002, mientras
que el recorte espacial del objeto de investigación se ha
concentrado en torno a las experiencias sanjuaninas de
autogestión.
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Respecto al abordaje teórico-epistemológico, como
el trabajo es resultado de una tesis se han recuperado
aportes de dos núcleos conceptuales esenciales:
la Sociología del Trabajo que aporta una mirada
integral sobre las condiciones histórico-sociales
que intervienen en el mundo del trabajo,
claricando los vínculos entre sociedad-trabajo-
empresa-producción; y
la Sociología de la Organización coadyuvó
a poner en valor la acción e interacción de
los trabajadores, insertos en las tramas
organizacionales.
Los aportes de ambos enfoques teóricos han sido de
gran utilidad y se verán reejados articuladamente en
las páginas que siguen.
El abordaje metodológico es de tipo exploratorio/
descriptivo de carácter “sociohistórico”, anclado en
la búsqueda y articulación de fuentes testimoniales
y documentales. Los testimonios fueron recabados
a partir de entrevistas en profundidad, realizadas a
trabajadores de algunas empresas en cuestión, aplicadas
durante el trabajo de campo de la tesis y permitieron
ahondar en la descripción y reconstrucción analítica de
los escenarios. La selección de los trabajadores tuvo un
carácter teórico e intencional, siguiendo dos criterios
fundamentales: heterogeneidad y accesibilidad
(Padua, 2010). En cuanto a las fuentes documentales,
se trata de normativas, periódicos locales y nacionales
y estadísticas públicas, orientadas a la reconstrucción
de las condiciones y condicionamientos histórico-
estructurales de las empresas recuperadas en la
provincia. En relación al análisis de datos, se siguió
el esquema propuesto por Miles y Huberman (1994),
comenzando por la recolección de información, luego
su reducción/simplicación (según ciertas categorías de
análisis) y nalmente la delimitación de conclusiones
generales.
Devenir de las Empresas Recuperadas por sus
Trabajadores en el contexto nacional.
Entre las características distintivas de la sociedad
argentina durante la mayor parte del siglo XX, puede
mencionarse la conguración de una estructura social
relativamente más igualitaria en comparación con la
de otros países de América Latina signada, entre otras
cosas por la expansión y peso social adquirido por las
amplias capas medias. No obstante, a raíz del último
golpe de Estado devenido en 1976 el país experimentó
una signicativa transformación vinculada al abandono
del modelo sustitutivo de importaciones y adopción
de uno nuevo basado en la apertura y desregulación
económica.
Con la dictadura militar impuesta desde el 24 de marzo
de 1976, fueron aplicadas una serie de disposiciones
sociales y económicas tendientes a eliminar simbólica y
materialmente los pilares centrales del modelo anterior.
Ello implicó la puesta en marcha del “terrorismo” de
Estado en el país, acompañado por medidas económicas
tendientes a desarticular las bases materiales del
modelo sustitutivo redistribucionista, que estaba
fundado esencialmente en la industrialización, la
organización sindical institucionalizada y la protección
mercado-internista. En efecto, durante esta etapa
fueron destruyéndose correlativamente, la organización
sindical y la industria nacional, entre otras; dando
lugar a un doble proceso social: “desindustrialización/
desproletarización” (Algañaraz y Casas, 2011, p. 135).
Los organismos internacionales en este contexto,
se convirtieron en actores claves en el devenir de las
políticas económicas argentinas. Al nalizar la década
del ´80 los gobiernos latinoamericanos atravesaban
por graves distorsiones en sus economías, que se
caracterizaban por un elevado décit scal (el de sus
balanzas de pago), desempleo e inación creciente.
Se observaba también, baja acumulación de capital,
altos niveles de endeudamiento, caída importante
en la disponibilidad de créditos internacionales para
inversiones productivas y fuga de capitales. Todo
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esto puso en evidencia, lo que desde la Sociología del
Trabajo podría señalarse como el nal de un modelo de
acumulación de capital y el comienzo de otro.
Luego de una etapa de marchas y contramarchas en la
conguración del modelo neoliberal en las postrimerías
de los setenta, fue gestándose una segunda etapa del
mismo durante la década de 1980, que terminará por
alcanzar niveles de profundización y perfeccionamiento
con la asunción como presidente de Carlos Menem en
1989. Los cambios radicales en la economía fueron
promovidos e instaurados por políticas que establecieron
una serie de transformaciones institucionales, entre las
que se destaca la modicación del rol del Estado, la
especulación nanciera, la liberalización y desregulación
de los mercados, incluyendo el mercado de trabajo
que hasta entonces fue un pilar central de las políticas
implementadas en esa materia.
En cuanto a las transformaciones realizadas a partir de
los noventa, que conforman la antesala de los procesos
de recuperación de empresas, es necesario abordar
más detenidamente esta etapa, con el propósito de
aproximarse comprensivamente a la relación entre el
contexto de crisis del país y el inicio de experiencias
autogestionadas en empresas quebradas.
Durante la compleja década de 1990, Argentina
atravesó por una signicativa caída en los índices de
desarrollo económico y deterioro de las condiciones de
vida de la población, por efecto del abrupto aumento
de la pobreza. Ello redundó en un incremento de
las desigualdades sociales siendo particularmente
los sectores trabajadores los más perjudicados. Así,
el crecimiento del sector informal de la economía,
la precarización laboral, extensión de la pobreza e
indigencia y aumento del desempleo fueron los rasgos
determinantes del periodo.
Por efecto de este escenario político, económico y
social altamente adverso, numerosos trabajadores
de las distintas ramas de la producción de bienes y
servicios, realizaron interminables huelgas en todo el
país. Correlativamente, impulsaron diversas formas de
asociación y conformación de redes como formas de
sobrevivencia o alternativas para mantener sus fuentes
laborales. Entre ellas se destacan la “Red Global de
Trueque” (planteada como un sistema complementario
al mercado desde 1995); las “Ferias de verduras libres
de agroquímicos y productos artesanales” (surgidas
como políticas públicas municipales en la provincia de
Santa Fe en el año 2002) y, por supuesto, las Empresas
Recuperadas por sus Trabajadores (o ERT) que surgieron
a partir del año 2001 “…ante la pérdida de los puestos de
trabajo en condiciones de crisis generalizada, sin apoyo
ni contención signicativa por parte de los partidos
políticos, sindicatos o programas estatales…” (Ruggeri,
2014, p. 15).
El breve gobierno de “La Alianza” y la crisis
estructural del 2001: impactos en el mundo del
trabajo.
