
necesidad de avanzar en una posición crítica a la explicación biologicista de la enfermedad hacia una construcción de esa
mirada desde su carácter social, como eje que impulse a generar un nuevo conocimiento, abordando la problemática de la
salud como un hecho social.
3. Salud y Control Social: Medicalización de la Sociedad en Pandemia
3.1 La medicina, institución de control social
A lo largo de la historia, la medicina ha ido mutando en diversas transformaciones marcadas por el contexto en el que ha
estado inserta; de esta forma, ha ido incorporando el rol que ejercen las instituciones más conservadoras de la sociedad,
como la religión, y se ha convertido en una institución de control social. La ciencia médica, como sostiene Rodríguez Díaz
(2011), no sólo se preocupa por técnicas curativas, sino de conocer acerca del hombre saludable, entendiéndolo como una
persona “modelo”. En este sentido, la medicina, teniendo como fundamento principal la “objetividad”, dicta constantemente
“neutrales” que, a su vez, están investidas de carácter moral, político, social y económico. De esta manera, la medicina como
ciencia imparte dictámenes mayoritariamente absolutos y categóricos, imparte verdades, legitimadas por la sociedad, es
decir, determina, a través de los medios institucionales criterios de comportamiento en la población en nombre de la salud.
ideología política e ideología médica. La imaginería patológica que rodea en la actualidad la idea de enfermedad moraliza,
salud física, un ideal de salud social. El desorden civil, por tanto, se compara con una enfermedad. En el lenguaje político, la
enfermedad se convierte en señal del mal que, por tanto, merece un castigo. (Rodríguez Díaz, 2011. Párr. 6)
Las etiquetas “sano”, “enfermo” forman parte de una sujeción al control médico, se extienden en la sociedad como conceptos
naturalizados en la vida cotidiana. Si bien es probable que no se condene como antes a la persona por estar “enferma”, lo que
sucede en realidad es que la culpa se ha desplazado a los actos propios. Por ejemplo, el hecho de interrumpir un tratamiento,
de no asistir a tiempo a una consulta médica por un malestar, hace que las personas sean responsables de su patología y sus
consecuencias, es decir, se punitiviza todo acto que vaya en contra de las “normas” o “recetas” del paso a paso impartidas en
un consultorio; no se cuestiona, en todos los casos, cuáles fueron las circunstancias que llevaron a la persona a no asistir.
Otra de las situaciones que ocurren en algunos contextos es que se tiende a decirle a él o la paciente las consecuencias de una
determinada acción y el “castigo”, y no pautas determinadas que le permitan conocer y comprender el funcionamiento de su
organismo, en busca de una transmisión de saberes que lo trabaje de manera integral.
Actualmente, debido a las medidas adoptadas para evitar la propagación del COVID-19 en la población, se ha transitado por
dos etapas: la primera, el desconocimiento de la sociedad en general sobre cómo actuar en el medio de una pandemia, lo que
llevó a una sobredosis de información de diversas fuentes, generando sentimientos de confusión y miedo; y la segunda, la
establecidas por la misma, era sancionado socialmente e incluso culpabilizado por ser caso positivo de COVID-19, dejando
afuera diversas características estructurales que llevaron a sectores sociales vulnerables a no cumplir con el ASPO.
A esto se lo conoce como el proceso de medicalización de la sociedad: un instrumento del MMH para el control social. La
medicalización hace que la medicina se apropie de áreas que no le son totalmente propias, con función de: normatización
TRAMAS SOCIALES Vol. 03 | Revista del Gabinete de Estudios e Investigaciones en Sociología (GEIS)
ISSN: 2683-8095 | http://www.ojs.unsj.edu.ar/index.php/tramassociales. Año 03 , Octubre 2023
Yubel G. j., Marin C.B., Fernandez C., (2023). La pandemia en argentina: modelo médico hegemónico y
estado|152-166