TRAMAS SOCIALES • N° 04 | ISSN: 2683-8095
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ARTÍCULOS LIBRES
Organizar la revuelta: revisiones
sobre el proceso de visibilidad
LGBTIQ+
Organizing the rebellion: screening the
LGBTIQ+ visibility process.
González, Sergio
Resumen
A partir de la primera década del siglo XXI, la visibilidad de los colectivos
LGBTIQ+
1
en Argentina se instaló como un fenómeno político que ubicó en la
1 La sigla hace referencia a: lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersexuales y queer. El uso del
signo más (+) plantea la posibilidad de pensar la existencia de otras identidades. Es una forma
de agrupar las identidades sexuales e identidades de género, que expresan disenso frente a la
heteronormatividad.
La versión utilizada da cuenta de una trayectoria histórica y de cambios en los modos de nom-
brarse. En los 70's fueron los Movimientos de Liberación Homosexual y el Gay Power, en los 90's
se instaló la sigla LGBT, ampliándose en tiempos más cercanos a LGBTIQ+. Incluso actualmen-
te, se plantea la versión: LGBTIQNB+ (que incluye las identidades no binarias) o LGBTIQA+ (que
incluye las prácticas asexuales).
Recepción: 09/05/2022
Aceptación: 08/08/2022
González, Sergio. Lic. en Trabajo So-
cial. Becario Doctoral del CONICET.
Investigador del Instituto de Investiga-
ciones Socioeconómicas de la Facultad
de Ciencias Sociales de la Universidad
Nacional de San Juan.
gonzalez.sergiod.ts@gmail.com
Palabras clave
visibilidad, LGBTIQ+, derechos huma-
nos.
Keywords
visibility, LGBTIQ+, human rights.
Imagen: Ministerio de Turismo y Cultura de San Juan
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escena de lo público las demandas por el reconocimiento de derechos de las
disidencias sexuales
2
. Más allá de esto, la organización política de los mismos,
cuenta con una trayectoria histórica que es necesario recuperar para com-
prender el lugar que hoy ocupan en nuestra realidad.
Propongo en primera instancia, abordar la dimensión histórica del proceso
de visibilidad LGBTIQ+ a nivel nacional y la relación con el surgimiento del
movimiento en Estados Unidos, para luego analizar las particularidades que
presenta este fenómeno en la provincia de San Juan.
Este artículo emerge del proceso de investigación de tesis doctoral: "Colorean-
do el desierto: políticas de visibilidad LGBTTTIQ+
3
en San Juan y la construc-
ción de las identidades sexo-disidentes". A partir de la revisión de fuentes bi-
bliográficas y la consulta de registros de organizaciones LGBTIQ+ de San Juan,
el objetivo será generar una propuesta teórica en relación a la visibilidad que
permita dar cuenta del potencial político, cultural y simbólico de esta categoría.
Abstract
4
Since the beginning of the first decade of the XXI century, the visibility of
the LGBTIQ+ community has been established as a political phenomenon
that exposed publicly the demands related to acknowledging the rights
of the sexual non conforming individuals. Furthermore, the communitys
political organization holds a historical trajectory that needs to be retrieved
to be able to understand its position in our reality.
First and foremost, I suggest addressing the historical dimension of the
LGBTIQ+ visibility process nation wide and in connection to the emergence
2 Rubino (2019) expresa que se trata de aquellas expresiones de sexualidad que cuestionan el
régimen heteronormativo y la matriz heterosexual. Este término ha suscitado diferentes dis-
putas al interior de los colectivos LGBTIQ+, ocupando el lugar que en otras épocas tuvieron los
conceptos diversidad sexual y queer.
Por su parte, Saxe (2020) piensa a la disidencia sexual como un lugar posible de enunciación en
la construcción de conocimiento.
El uso que se dará al termino en este artículo estará vinculado a "prácticas, estilos de vida, iden-
tidades y producciones de placer que son disidentes porque rompen con cierta norma" (Rubino
2019, p. 65). El uso de disidencia sexual, responde, coincidiendo con Mogrovejo (2008) a un posi-
cionamiento político de resistencia contra todo intento de normalización.