El 24 de octubre de 1999 asumió el gobierno nacional
“La Alianza”, coalición encabezada por Fernando De
La Rúa (referente de la Unión Cívica Radical) y Carlos
“Chacho” Álvarez (impulsado por un sector de centro-
izquierda), sosteniendo la “Convertibilidad” como eje
incuestionable del desarrollo económico. La gestión
de la Alianza fue muy breve pero intensa: recesión
económica, devaluación y deuda externa en crecimiento
fueron algunas de las variables que signaron un difícil
contexto, afrontado con políticas de ajuste scal. En
muy poco tiempo, el gobierno entró en un círculo
vicioso en el que prácticamente aceptaba todas las
sugerencias del FMI. Dicho organismo multilateral
de crédito facilitó constantemente nanciamiento
externo, siendo el gobierno sometido a un monitoreo
permanente. Correlativamente, se agudizaron los
problemas estructurales de la economía nacional. En
efecto, el gobierno terminó por endeudar aún más al
país y aplicar una serie de medidas extremas como,
por ejemplo, recortes salariales cuando la economía
entraba en recesión. Todo esto constituyó la antesala
del desbarranco del gobierno de La Alianza.
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“...Las intensas pujas entre los múltiples grupos
políticos integrantes de la coalición que ocuparon
cargos en el Estado, habían virtualmente paralizado
al sector público durante los cortos años de gestión
aliancista. Al punto que, sobre la desarticulación
y desguace dejados por la impronta neoliberal de
Menem, se acumuló el desmantelamiento provocado
por las disputas políticas dirimidas, precisamente en
el seno mismo del aparato burocrático estatal...”
(Thwaites Rey, 2008, p. 78).
Corvalán (2010) ha señalado que la Alianza dejó de
funcionar en muy poco tiempo como una coalición de
gobierno, ya que no solo De la Rúa se concentraba en
un grupo de asesores de conanza, sino que a su vez
la coalición se había visto debilitada ante la renuncia
del vicepresidente Carlos Álvarez. Esta suerte de
aislamiento del campo político, sumado a la falta de
decisión y fuerza política propia derivó en una pérdida
de conanza de parte del grueso de la sociedad. Ante
la falta de soluciones a los problemas económicos y los
grandes disturbios sociales, De la Rúa debió renunciar.
A nes de noviembre de 2001 se produjo un fuerte
crack bancario, ocasionado por las limitaciones que
el Gobierno impuso a los ciudadanos para el retiro
de dinero en los Bancos, situación que dio origen
al denominado corralito. “...Este no sólo incluía los
ingresos, atesoramientos e inversiones de pequeños
propietarios, sino también los salarios: la bancarización
decretada anteriormente forzaba a realizar todas las
transacciones económicas a través de los bancos...”
(Carrera y Cotarelo, 2006, p. 29). A su vez, los empleados
públicos percibían sus sueldos con atraso y parcialmente
pagados en bonos provinciales, de igual modo que los
desocupados, sus subsidios. Una situación similar fue
sobrellevada por muchos asalariados privados, que
recibieron sus salarios en pequeñísimas cuotas. Se
produjo así la desaparición del dinero como medio de
cambio.
Las protestas de diciembre fueron, en lo inmediato,
la respuesta al corralito, que recibió un repudio
generalizado, no sólo de los “ahorristas de clase media”,
sino también de organizaciones sindicales. Este fue
el precedente de la crisis institucional y estructural
de diciembre de 2001. Carrera y Cotarelo (2006) lo
calican como un proceso que comienza con las
movilizaciones convocadas por las centrales obreras y
organizaciones de pequeños y medianos empresarios,
continúa en la huelga general, cortes de rutas, saqueos,
manifestaciones y lucha callejera, ataques a edicios
públicos, bancos y empresas privatizadas, así como
cacerolazos, hasta culminar en el combate callejero en
el centro político del país.
Para el mercado de trabajo, la crisis signicó cesantías de
la fuerza laboral, el cierre de fábricas y empresas, exiguas
e insucientes respuestas reivindicatorias por parte de
la dirigencia sindical, agudización del empobrecimiento
de amplias capas de la sociedad y escasas perspectivas
de cambio social. En contraposición y como corolario
muchas organizaciones sociales desplegaron
estrategias de acción directa y combativa, situaciones
que permitieron recongurar las relaciones de fuerza
con el resto de los actores, habilitando nuevos espacios
sociales y formas de productividad e intercambios.
En este sentido, emergieron nuevas identidades,
contenidos y formas de acción.
Dimensionando el fenómeno de recuperación de
empresas a nivel nacional.
El fenómeno de ocupación de fábricas y/o empresas no
es algo nuevo en Argentina. Sus orígenes se remontan
a la década de 1950, cuando los trabajadores ocuparon
cientos de fábricas, por breves períodos, como parte
de planes de lucha de carácter sindical y político. Con
posterioridad, en la década de 1980 se registraron casos
aislados de ocupación y control obrero de fábricas.
Sin embargo, dicho fenómeno fue mucho más visible
recientemente con la profunda crisis de nes de los
años ´90, en tanto se multiplicaron y complejizaron las
experiencias de empresas recuperadas por sus propios
trabajadores.
Es el delicado contexto de esta crisis el que
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“...aumenta la cantidad de unidades productivas
factibles de entrar en procesos de quiebra o cierre
-territorio potencial para la recuperación-, y altera
en forma regresiva las alternativas tradicionales
de los trabajadores de enfrentar el desempleo,
convirtiendo en más favorables los costos de
oportunidad para la realización de acciones no
convencionales...” (Salgado, 2011, p. 3).
Aunque los casos de autogestión obrera de empresas
y fábricas quebradas, vaciadas o abandonadas por
sus patrones no carecían de antecedentes históricos
es, a nes de los noventa, cuando se convierten en un
movimiento con características e identidad propias.
Las características que asumió este fenómeno en
Argentina adquirieron relevancia a nivel mundial y
varios especialistas advirtieron la posibilidad de que el
avance sobre la propiedad privada, pudiese expandirse
a todos los aspectos sociales. Sin embargo, esto no
sucedió, quedando de maniesto que el propósito de
la recuperación de las empresas en contexto de crisis,
implicó fundamentalmente una estrategia de los
propios trabajadores para mantener su fuente laboral.
Las ERT intentan reproducir en su interior algunos
aspectos que, vistos desde la Sociología de la
Organización, promueven la ruptura con aquellos
parámetros tradicionales de la economía de mercado
y permiten estructurarse como nuevas formas de
asociatividad y con el espíritu cooperativista, de
autogestión, colaboración y compromiso ético-social.
La autogestión obrera constituye un particular tipo
de dinámica laboral, llevada a cabo en las difíciles
condiciones de una crisis avasalladora. Experiencia que,
al mismo tiempo, está sujeta a la creatividad de sus
protagonistas para superar una situación estructural
sin salida. En efecto, los obreros de las ERT enfrentaron
el conicto de la cesantía a través de la ruptura del
entramado de las relaciones productivas capitalistas
(patrón/obrero).
