
TRAMAS SOCIALES • N° 04 | ISSN: 2683-8095
9Carelli | Generando intersticios
ESPACIO EDITORIAL
beneficia intensamente la promoción de Investigadores,
un significativo aumento de Becarios, Técnicos y Centros
de Investigación son el resultado de la jerarquización del
sistema científico-tecnológico en los primeros 15 años del
nuevo milenio.
Al mismo tiempo el esquema administrativo-funcional
de los años ´90 no se desarmó, más bien sirvió de base,
probablemente con lógicos argumentos, a un escenario
que poco se asemejaba en la política productiva y econó-
mica que lo vio nacer.
Los primeros (actores) en reclamar y hasta rechazar las
denominadas nuevas reglas lo constituyeron docentes
e investigadores de mayor antigüedad, fueron ellos/as
quienes percibieron que sus prácticas, ya casi naturaliza-
das, debían modificarse aceleradamente si su intención
era permanecer como actores competentes del campo
que los aglutinara.
Entre los reclamos de los críticos, emergían cuestiona-
mientos a los desproporcionados esfuerzos por comple-
tar aspectos administrativos, al mismo tiempo las diatri-
bas se dirigían al nuevo uso del tiempo que se definía por
factores que obligaban una producción estandarizada en
términos productivos.
En contraposición con el grupo señalado, los nuevos
agentes del campo, aquellos que en su mayoría ingre-
saban al sistema científico académico ya con las nuevas
reglas, se adaptaron sin mayores inconvenientes, hasta
probablemente incorporaron las innovaciones y lógicas
como lo único posible. Parece legítimo pensar que hasta
lo naturalizaron, al igual que lo hicieron en su momento
aquel grupo que caracterizamos como los críticos en su
propio momento.
Como se relata brevemente en párrafos anteriores, las úl-
timas décadas podrían caracterizarse como un periodo
bisagra, donde diferentes modelos ejercieron y dieron
disímiles espacios y prioridades al conocimiento y la
ciencia en la sociedad.
Esta editorial no busca abordar el proceso científico
académico argentino, tampoco tomar posicionamien-
to sobre la ventajas o desventajas de cada formato del
ejercicio intelectual, el objetivo va en otra dirección. Los
párrafos iniciales representan el marco que permite una
franca propuesta editorial.
Como Revista de divulgación de una unidad universi-
taria de gestión estatal, el propósito se centra en produ-
cir un contenido que condense la propia lógica del gran
campo del que formamos parte. Lo que entendemos
como campo de la Sociología en particular y las ciencias
sociales y humanas en general, no solo lo constituye un
formato de Estado con políticas académicas y científicas
que, en paralelo, el propio proceso nos muestra que son
cambiantes y esposadas a políticas de gobiernos.
Nuestra propuesta editorial anhela difundir produccio-
nes que se construyan en marcos más amplios que las de-
limitaciones de modelos, gobiernos o periodos epocales,
o mejor, sin ellos. A nuestros estudiantes y egresados no
solo debemos mostrarles y hasta iniciarlos en las lógicas
que circulan al interior del campo, también es obligación
incitarlos a rebelarse a ellas, a desconocer líneas indebi-
damente justificadas, temáticas que por verticalidad del
ejercicio del poder emergen como prioritarios, hasta le-
gítimas, procedimientos y formatos que responden más
a intereses foráneos que a las necesidades de nuestros
terruños.
A finales de los años cincuenta del siglo pasado, una obra
señera como la Imaginación Sociológica (Mills, 1961), ad-
vertía que la multiplicidad de miradas, métodos, posicio-
nes, temáticas y perspectivas era la mejor garantía para
un ejercicio libre de la investigación y docencia.
Esta Revista busca situarse en ese espacio. Una construc-
ción colectiva con miradas heterogéneas, desanclada de
las agendas prestablecidas de temáticas que circulan y
que van, paulatinamente, reproduciendo grupos de in-
vestigación que deben defender lo que hacen y no por sus
argumentos, más bien, por la posición que se adquirió en
el campo a partir de ser parte del mismo con esa temá-
tica.
En este contexto y siguiendo lo que plantea Pierre Bour-
dieu, lo que se entiende como políticamente correcto,
en términos de la lógica de un campo específico como la
sociología, estaría representando una suerte de atentado
a la propia autonomía relativa. Desde esta perspectiva
políticamente correcto es equivalente a sociológicamente de-
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