3 Esta forma es la utilizada en el título de la investigación mencionada.
4 Las traducciones fueron realizadas por Sonia del Carmen López Gonzalez, estudiante del
Traductorado Técnico, Científico y Literario en Ingles. Instituto Superior de Lenguas Vivas.
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of the movement in United States of America, and
subsequently, the analysis of the singularities that this
phenomenon displays in San Juan.
This article is the result of the doctoral thesis
research process: “Coloring the desert: LGBTTTIQ+
visibility approach in San Juan and the construction
of sexual non conforming identities”. Upon revising
bibliographical sources and consulting the record or
LGBTIQ+ associations in San Juan, the main goal is
to build a theoretical proposal regarding visibility
that accounts for the political, cultural, and symbolic
potential of this category.
Introduccn:
El día 15 de julio del año 2010, pasadas las 4:00hs de la
madrugada, el Senado Argentino sancionó la Ley 26.618
de Matrimonio Igualitario. Este hecho significó el reco-
nocimiento legal para las uniones de parejas homosexua-
les, en un escenario donde existieron numerosas dispu-
tas sobre la legitimidad de esta demanda.
Fuera del recinto, una multitud esperaba el resultado de
la votación sosteniendo pancartas que, entre distintas
consignas, reclamaban por “los mismos derechos, con
los mismos nombres", frente a los argumentos que bus-
caban reivindicar el matrimonio como propiedad hetero-
sexual. Este fue uno de los fundamentos más difundidos
por parte de los sectores conservadores que se oponían
a dicha ley. El mismo fue articulado con discursos que
apelaban a nociones biológicas o bien recurriendo a la
idea de disidencias sexuales como patológicas.
5
Además,
5 Esta concepción proviene de contribuciones de la medicina, la
psicología y la psiquiatría. La desclasificación de la homosexualidad
y transexualidad como enfermedades, inició a partir de los 70's cuan-
do la Asamblea Americana de Psiquiatría retiró la homosexualidad de
su Manual Diagnóstico. A partir de esto, comenzó a considerarse la
orientación sexual como parte de la diversidad humana.
En 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS), declaró que la
homosexualidad dejaría de considerarse una enfermedad.
Respecto de la transexualidad, en el año 2018 la OMS anunció que se-
ría retirada de la categoría de trastorno mental y del comportamiento.
estos sectores promovieron una particular defensa de les
niñes ante la posibilidad de que estas parejas adoptasen.
Dos años más tarde, se sancionó la Ley 26.743 de Iden-
tidad de Género. En particular, significó el desafío de
"ampliar la ciudadanía e incluir a las personas trans en
el cauce de los derechos humanos” (Barrancos, 2014, p.
39). El proceso de organización y de activismo por dicha
legislación tuvo una mayor participación travestis/trans.
En el trabajo de Tabbush, Trebisacce, Diaz y Keller (2016),
se identifica como actor central al Frente Nacional por la
Identidad de Género (FNLID)
6
y destacan que, a pesar de
ser una ley de avanzada, no recibió atención mediática
notoria. Inclusive la Iglesia no destinó recursos para re-
sistirla como en el caso del Matrimonio Igualitario y la
Ley de Acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo.
Es necesario reconocer que el "campo de la sexualidad es
un terreno político sujeto a transformaciones y disputas"
(Morán Faúndes, 2017, p. 99). El pensamiento tradicional
configura la sexualidad dentro de los límites de lo hete-
rosexual. Esto podría remitirnos a la noción de "matriz
heterosexual.
En el trabajo de Rubino (2019), puede advertirse la re-
cuperación de algunas conceptualizaciones realizadas
sobre esta categoría
7
. Cita a Butler (2002), quien define
la matriz heterosexual como aquella que determina la
separación entre sexo y género.
En esta matriz, el sujeto se constituye a través de un
La nueva clasificación la sitúa como una "incongruencia de género";
lo que da cuenta de la aplicación de una mirada biologicista, binaria
y cis-normativa.
6 Conformado por organizaciones como: A.L.I.T.T (Asociación
Lucha por la Identidad Travesti - Transexual), Cooperativa "Nadia
Echazú", Hombres Trans Argentinos, Movimiento Antidiscriminato-
rio de Liberación (M.A.L.), Futuro Trans, Encuentro por la Diversidad
(Córdoba), AMMAR Córdoba.