“...Más allá de sus limitaciones y su magnitud, estas
experiencias han implicado una mayor inuencia
directa de los trabajadores sobre la esfera de la
“economía” y, por lo tanto, grados crecientes
de empoderamiento social sobre la propiedad
privada, el uso y el control de recursos y actividades
económicas...” (Antón, Rebón y otros, 2010, p. 108).
Entendiendo que la “autogestión” se encuentra en
el seno mismo de las ERT resulta pertinente revisar
algunos de sus alcances conceptuales y políticos.
Siguiendo a Di Tella (2008) la autogestión reere a un
modelo de organización de ciertas actividades sociales,
en el cual las decisiones de conducción son adoptadas
por las personas que participan de las mismas. En ese
sentido, implica dos armaciones:
Eliminación o atenuación de las diferencias
jerárquicas; o sea, de la distinción entre
directivos y trabajadores.
Autonomía respecto de la injerencia de poderes
o autoridades externas.
Así, la autogestión es considerada una modalidad
altamente participativa, en la que se transere el poder
del empresario a los trabajadores. Se trata de un sistema
de autogobierno de las empresas, en virtud del cual se
delega la facultad de formular y adoptar decisiones a
instancias compuestas por representantes del personal
y designados por ellos mismos.
Respecto del camino elegido por la mayoría de las ERT,
la conformación de cooperativas de trabajo es la gura
legal que viabiliza la recuperación productiva y laboral
de la empresa. El cooperativismo posibilita asumir el
control de la empresa sin afrontar las deudas contraídas
por los antiguos dueños, algunas disminuciones
impositivas, recibir subsidios u otro tipo de apoyo
público y realizar operaciones comerciales, además de
presentarse ante un juzgado como un eventual sujeto
de continuidad laboral y la posibilidad de obtener la
expropiación por parte del Estado.
1
1.La expropiación es conceptualizada como “...una
transferencia obligatoria de la propiedad o uso de una
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El lema del Movimiento de los Sin Tierra
2
de Brasil
“Ocupar, Resistir, Producir”, describe de forma
bastante precisa la secuencia seguida en las diferentes
recuperaciones de empresas que tuvieron lugar en la
Argentina en el pasado reciente.
El desafío de la puesta en marcha de la empresa
recuperada es preservar y desarrollar relaciones
económicas autogestionarias, inclusive cuando el
producto del proceso deba atenerse a las reglas de
la competencia en el mercado capitalista. En ese
sentido, aunque los trabajadores se sientan “dueños”
de su trabajo, no es posible evitar que ese trabajo
autogestionario dependa de las relaciones sociales
hegemonizadas por el capitalismo. De modo que, si
bien el proceso de producción es diferente en empresas
cooperativas, estas necesitan insertar sus productos en
un mercado capitalista para subsistir. Es esta una razón
cosa desde su titular al Estado, mediante el dictado de
una ley y el pago previo de la indemnización equivalente
al valor económico del objeto expropiado. Se encuentra
regulada legalmente mediante la ley nacional Nº 21.499
y en diferentes leyes provinciales. Según la legislación
vigente puede expropiarse cualquier bien, sea público o
privado, material (una máquina o inmueble) o inmaterial
(una marca, por ejemplo) siempre que se procure la
satisfacción del bien común. En el caso de las empresas
recuperadas la “utilidad pública” radica en la preservación
de las fuentes de trabajo.” (Ruggeri, Galeazzi y García,
2012, p. 32).
2. El “Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra” surgió
en Brasil a mediados de los años ochenta, como respuesta
a la necesidad secular de tierra de significativos grupos
de campesinos. En un país como Brasil, con haciendas
cuya área supera un millón de hectáreas (la mayor tiene
30 millones de kilómetros cuadrados de superficie), la
única salida para los campesinos sin tierra fue buscar
formas de acción que les permitiesen hacerse de ella
allí donde vivían; sobre todo, si se toma en cuenta que
tierras no cultivadas sobraban en todas las regiones de
dicho país. La ocupación de territorios se transformó en el
principal instrumento de presión y en la primera escuela
de concientización política y de socialización de decenas
de miles de campesinos. Desde entonces, ese movimiento
ha conseguido por vías no violentas convertirse en un
instrumento de transformaciones revolucionarias en la
sociedad brasileña. Ver más en Harnecker, M. (2002). El
Primer Congreso Nacional de Delegados de los Movimientos
en procura de Tierras fue en 1985 y la constitución legal
del MST en 1988.
más, que permite sostener y convalidar que la existencia
y autogestión de las ERT, no implican un cambio de
régimen político opuesto al vigente.
Los trabajadores logran concretar la transición de
sus roles (trabajador en la fase productiva a gestor)
cuando la producción está en marcha. Muchas veces,
en este momento toman autoconciencia de sí mismos
como obreros y también como patrones, de trabajador
asalariado a trabajador autogestionario. Pero este
aspecto no solamente alcanza a los trabajadores y
sus lógicas de acción, sino que interpela también a los
mismos instrumentos legales y tributarios que regulan
las modalidades del trabajo en tanto categoría analítica
y como aspecto constitutivo de la identidad y dignidad
de las personas en sociedad.
En Argentina existen varias ERT reconocidas
mundialmente como fenómenos a imitar, entre ellos
merecen mencionarse: IMPA (Industria Metalúrgica
y Plástica Argentina, primera ERT del país); Brukman
(fábrica textil); FaSinPat (ex Zanón, fábrica de
cerámicos); La Nueva Esperanza (ex Grissinopli,
panicadora). Sin embargo, el Hotel BAUEN (Buenos
Aires Una Empresa Nacional) y la cooperativa Artes
Grácas Chilavert son casos de ERT que tuvieron gran
impacto social, político, cultural y económico a nivel
mundial, ya que fueron pioneras y representativas de la
recuperación de ex-empresas propiamente capitalistas.
Existen múltiples estudios académicos que visibilizan
el carácter cientíco de abordar un estudio sobre la
autogestión. La mayor parte de las obras dedicadas al
estudio de las ERT, (Ruggeri, 2010; Rebón y Salgado,
2008; Hudson, 2007; Gambina y otros, 2006; Fajn,
2003) caracterizan al fenómeno como una estrategia
defensiva. En este sentido, concuerdan en que el
objetivo primordial de la toma y posterior recuperación
de empresas era defender sus fuentes de trabajo y
mantenerlas en funcionamiento, siendo el elemento
detonante la crisis estructural que afrontó el país en
2001. En sintonía, Pizzi e Icart (2014) señalan que el
fenómeno de recuperación de empresas en quiebra o
en proceso de cierre por parte de sus trabajadores tuvo
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lugar en el contexto de la profunda crisis económica,
política y social argentina de los años 2001 y 2002. Dicha
estrategia fue visualizada por sus protagonistas como el
último intento para salvar sus fuentes de trabajo.
Siguiendo esta línea, la Fundación CIESO (Centro de
Investigación de la Economía Social) cuenta con varias
investigaciones sobre las cooperativas de trabajo.
Mario Elgue, en su libro denominado “Más allá de lo
económico y lo social” (2006), presenta el fenómeno de
las cooperativas de trabajo como formas estratégicas
de organización para superar la desintegración de la
unidad productiva en tanto fuente de trabajo. En este
sentido, las unidades productivas (empresas) tomadas
y/o recuperadas son consecuencia de un estado
particular de la fuerza de trabajo desocupada que
adopta las formas de cooperativas, constituyendo una
propuesta superadora de otras formas de asistencia a
desempleados, ya que preservan la cultura del trabajo y
la dignidad de sus actores.
El Programa Facultad Abierta
3
editó una trilogía en
el año 2014, resultado de los trabajos expuestos en
el IV Encuentro Internacional “La Economía de los
Trabajadores” realizado en João Pessoa (Brasil, 2013)
que signicó una trascendental compilación académico-
cientíca para los estudios de la temática. En el primer
relevamiento, efectuado en los últimos meses de 2002 y
los primeros de 2003, se recuperó información referida
a 59 casos. El segundo, realizado en 2004, captó datos
sobre 72 ERT. Y el tercero, que tuvo lugar en 2010, dio
cuenta de 85 casos en estudio. En cuanto al cuarto
relevamiento, realizado entre nes de 2013 y principios
3. Es un programa de investigación y extensión universitaria
vigente desde el año 2002, dependiente de la Facultad de
Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA)
y coordinado por Andrés Ruggeri. Su misión es investigar,
a la vez que brindar apoyo y asesoramiento a las ERT. A
partir del año 2004, entre otras acciones, el Programa creó
el Centro de Documentación de Empresas Recuperadas
que funciona en las instalaciones de la Cooperativa
Chilavert Artes Gráficas. Asimismo, en el marco de dicho
Programa se viene organizando el Encuentro Internacional
“La Economía de los Trabajadores” desde el año 2007
hasta la actualidad.
de 2014 tuvo una particularidad: se centró en los casos
más recientes; es decir, aquellos detectados desde el
cierre del tercer relevamiento en marzo de 2010, los
que podrían llamarse “nuevas empresas recuperadas”.
En todos los casos, las unidades productivas relevadas
corresponden al contexto nacional. Ese cuarto
relevamiento captó un total de 311 ERT en Argentina,
donde 13.462 personas desarrollaban su labor. De estas,
las “nuevas recuperadas” surgidas desde el cierre del
tercer relevamiento, en marzo de 2010, son sólo 63; de
ellas 41 corresponden a los dos últimos años de dicha
investigación (2012 y 2013)
4
.
Cabe aclarar que el fenómeno de las ERT trascendió
la inmediata situación de crisis como lo demuestran
las cifras que se examinarán más adelante. Las
ERT continúan creciendo y esto se visualiza en dos
direcciones: por un lado, las “antiguas” ERT (aquellas
surgidas en la década de los ´90 y durante la crisis de 2001
y años posteriores) se consolidan y, en algunos casos
crecen; por el otro, aparecen “nuevas recuperadas”
(aquellas surgidas durante los años 2010-2013).
El cuarto y último relevamiento presentado por el
Programa de Facultad Abierta contabilizó un total de
311 ERT, ocupando a 13.462 trabajadores. De estas, las
“nuevas recuperadas”, surgidas desde el cierre del tercer
relevamiento en marzo de 2010, son 63, 41 de las cuales
corresponden especícamente a los años 2012 y 2013.
Ahora bien, si se toma como línea de corte el año 2004
(al considerar una etapa de crecimiento y recuperación
4. A partir de la asunción de Mauricio Macri a la Presidencia
de la Nación hacia fines de 2015, se produjo un giro
importante en materia de política económica en el país
que indefectiblemente repercutió en el ámbito de las ERT.
Por tal razón, el Programa efectuó en Junio de 2016 un
estado de la cuestión de las empresas recuperadas en los
comienzos del nuevo ciclo político. Este estudio muestra
cómo las primeras medidas del Presidente afectaron
directamente los procesos de autogestión de empresas.
Al respecto, el Programa Facultad Abierta ha emitido a la
fecha sólo un informe preliminar de la situación de las ERT
sin una mayor sistematización de los datos, por lo cual
no ha podido incorporarse información más reciente en la
presente tesis. Dicho informe puede verse en:
http://www.
recuperadasdoc.com.ar/preliminar2017.pdf
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TRAMAS SOCIALES | Nº 02 | Año 02 | ISSN 2683-8095
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de la economía nacional, luego de la crisis de 2001), el
número de ERT existentes es 163, lo que representa el
52,4% del total de empresas recuperadas registradas
desde el primer relevamiento hasta el último. Es posible
sostener entonces, que la cantidad de ERT que iniciaron
su actividad en el período poscrisis es equiparable al
número de aquellas creadas en el marco de la coyuntura
económica del 2001-2002 y durante la década anterior.
A propósito, y a modo ilustrativo, se presenta el
siguiente cuadro que pone de maniesto la evolución
histórica de los casos de ERT en el país, previa crisis de
2001 al año 2014:
Cuadro N° 1: ERT en Argentina, según provincia de
localización, periodo 2010-2013. Valores absolutos,
relativos e índice de variación.
Orden Provincias ERT
2010
Brecha 2010
%
ERT
2013
2013
%
Brecha
Índice de
evolución/
variación
2013/2010
1 Total Argentina 205 ---- 100,0 311 100,0 ---- 50,7
2 CABA 39 1,00 19,0 58 18,8 1,00 48,7
3 GBA 76 1,95 37,1 97 31,4 1,67 27,6
4 Bs. As. (interior) 31 0,79 15,1 46 14,9 0,79 48,4
5 Santa Fe 20 0,51 9,8 26 8,4 0,45 30,0
6 Córdoba 5 0,13 2,4 14 4,5 0,24 180,0
7 Mendoza 7 0,18 3,4 7 2,3 0,12 0,0
8 Entre Ríos 5 0,13 2,4 5 1,6 0,09 0,0
9 Corrientes 4 0,10 2,0 5 1,6 0,09 25,0
10 Chaco 3 0,08 1,5 9 2,9 0,16 200,0
11 Chubut 2 0,05 1,0 3 1,0 0,05 50,0
12 La Pampa 3 0,08 1,5 5 1,6 0,09 66,7
13 La Rioja 3 0,08 1,5 4 1,3 0,07 33,3
14 Neuquén 3 0,08 1,5 6 1,9 0,10 100,0
15 Río Negro 1 0,03 0,5 8 2,6 0,14 700,0
16 San Juan 2 0,05 1,0 2 0,6 0,03 0,0
17 Tierra del Fuego 1 0,03 0,5 1 0,3 0,02 0,0
18 Catamarca 0 0,00 0,0 1 0,3 0,02 ----
19 Jujuy 0 0,00 0,0 2 0,6 0,03 ----
20 Misiones 0 0,00 0,0 4 1,3 0,07 ----
21 San Luis 0 0,00 0,0 5 1,6 0,09 ----
22 Tucumán 0 0,00 0,0 1 0,3 0,02 ----
23 Resto, excepto Sta. Fe,
BA, GBA
39 1,00 19,0 82 26,5 1,41 110,3
24 BA, GBA, Sta. Fe 111 2,85 54,1 148 47,9 2,55 33,3
25 CABA, BA, GBA, Sta. Fe 166 4,26 81,0 227 73,5 3,91 36,7
En función de los datos presentados, es posible
Fuente: Elaboración propia en base al tercer y cuarto relevamiento de ERT (Ruggeri, 2010 y 2014).