7 Además, Rubino recupera autoras de los feminismos lesbianos de
los 70's y 80's quienes hacen referencia al termino heterosexualidad
obligatoria (Rich, Wittig y Rubin)
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"exterior constitutivo" que delimita los cuerpos que im-
portan de los que no; se produce una exclusión de de-
terminados cuerpos. Butler (2002) expresa que algunos
se vuelven inteligibles a costa de otros que se vuelven
ininteligibles.
Por otra parte, Butler (1990) señala que heterosexualidad
"designa la grilla de inteligibilidad cultural a través de la
cual se naturalizan los cuerpos, los géneros y los deseos",
además de las prácticas sexuales. Para que los cuerpos
sean coherentes, debe haber un sexo estable, expresado
en un género estable (masculino expresa hombre, feme-
nino expresa mujer).
La heterosexualidad requiere y produce los términos
mencionados, dentro de un sistema oposicional binario.
Delimita un campo de poder que demarca aquello consi-
derado como humano. De esta forma, pueden observarse
dos dimensiones en relación a la matriz heterosexual: la
regulación de la correspondencia entre género/sexo/de-
seo y las jerarquizaciones en relación a los cuerpos. Pen-
semos en esta instancia en los procesos de exclusión ante
los que son expuestas las corporalidades trans e intersex,
en ámbitos como el de la salud.
En tanto sistema de poder, la heterosexualidad regula las
sexualidades y produce a través de un conjunto de reglas
y operaciones de control, un cierto tipo de normatividad.
Todes aquelles que desafían la heteronormatividad, de-
ben enfrentarse a los dispositivos encargados de la co-
rrección y normalización.
Como fue expresado, el campo de la sexualidad se con-
vierte en un territorio de disputas, en el cual Rostagnol
(2010) sostiene que los grupos conservadores que defien-
den el sistema heterosexual, aspiran al control de las se-
xualidades.
No es intención de este trabajo profundizar acerca de
los "activismos heteropatriarcales", pero mencionarlos,
señala la contracara frente a la cual los colectivos LGB-
TIQ+ han desarrollado estrategias en pos de acceder al
reconocimiento de sus derechos. En este contexto, cobra
relevancia abordar el proceso de visibilidad desarrollado
en Argentina, tomando como punto de referencia los fi-
nes de los años 60, cuando surge la primera organización
política homosexual masculina. Desde ese punto en ade-
lante, la visibilidad adquiere particularidades específicas
que responden a los contextos políticos, culturales y so-
ciales, lo que genera una serie de discontinuidades hasta
entrados los 90.
En cuanto a la situación en la provincia de San Juan, los
tiempos en relación a la visibilidad LGBTIQ+ no fueron
los mismos, al menos no existen registros que den cuen-
ta de ello. La movilización producida alrededor de la
demanda por el Matrimonio Igualitario sentó las bases
para el inicio de la organización y el desarrollo de políti-
cas de visibilidad implementadas de forma ininterrum-
pida durante la última década.
Desarrollo histórico e intermitencias sobre la
visibilidad LGBTIQ+:
Para comenzar, me interesa retomar a Sívori (2008) quien
expresa que, a partir de diferentes acontecimientos socia-
les, la diversidad sexual
8
se ha convertido en un objeto de
estudio para la ciencia y en una temática de debate públi-
co. Brevemente podría mencionar la lucha del activismo
por la derogación de códigos contravencionales
9
, la cons-
trucción de demandas de acceso a derechos civiles y la or-
ganización en respuesta a la crisis del VIH/SIDA.
El acercamiento entre la ciencia, lo académico y las di-
8 Respeto el término que utiliza el autor. A diferencia de la disi-
dencia sexual, Mogrovejo (2008) plantea que este concepto refiere a
la existencia de múltiples tipos de expresiones sexuales, sin embargo,
presenta problemas desde el punto de vista teórico, político y meto-
dológico.
La autora sostiene que, en estas múltiples expresiones, la heterosexua-
lidad tiene lugar a considerarse como parte de la diversidad, por lo que
este uso, hace perder de vista el valor político de la diversidad sexual
como resistencia a un sistema heterocentrado.