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argumentar que el panorama de las ERT en las provincias
argentinas es el siguiente: 21 de las 24 provincias del
país contaban con al menos una ERT en el año 2013.
Esto muestra una evolución ascendente. Desde del año
2010, se contabilizaron 5 nuevas empresas recuperadas
en provincias que antes no contaban con ERT. De
todos modos, se trata de un fenómeno incipiente y en
fortalecimiento si se observan los niveles porcentuales.
Es importante mencionar que la mitad de los casos
del total del país se ubica en el Área Metropolitana de
Buenos Aires y la otra mitad la conforma el resto de las
provincias. En buena medida, esto reeja un problema
de acceso a los datos de todo el país pues ello resulta
un proceso complejo y económicamente difícil de
sustentar desde un Programa que se ejecuta en Buenos
Aires. Sin embargo, vale aclarar que, según los datos
de los relevamientos anteriores, hubo un notable y
proporcional crecimiento de las ERT en algunas de
las provincias, siendo Buenos Aires la provincia que
continúa concentrando la mayor proporción de casos.
En términos generales, el sector evolucionó
notablemente, aunque algunas provincias mantuvieron
la cantidad de ERT (el caso de Entre Ríos, Mendoza y San
Juan); pero en ninguna de ellas descendió su cantidad.
Ahora bien, circunscribiendo la mirada analítica en torno
a la provincia de San Juan, son muy pocos los estudios
académicos existentes sobre las empresas locales
recuperadas en tiempos del neoliberalismo. En líneas
generales, se trata de estudios exploratorios y más
bien contextuales que ayudan a completar el panorama
del fenómeno a nivel nacional. Albergucci, Arancibia,
Chulman y otras (CTA Ediciones, 2009) reúnen la
experiencia de seis ERT en Argentina, siendo una de
ellas el caso sanjuanino del Hotel Termas Pismanta. Hay
que destacar, también, que dicho caso fue analizado en
profundidad en la tesis de grado que da origen a este
trabajo
5
y además ha sido incluido en el relevamiento
5. El caso específico del Hotel Cacique Pismanta, su
proceso de recuperación por parte de los trabajadores y
funcionamiento como cooperativa ha sido analizado con
profundidad en otro artículo científico.
realizado por el Programa Facultad Abierta. En lo que
sigue focalizaremos el lente analítico en las diversas
experiencias de autogestión laboral en San Juan,
independientemente de si resultaron exitosas o no.
Respuestas de los trabajadores a la crisis: los
procesos de recuperaciones (exitosos y no
exitosos) de empresas en la provincia de San
Juan.
Como se detalló anteriormente la Argentina del año 2001,
estuvo marcada por la crisis estructural y la consecuente
lucha de los trabajadores por mantener sus fuentes
laborales. Ante ese escenario, cientos de trabajadores
protagonizaron sucesivas huelgas y desplegaron
múltiples iniciativas de sobrevivencia, entre las que
se encuentra la recuperación de empresas. Sobre éste
fenómeno, hay que indicar que a lo largo del país hubo
muchos intentos por consolidar estas experiencias, pero
no todos los casos resultaron exitosos. Particularmente,
la provincia de San Juan cuenta con diversos casos que
merecen ser destacados.
Fábrica de galletitas Dilexis:
Examinando la escasa información disponible sobre la
situación que se vivió en la fábrica de galletas, puede
señalarse que Dilexis fue la primera fábrica del rubro en
la provincia. Fue puesta en funcionamiento a nes de la
década del ´70 amparada en el régimen de promoción
de la Ley nacional 20.560 y provincial 19.375
del Plan Huarpes. Hacia principios de los años ´80, el
gobierno de la última dictadura militar no cumplió con
los subsidios prometidos y mientras el establecimiento
estaba en su período de prueba, el grupo económico
Sasetru (Salimei, Seitún y Trucco) responsable de la
misma, terminó quebrando. Según Diario de Cuyo, “en
41 años, la fábrica de galletitas atravesó por una serie de
marchas y contramarchas para comenzar su actividad
en la provincia, cosa que se materializó recién en 2003”.
(Olivera, Diario de Cuyo, 29 de marzo de 2017)
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Bajo el nombre Dilexis, el entonces gobernador de San
Juan, José Luis Gioja inauguró la fábrica de galletitas
ubicada en Albardón, luego de estar paralizada durante
más de 20 años. Pero “...desde esa fecha, también
experimentó el cambio de propietarios y su último
dueño fue la internacional Pepsico, subempresa
encargada de la fabricación de alimentos de la mundial
marca de bebidas Pepsi...” (Olivera, Diario de Cuyo, 29
de marzo de 2017)
En efecto, luego de varias etapas que incluyeron cierres,
quiebras, diferentes administradores, muchas promesas
políticas incumplidas e incluso intentos de ocupaciones
por parte de los empleados en el año 2011 (proceso
que nalmente no prosperó), el gobierno provincial
estableció un convenio con la multinacional Pepsico,
quién hasta el 2017 se hizo cargo de su administración
(Diario Huarpe, 1 de septiembre de 2011). Una de las
principales promesas de la compañía antes de asumir
la concesión de la empresa, fue mantener la planta de
personal que sumaba entonces 680 personas. Asimismo,
potenciar las inversiones en San Juan no sólo desde el
punto de vista comercial sino también del productivo.
Sin embargo, la reciente crisis de Pepsico que implicó
la cesantía de varios puestos de trabajo en distintas
plantas del país, hizo crecer la amenaza de que esto se
repetiría en la fábrica de galletas. Según un periódico
nacional (Sainz, Diario La Nación, 29 de marzo de 2017)
actualmente la fábrica fue comprada por la compañía
nacional Tía Maruca, prometiendo mantener los casi 350
puestos de trabajo que hoy tiene el emprendimiento.
Al respecto, el presidente y fundador de la rma Tía
Maruca, Alejandro Ripani expresó:
La fábrica de Dilexis se levanta en la provincia de
San Juan y es una de las plantas más grandes y
modernas del mercado local de galletitas. Se trata
de una fábrica que es verdaderamente emblemática
de la provincia, ya que originalmente perteneció
al grupo Sasetru y después de permanecer
cerrada durante muchos años fue reabierta por un
empresario local que después se la vendió a Pepsico
(Sainz, La Nación, 29 de marzo de 2017).