9 Vinculados a los edictos policiales, normas a partir de las cuales
las fuerzas policiales efectuaron detenciones ante toda persona cuya
conducta pusiera en peligro el orden público. En el caso de las disi-
dencias, los edictos aplicados fueron: el merodeo, la incitación al acto
carnal en la vía pública, prostitución o escándalo, llevar vestimenta del
sexo opuesto.
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sidencias sexuales debe permitirnos pensar en la posi-
bilidad de romper con algunas lógicas hegemónicas. Me
refiero a la presencia masculina y heterosexual, que ca-
racterizó históricamente la producción científica y ante
la cual lo femenino y lo disidente se ha mantenido si-
lenciado. Dicho esto, Saxe (2018) se pregunta ¿Cuántas
veces hemos podido hablar en primera persona sexo-di-
sidente en la universidad? ¿Cuántas veces fuimos libres
para hacerlo? Estos interrogantes me resultan provoca-
dores para pensar la relación ciencia/disidencias sexua-
les.
Volviendo a las acciones políticas mencionadas con an-
terioridad, al situarse en el terreno de lo público, po-
dríamos pensar que se produjeron una serie de procesos
sociales y culturales que han movilizado en el sector aca-
démico el interés por conocer experiencias vinculadas a
las disidencias sexuales. Ya sea dentro del campo de la
salud, la educación, el trabajo, la organización política o
la vinculación con el arte o la literatura, diferentes dis-
ciplinas científicas han contribuido a la construcción de
un discurso experto (Fraser, 1989).
Revisando la historia, podrá observarse que estos ac-
tivismos ya presentaban una relación con los espacios
académicos. Lo sostengo considerando la procedencia de
algunes de sus integrantes.
En el apartado siguiente, se ofrece una descripción a par-
tir de la cual se desarrollan los momentos "fundacionales"
de los activismos de la disidencia sexual. Es importante
señalar que en primer lugar ofrezco una descripción bre-
ve sobre los eventos desarrollados en Estados Unidos en
1969, para pensar luego la experiencia nacional argenti-
na, con la intención de que el recorrido arribe al árido
suelo sanjuanino.
Los vientos del norte
Cuando se trata de caracterizar la organización políti-
ca de estos colectivos, considero relevante señalar una
inspiración que llega desde el norte. Con frecuencia los
trabajos presentan como un hito fundacional un suceso
al que se le han atribuido diversas denominaciones. Las
mismas giran alrededor de las palabras: estallido, re-
vuelta, disturbios o revolución. Se trata de los hechos su-
cedidos en el bar StoneWall (Nueva York, Estados Unidos)
el 28 de junio de 1969.
10
La denominación de revuelta (Bellucci y Rapisardi, 1999;
Barrancos, 2014) implica reconocer una agitación que
tuvo como protagonistas a gays, lesbianas y travestis que
decidieron brindar una respuesta en clave de resistencia
frente a las consecutivas redadas policiales en sus espa-
cios de socialización. Le siguieron una serie de eventos
en que se gesta un nuevo modo de organización de la
disidencia sexual: "los movimientos de liberación homo-
sexual" (Bellucci y Rapisardi, 1999, p. 46).
Anteriormente, existieron otros eventos que podríamos
leer en clave de resistencia. Los mismos no han contado
con similar masividad, ni son conmemorados en nues-
tros calendarios.
Tomando como referencia a Stryker (2017), entre los
eventos sobre los que existen registros, podrían señalar-
se: la respuesta ante la violencia policial en Cooper Do-nuts
(Los Ángeles -1959) por parte de chaperos
11
, draqueens y
travestis; las protestas de jóvenes gays frente al restau-
rante Deweys (Filadelfia - 1965) ante la negativa del perso-
nal de brindarles atención; los disturbios producidos en
la cafetería Compton’s (San Francisco - 1966) encabezado
por un grupo de dragqueens y travestis; las protestas del
Black Cat (Los Angeles - 1967) donde la policía arrestó a
un grupo de homosexuales y lesbianas en medio de una
celebración.
Lo expuesto da cuenta de que diez años antes de Stonewa-
ll, quienes integran la disidencia sexual ya pateaban el ta-
blero de las normas sexuales y de género y organizaban
su reclamo en pos de la defensa de sus derechos. Inclu-
so en el trabajo de Enguix (2008), puede identificarse la
existencia de organizaciones como Mattachine Society,
fundada en Estados Unidos en el año 1951 o bien su par
integrado por lesbianas: Daughtersof Bilitis.
10 En conmemoración a esta fecha es que se celebra el Dia Interna-
cional del Orgullo LGBTIQ+
11 Varones que ejercen el trabajo sexual con otros hombres. Dentro
de estos grupos se encontraban jóvenes negros y latinos.
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Transformando la clandestinidad en
visibilidad: el encuentro y la organización de
las disidencias en Argentina
Con respecto a la situación en nuestro país, de acuerdo
a lo observado en Bellucci y Rapisardi (1999), se identifi-
caron dos momentos en relación a la organización polí-
tica LGBTIQ+. El primero de ellos está comprendido en
el periodo de fines de los 60 y principios de los 70, con
la conformación de las primeras organizaciones homo-
sexuales masculinas, que devino luego en la articulación
de las mismas en el Frente de Liberación Homosexual.
El segundo momento se sia en 1983 con el regreso de
la democracia en Argentina, cuando se identifica la con-
formación de nuevos grupos y de la Comunidad Homo-
sexual Argentina (CHA).
El proceso de organización política de las disidencias se-
xuales, guarda vinculación con el camino allanado por
los movimientos feministas. Les autores expresan que
"sobre el espacio abierto por el movimiento de mujeres,
desembarcaron otras organizaciones políticas y sociales"
(Bellucci y Rapisardi 1999, p. 46). En este escenario, gays
y lesbianas encontraron un modelo y punto de partida.
Por otro lado, Bellucci y Rapisardi (1999) establecen una
conexión entre la organización en el territorio nacional y
la revuelta del Stonewall de Estados Unidos. Este proceso
es caracterizado como una paulatina politización y muta-
ción de los grupos homosexuales. A continuación, presento
los dos momentos mencionados: en primer lugar, la con-
formación de las primeras organizaciones homosexuales
en Argentina y en segundo lugar, los activismos en el re-
greso a la democracia.
En cuanto al primer momento, Bellucci y Rapisardi (1999)
ubican en el año 1969 la aparición de la primera organi-
zación homosexual. Se trata del grupo Nuestro Mundo
(encabezado por Héctor Anabitarte)
12
. En esta organiza-
12 Fernández Galeano y Queiroz (2021) señalan que este activista es-
cribió en 1966 una carta a la Federación Juvenil Comunista (FJC) donde
planteaba una relexión abierta acerca de la homosexualidad. Como
respuesta le sugirieron asistir a un psiquiatra comunista, lo que derivó
luego en su internación en el hospital psiquiátrico José Tiburcio Borda.
ción se agruparon militantes de partidos de izquierda y
de gremios.
Por su parte Fernández Galeano y Queiroz (2021), seña-
lan que este grupo comenzó sus reuniones en 1967 en un
conventillo de Lomas de Zamora (Buenos Aires), donde
residía Luis Trointiño, quien mantuvo con Anabitarte las
primeras conversaciones para fundar la organización.
Inclusive, este fue el lugar donde editaron de forma se-
creta un boletín denominado "Nuestro Mundo".
En 1970 cobraría relevancia Profesionales, donde partici-
paban Néstor Perlongher y Sergio Pérez Álvarez. Este gru-
po surgió en el contexto del trabajo académico en la Uni-
versidad de Buenos Aires. No obstante, si bien tuvieron
participación en diferentes manifestaciones, las relacio-
nes con los movimientos mayores en los que se incluía su
activismo presentaron dificultades. En este caso Barran-
cos (2014) plantea que las mismas se dieron en razón de
conquistar el beneplácito de las agrupaciones de izquier-
da, y señala que eran comunes los desaires y los rechazos.
En referencia al accionar de Nuestro Mundo y Profesio-
nales: "jamás plantearon en función de la homofobia rei-
nante, políticas de irrupción y visibilidad en el ámbito de
lo público" (Bellucci y Rapisardi 1999, p. 46). Sus estrate-
gias buscaban motivar la pertenencia y la relexión, ope-
rando de forma cerrada.