Hotel Nogaró:
La segunda experiencia a destacar, corresponde al Hotel
Nogaró (actual Gran Hotel Provincial), que tiene muchos
puntos en común con la experiencia del Hotel Termas
Pismanta. Según una nota periodística de Diario de
Cuyo (2004) se enuncia: “La inauguración de la empresa
fue en el año 1967, bajo la gura del primer hotel de 4
estrellas existente en la provincia. Al igual que el Hotel
Pismanta, fue construido por impulso del gobierno y
entregado en concesión a la cadena Nogaró para su
explotación. Al termino de 5 años, esta empresa se
disolvió, pero el hotel prosiguió con el mismo nombre,
aunque gerenciado ahora por miembros de la familia
Gragna” (Diario de Cuyo, 29 de octubre de 2004).
Ese hotel era símbolo de la “alta sociedad” y recibía los
visitantes más reconocidos y con mayor capital social.
En las décadas del ‘70 y ‘80, el establecimiento fue
símbolo de status, pagándose importantes sumas para
tomar un té o un trago en las noches. Sin embargo, a
nes de la década del ´80 el hotel empezó a decaer,
siendo adjudicado en concesión nuevamente en el
año 1989. No obstante, con el desgaste propio de
estos espacios, la poca inversión en mantenimiento y
refacción, la competencia de nuevos hoteles de igual o
mayor categoría, junto con la acumulación de deudas
con la AFIP, de IVA, aportes y contribuciones patronales,
la administración Gragna tuvo que retirarse del hotel.
Ante la posible pérdida de sus puestos de trabajos, en
septiembre del año 2002, 40 empleados del Hotel se
agruparon bajo la forma de cooperativa y, con el visto
bueno del Grupo Gragna, tomaron el gerenciamiento
del mismo.
Sin embargo, como detalla el Diario Tiempo de San
Juan, “el manejo de los empleados fue bueno para
mantener el hotel abierto y funcionando, pero no fue
suciente para mantener su estatus...”. (Pastor, Tiempo
de San Juan, 26 de marzo de 2013).Por ello, nalmente
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el Estado provincial llamó a licitación del Hotel y el
de junio de 2005, el Grupo América se hizo cargo de
la administración, otorgándole el nombre de Gran
Hotel Provincia, culminando así la promisoria etapa de
autogestión obrera.
Vale referirse a las reexiones de María, una de las
trabajadoras entrevistadas sobre las razones por las
cuales los trabajadores del Hotel Nogaró no pudieron
mantenerse en la autogestión:
En un momento trabajamos casi a la par el Hotel
Pismanta y el Nogaró, estuvimos en contacto,
digamos que se peleaba por los dos hoteles. Desde
Pismanta hacemos el chiste interno de que los 200
kilómetros de distancia a nosotros nos ayudaron,
porque en esa época donde no teníamos todavía la
concesión, todos los días nos levantábamos diciendo
ya va a llegar la policía, la gendarmería o quién sea
a sacarnos y nunca llegaron. Nosotros decíamos
200 kilómetros eran mucho, ¿quién va a venir? En el
Nogaró, en cambio, estaban más cerquita. (María,
comunicación personal, 13 de enero de 2016)
Cerámica San Juan:
El tercer caso de ERT truncada corresponde a la Cerámica
San Juan, ubicada en el Departamento Rivadavia.
Según información recapitulada desde diversas notas
periodísticas, se puede señalar que el conicto en dicha
cerámica comenzó en el año 2015, cuando el antiguo
patrón empezó a atrasarse en el pago de sueldos y
aguinaldos. Se generó así una deuda con el personal que
fue creciendo al punto que a cada uno de los empleados
se le debía, hasta mayo del 2016, aproximadamente
$30.000. En ese año empezaron las huelgas y hacia
marzo de 2017, tomaron la planta. Respecto a ello, una
fuente periodística reeja la situación que enfrentaban
los trabajadores:
“… en términos nancieros, la empresa había sufrido
signicativos retrocesos, por lo que las negociaciones
con la Subsecretaría de Trabajo rondaron sobre tres
posibilidades: a) la quiebra, b) que los trabajadores
formaran una cooperativa para hacerse cargo, o c)
que otra empresa encarara el salvataje...” (Diario
Alternativa Socialista, 18 mayo de 2016).
La segunda opción era la mayoritariamente apoyada
por los trabajadores e implicaba la conformación de
una cooperativa, para comenzar así el proceso de
autogestión obrera. En una entrevista publicada en
Diario El Zonda (2016), el delegado gremial y miembro
de la comisión de los Ceramistas armó:
Queremos que el Gobernador intervenga y nos de
la fábrica a los trabajadores. Sabemos que hacer
una cooperativa lleva su tiempo, pero pedimos que
mientras esto se puede concretar, que nos liberen la
mercadería que está en el interior de la fábrica para
que la vendamos nosotros y así poder comenzar a
desarrollar de alguna forma la actividad y mantener
nuestra fuente laboral (Diario El Zonda, 21 de marzo
de 2016).
El conicto acontecido en la Cerámica San Juan incluyó
una intensa etapa de negociaciones con la patronal y
la Subsecretaría de Trabajo. Sin embargo, la respuesta
no fue la esperada, dando lugar así a la toma del
establecimiento, que también implicó cortes de ruta y
manifestaciones en el centro sanjuanino. No obstante,
la autogestión no pudo alcanzarse y los trabajadores
desistieron en sus intentos de hacerse cargo.
Según información brindada por el Diario de Cuyo
(2016), un ex-empleado sanjuanino que trabajaba
en la Cerámica Los Andes de Chubut, habló con sus
jefes, actuó como intermediario con dicha empresa y,
nalmente, la rma chubutense concretó un acuerdo
para alquilar el inmueble sanjuanino y hacerse cargo de
pagarles a los obreros todo lo que debía la rma anterior.
Esta administración tuvo un muy breve accionar,
los empleados fueron despedidos y actualmente la
Cerámica San Juan se encuentra cerrada por problemas
económicos.
Los tres ejemplos reseñados, ponen de maniesto que
el camino de la recuperación de empresas por parte de
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sus trabajadores resultó ser un proceso complejo en la
provincia y que no basta solamente con la voluntad de los
trabajadores para lograrlo. Deben conuir un conjunto
de factores políticos, económicos y socioculturales que
apoyen y coadyuven al fenómeno de la autogestión.
Ahora bien, otra fue la situación por la que atravesaron
los trabajadores del Aserradero Santiago y el Hotel
Termas Pismanta, hoy constituidos como cooperativas
de trabajo. A continuación, se detalla el escenario:
Aserradero Santiago:
Este aserradero, constituye una de las ERT reconocidas
por el Programa Facultad Abierta en sus diversos
relevamientos. La misma, se sitúa en la calle General
Acha del Departamento Rawson, del Gran San Juan.