En 1971 las organizaciones mencionadas conformaron el
Frente de Liberación Homosexual (FLH). La participa-
ción en el mismo estuvo caracterizada por una presencia
en su mayoría masculina, proveniente de sectores inte-
lectuales, partidos políticos de izquierda, marxistas e
incluso vinculados a la religión católica.
Me permito en esta instancia señalar dos aspectos en re-
lación al FLH: el primero está vinculado a tres periodos
en la trayectoria de dicha organización. El segundo as-
pecto guarda relación con las alianzas que intentó con
otros movimientos políticos. Luego, retomaré el segundo
momento planteado por Bellucci y Rapisardi (1999) sobre
la organización política en la vuelta a la democracia. A los
fines de caracterizar los periodos que atravesó el FLH, re-
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curro al trabajo de Simonetto (2014)
13
quien los identifica
como: Emergencia, Consolidación y Apogeo y, finalmen-
te Ocaso.
El periodo de Emergencia, ubicado entre 1967 y 1970,
marca la aparición del Frente. Aquí puede identificarse
la articulación entre: Nuestro Mundo y Profesionales (o
Grupo Eros).
Respecto al periodo de Consolidación y Apogeo, tuvo lu-
gar entre los años 1971 y 1974, donde Néstor Perlongher
obtiene mayor protagonismo. En esta instancia el FLH
estableció como una de sus bases, la búsqueda de una
agenda política cuyo objetivo era la liberación sexual.
En este periodo, Simonetto (2014) reconoce que el FLH
reunía al menos unas once organizaciones, entre otras:
Católicos Homosexuales de la Argentina, Bandera Ne-
gra, Emmanuel, Safo además de Nuestro Mundo y Eros.
Sus actividades estuvieron vinculadas a la producción
crítica e intelectual. Un ejemplo, fue la producción de la
Revista Somos
14
, que llegó a tener unos 8 números. Fue
utilizada como una forma de concientizar a personas de
la disidencia sexual que estaban fuera de la organiza-
ción. Además, se convirtió en un instrumento de denun-
cia frente a los edictos policiales y la violencia ejercida
por diferentes instituciones.
15
De esta forma, quienes in-
tegraron el FLH, encauzaron estrategias para construir
visibilidad.
Por último, el periodo de Ocaso comprende los años 1975
y 1976. Como una característica principal puedo señalar
13 Además, fueron revisados videos del canal: Historia Disidente,
consultados en: https://www.youtube.com/playlist?list=PLc384-Mn-
QRQIPiLQ89g99uFwu5Zantxuh
14 Disponible en: https://americalee.cedinci.org/portfolio-items/
somos/
15 En el no 1 de la revista se publicó una "Cartilla de Seguridad",
donde el Frente advertía sobre la represión ejercida por las fuerzas
policiales y brindaban recomendaciones sobre cómo actuar en caso de
una detención.
que en el año 1975 la revista "El Caudillo" publicó la nota
Hay que acabar con los homosexuales”, marcando una im-
portante escalada de la violencia hacia las disidencias.
En 1976, con la última dictadura cívico-militar argentina,
el Frente de Liberación Homosexual se disolv
16
. Parte
de sus integrantes, se exiliaron.
En este periodo, también existió un espacio de reunión
y de resistencia, donde asistían activistas lesbianas. Se
trata del "Sótano de San Telmo", un espacio que "combino
la lucha de clases y la sociabilidad lésbica en los años del
terrorismo de Estado" (lores, 2014). Fue promovido por
Martha Ferro, activista fallecida en 2011.
De acuerdo a Flores (2014), previo al golpe de 1976, fue
allanado por la policía. Luego de que Ferro regresara de
estar refugiada en Isla Maciel, las actividades en el sóta-
no fueron retomadas hasta 1980.
Si bien, en este momento podemos caracterizar a sus
participantes como lesbianas, Flores (2014) destaca que
lesbiana no era en ese momento una identidad política y
el término poco se usaba como forma de identificación.
Utilizaban la denominación kármatica
17
, que “concentra-
ba la condición de juego, magia y misterio que recorre
las corrientes subterráneas del deseo" (Flores 2014, p. 17).