Según una nota periodística del Suplemento Verde de
Diario de Cuyo (2003), la toma de la empresa sucedió
luego del fallecimiento de su propietario en el año 2000.
En efecto, tras el deceso del señor José Santiago, la
rma debió cerrar sus puertas.
Si bien los trabajadores y la viuda del propietario
tuvieron la posibilidad de vender las máquinas para
cobrar las indemnizaciones, optaron por seguir el
camino de la autogestión (previo acuerdo con la viuda
del propietario), recuperar los clientes y hacer frente
a diversas situaciones socio-económicas por la que
atravesaba el país: corralito, inestabilidad social, crisis
política y económica. Conformados en cooperativa de
trabajo, los once socios se dedicaron desde entonces
a fabricar con madera de álamo, cajones, listones y
puntales para la construcción o carpintería domiciliaria.
Hotel Cacique Pismanta:
Es importante mencionar que el caso más destacado de
ERT en San Juan lo constituye el Hotel Pismanta, dado
el notable prestigio e importancia histórico-social que
el hotel reviste a nivel internacional, provincial y local.
Sin lugar a dudas, este reconocimiento deviene de las
cualidades de las aguas termales donde se construye
el hotel y que resultan favorables para la salud. Ello
ha posicionado a dicha organización como un bien
preciado en sí mismo –constituido como lugar de visitas
de muchos turistas– y altamente disputado para su
administración. Junto a ello, la permanencia de más
de sesenta años de vida e historia lo convierten en un
actor local importante para propiciar el desarrollo del
Departamento Iglesia.
A partir de la indagación y reconstitución del accionar
de la cooperativa Hotel Cacique Pismanta, corresponde
caracterizar a dicha ERT como una nueva unidad
productiva de la provincia de San Juan. Ella logra ser
sustentable a partir de nuevas formas solidarias de
organización de las relaciones de producción; erguidos
sobre los cimientos de una empresa cuya conguración,
hasta entonces, presentaba características de una
estructura típica del modelo capitalista.
Según La Gaceta de Cooperar (2016), el hotel fue
inaugurado con 14 habitaciones y 28 camas, pero el
prestigio alcanzado por la bondad de sus aguas termales
hizo, que en mayo de 1968 se ampliaran las instalaciones
y se invirtieran 36 millones de pesos en la construcción
de 36 habitaciones más. El hotel Pismanta es propiedad
del Estado y fue fundado durante la presidencia de Juan
Domingo Perón. El mismo formó parte de un proyecto
de turismo social, cuyo propósito tiende a “generalizar
y socializar el benecio y las cualidades del agua
termal para todos los sectores sociales”. Sin embargo,
esto tomó otro curso con las sucesivas concesiones
privadas que dirigieron los servicios hacia los sectores
socioeconómicos de mayor poder adquisitivo.
En el año 1974 existió un proyecto más ambicioso en
el hotel Pismanta, que implicaba la construcción de un
Complejo Turístico. El entonces gobernador Eloy Camus
puso la piedra basal de una obra considerada como la
de mayor envergadura en la zona puesta en marcha
por el gobierno. La obra incluía la construcción de tres
hoteles anexos a la estructura existente, uno de primer
nivel, otro para los más modestos y otro para los que no
podían pagar.
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Los recursos económicos provendrían de la Nación pero,
pese a ello, la obra nunca fue concluida. El hotel siguió
trabajando con su vieja estructura y aunque tenía sólo
2 estrellas, su fama atrajo numerosos turistas. En 1982
contaba con un casino propio y piano-bar. Sin embargo,
ambos a nes de esa década cayeron en desuso y fueron
desmontados.
Según una nota periodística, ya en el año 1986, durante
el gobierno bloquista de Jorge Ruiz Aguilar (luego de
la renuncia de Leopoldo Bravo), la provincia inicio un
proceso de privatizaciones de los hoteles estatales,
principalmente el Gran Hotel Provincial, Pismanta y
Agua Hedionda. Dos años después se concesionan los
dos primeros, por 15 años a favor de la rma Nogaró
San Juan S.A., quedando fuera de esa concesión Agua
Hedionda. Esta sociedad, conformada por miembros de
la tradicional familia bodeguera Gragna, administró
también el Hotel Nogaró y el Plaza de la provincia de
Mendoza (Diario La Vaca, 14 de octubre de 2004).
La vida nanciera del Hotel Termas Pismanta transitó
momentos de inestabilidad en sus más de 60 años
de vida, por lo que el Estado tuvo que hacerse cargo
y ponerlo en condiciones varias veces. Según Pastor
(Diario de Cuyo, 2004), desde su inauguración el
establecimiento pasó por varias rmas gerenciadoras
que terminaban entregándolo nuevamente al Estado
porque —entre otras razones— la distancia con la
Capital provincial les dicultaba la provisión de insumos,
implicaba un alto costo de mantenimiento del hotel
y también había problemas para conseguir personal
calicado.
Sin embargo, esta rma no nalizó su gestión, pues la
crisis de 2001 impactó en la administración, hasta el
punto que pasaron seis meses sin que los trabajadores
percibieran su sueldo. En palabras de Alberto, miembro
de la cooperativa del hotel:
Todo empezó porque la empresa nos estaba
debiendo 6 meses de haberes y nosotros decidimos
no perder nuestra fuente de trabajo. Nos guiamos
también, lógicamente, de algunas cuestiones que
estaban sucediendo a nivel nacional en torno a
otras Empresas Recuperadas y todo ese tema. Por
eso, teníamos idea de qué se trataba y que es lo
que pretendíamos hacer. (Alberto, comunicación
personal, 13 de enero de 2016).
Esta fue la situación que desencadenó la toma del
hotel por parte de los trabajadores, y que implicó una
serie de etapas adversas y de procesos complejos. En
julio de 2002, los empleados rmaron un acuerdo con
la empresa gerenciadora que los habilitó para hacerse
cargo de la administración.
En septiembre de 2003, fue sancionada una Ley
que otorgaba la concesión del establecimiento a la
Cooperativa de Trabajadores, pero su validez fue
recusada en el Poder Judicial. Por tal motivo, en abril
de 2004 se inició una larga etapa de negociaciones
con el Gobierno Provincial que tuvo mucho respaldo
de la sociedad departamental, provincial y de otras
instituciones.
Finalmente, en el año 2006, el gobierno entregó la
concesión del hotel Termas de Pismanta, por quince años
con opción a cinco más, a la Cooperativa de Trabajadores
Cacique Pismanta. Fue el presidente Néstor Kirchner,
quien, en 2007, entregó la administración (es algo más
que un edicio) de la empresa o de la razón social a
los trabajadores, constituidos como Cooperativa de
Trabajo.
Cuando los medios de producción pasaron al mando
de los trabajadores, una nueva signicación de la
cultura del trabajo emergió. La lógica es otra, porque
la autogestión con su poder en la toma de decisiones,
se contrapone a responsabilidades que antes sólo les
competían a los dueños de las unidades productivas, la
igualdad en los ingresos de todos los trabajadores, deja
atrás los salarios según escala jerárquica y la solidaridad
supera a la competencia.
En la localidad de Iglesia, los diferentes actores sociales
se encuentran entrelazados con fuertes vínculos.
Especícamente, los trabajadores de la Cooperativa
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Pismanta son en su mayoría parientes, amigos o
conocidos del pueblo. Es por ello, que la relación intra-
cooperativa es estrecha, directa, con comunicación
uida y horizontal. Claramente, existe la autoridad
que es respetada y avalada por el colectivo de los
trabajadores, pero ello no reduce la existencia del
sentimiento de pertenencia que tienen los trabajadores.
Es importante rescatar la valorización que los mismos
trabajadores hacen del hotel.
El hotel no es sólo una fuente laboral, sino que se ha vuelto
una suerte de “patrimonio iglesiano”, algo que debe ser
conocido y respetado por las próximas generaciones,
que debe ser preservado y valorado porque, en suma,
es parte de su identidad. Y la comunidad lo hace propio
desde distintos lugares: el hotel abre sus puertas
para que convivan expresiones artísticas, religiosas,
educativas y culturales y también sale a la comunidad.
Sin lugar a dudas, muchas fueron las adversidades
que los trabajadores tuvieron que enfrentar: falta de
recursos materiales, poca credibilidad por parte de
algunas autoridades políticas, incesantes idas y vueltas
en el momento de obtener la concesión, existencia de
conictos internos que fueron resueltos lo cual permitió
la continuidad del trabajo cooperativo, entre otras.
Asimismo, las propias cualidades de las aguas termales
requieren de constantes inversiones edilicias, tarea
difícil y costosa, no expedita; por ello, surgen campañas
de desprestigio del accionar de la cooperativa.
Reflexiones finales: una mirada integral a las
ERT desde la Sociología del Trabajo y la Orga-
nización.
Las ERT aportan, en líneas generales, al desarrollo
económico y social del país y la provincia, pero
siempre estando al servicio del trabajador y de la
comunidad; por ello integran en un mismo objetivo
la eciencia económica y el bienestar social. Estas
empresas emergen como una institución más del
sistema económico, diferentes del sector público y del
empresarial clásico, pero tan estructural como ellos;
con una impronta propia para mejorar la asignación de
recursos y la redistribución de la renta, consolidando la
estabilización económica necesaria para un crecimiento
equilibrado, sostenido y muchas veces respetuoso del
sistema ecológico.
En los ámbitos académicos, se han dado amplios
debates en torno a la permanencia en el tiempo de las
ERT y otras nuevas formas de trabajo. Inicialmente
algunos se aventuraban a declarar que podían imponer
un nuevo modelo económico, contrario al capitalista
y que ello traería consigo un nuevo tipo de régimen
político; empero esto fue desestimado por la misma
realidad.
En primer lugar, porque necesariamente los modos de
concreción de estas empresas insertas en la llamada
“Economía Social y Solidaria” se inscriben dentro de
la propia lógica del sistema capitalista y no podrían
subsistir fuera de él. En segundo lugar, porque el
colectivo encargado de lograr el cambio de sistema, no
cuenta con la existencia previa de una conciencia crítica
a la formación social, sino más bien son trabajadores
que buscaban evitar la destrucción de su identidad
social como trabajadores estables. Y tercero, porque el
sistema capitalista está más vigente que nunca.
Sin embargo, a través de estas páginas, se ha demostrado
que las ERT constituyen una real y no coyuntural opción,
ante la pérdida de trabajo en un contexto con altos
índices de pobreza y desempleo. Especícamente, a
partir del año 2001 diversos trabajadores acompañados
por organizaciones de diferente índole, ocuparon
empresas, resistieron el desalojo y comenzaron a
producir. La puesta en marcha de la producción de
bienes o servicios y la consolidación de un movimiento
de ERT muestran que es factible eludir el rol de gerentes
y patrones en la producción, a la vez que otorgan poder
y legitiman una nueva forma de lucha del movimiento
trabajador.
El origen de las ERT se encuentra entrelazado a los
períodos de crisis, por lo cual Argentina se convierte en
un terreno fértil para la propagación de la autogestión
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obrera. Nuestro país marcha en un estado de crisis
recurrente, donde existe una repetición cíclica de
períodos muy críticos y sucedidos por otros de
reacomodamiento de los actores políticos y sociales que
no logran estabilizarse. Muestra de ello son los treinta
años y más de democracia, jalonados por episodios de
hiperinación y devaluaciones dramáticas, la caída de
un gobierno en medio de una grave perturbación social
y otras conmociones semejantes, en un contexto de
distribución regresiva del ingreso, perdida y deterioro
del empleo, marginalización y exclusión creciente de
una gran parte de la población.
Respecto a las diversas experiencias de ERT en San
Juan, a modo de síntesis se presenta un resumen de
las principales características organizacionales que las
han signado y que el presente trabajo ha coadyuvado a
destacar.
1. Son actores locales trascendentales que
impulsan el desarrollo territorial, poniendo en
valor las potencialidades locales y cooperación
entre los diversos actores.
2. Mantienen relaciones laborales horizontales
(alejadas de las jerarquías estancas), informales
(que rescata la comunicación cara a cara y entre
las personas como miembros de un grupo social
de pertenencia) y comunicación tipo estrella
(donde todos los actores que conforman la
organización se encuentran en permanente
contacto entre sí).
3. No se marcan jerarquías entre trabajadores,
ya que los puestos son exibles, pueden rotar y
todos tienen voz y voto.
4. Estimulan interrelaciones con diversos grupos y
organizaciones de la sociedad civil.
5. Mantienen vínculos intercooperativas, con la
nalidad de brindar asistencia, apoyo y ejecutar
actividades en conjunto.
6. Son experiencias económicamente
autosustentables, ya que no perciben
subsidio estatal ni de otros organismos. Las
cooperativas manejan su propia escala salarial
y manutención de los edicios.
7. Tienen una estructura interna –no rígida ni
inamovible– conformada habitualmente por:
Presidentes, Secretarios, Tesoreros y Síndicos.
Si bien sólo dos casos de ERT sanjuaninas han sido
abordados en detalle por los especialistas en el tema,
el aporte principal de este trabajo ha sido contribuir al
conocimiento de las diferentes experiencias exitosas y
no exitosas de recuperación de empresas en la provincia
y a enmarcar la complejidad del fenómeno en la trama
del contexto nacional.
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Entrevista a Alberto (13 de enero de 2016). Entrevista
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