Retomando la trayectoria del FLH, cabe señalar que estu-
vo atravesada por el contexto de las dictaduras militares
presentes en nuestra historia nacional. Existió una espe-
ranza con la llegada al poder de Cámpora en 1973 y con
la iniciativa de retorno del peronismo; pero para quienes
formaron parte del frente, no fue posible instaurar estra-
tegias que permitieran instalar sus demandas en agenda.
Luego de exponer los periodos señalados por Simonetto
(2014) sobre el FLH, me interesa presentar las alianzas
16 Para profundizar acerca de la persecución estatal de los homo-
sexuales en Argentina, sugiero la lectura de Insausti (2015).
17 Esta era una forma de reconocimiento que buscaba distanciarse
de otros términos: betters(que tenía una carga elitista de clase) y torti-
lleras (de carga peyorativa).
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con otros movimientos políticos. En primera instancia,
el acercamiento al Peronismo. El ingreso del FLH en es-
tos espacios generó incomodidad y rechazo, expresado
en cánticos como: “No somos putos, no somos faloperos, so-
mos soldados de FAR y montoneros”.
Cuando en el periodo de Ocaso del FLH se mencionó la
revista "El Caudillo"; vale aclarar que la misma era finan-
ciada a través del Ministerio de Bienestar Social, dirigido
por López Rega, exponente de la ultraderecha peronista.
Lo que da cuenta de las tensiones que atravesaban estas
relaciones.
En segunda instancia, la línea oficial del Partido Comu-
nista Argentino, sostenía que "la homosexualidad era
una aberración contrarevolucionaria" (Bellucci y Rapi-
sardi, 1999, p. 47). Partiendo de este punto, pueden adver-
tirse obstáculos para la proximidad entre las disidencias
y el comunismo.
En tercera instancia y con una mejor experiencia, el FLH
mantuvo intercambios con el feminismo: la Unión Femi-
nista Argentina (UFA) y el Movimiento de liberación Fe-
menina (MLF). Barrancos (2014) señala que junto al MLF
se constituyó el Grupo Política Sexual.
18
Las posiciones políticas del Frente, quedaron expresadas
en el "Maniesto Sexo y Revolución"
19
publicado en 1974. En
él, buscaron señalar aspectos referidos al ejercicio de la
dominación y cómo a través de una revolución, sería po-
sible atacar no solo las bases económicas y políticas del
sistema, sino además poner en tensión las ideologías se-
xistas que lo sostienen.
En el periodo histórico en que se inscribe el surgimiento
de los activismos de las disidencias sexuales en Argen-
tina, se dieron alrededor del mundo estallidos y revolu-
ciones protagonizadas por diversos grupos. Entre otros
eventos significativos, podrían señalarse el llamado
18 Trebisacce (2015) caracteriza a este grupo como un "laboratorio
de ideas" que buscaba combatir los regímenes de normalidad sexual.
19 Disponible en: http://americalee.cedinci.org/wp-content/
uploads/2016/06/SEXO-Y-REVOLUCION.pdf
"Mayo Francés" constituido entre otros aspectos por pro-
testas por parte de estudiantes y trabajadores en el año
1968 o bien el impulso de cambios políticos que caracte-
rizó “La primavera de Praga". Inclusive en nuestro país,
ya asomaban prácticas de resistencia y rebeldía, como el
“Cordobazo” en mayo de 1969.
Además de conocer el contexto en el cual se desarrolla-
ron sus acciones, considero importante mirar al interior
del FLH. Las discusiones teóricas dentro del FLH fueron
características de sus prácticas. Como lo sugieren Be-
llucci y Rapisardi (1999) privilegió una política de identidad
minoritaria. Esta estrategia, guarda relación con prácti-
cas de los movimientos de mujeres y afroamericanos es-
tadounidenses, que la utilizaron para reclamar por sus
derechos civiles.
Por otro lado, les autores señalan una iniciativa vincula-
da a la política del loqueo (Bellucci y Rapisardi, 1999). Era
una estrategia deconstructiva, una performance que po-
nía en tensión todo intento de unificar la identidad de
las disidencias.
Las discusiones que tuvieron lugar al interior de estas or-
ganizaciones en relación a la categoría identidad, tienen
su base en una tensión histórica donde se confrontan dos
corrientes: el esencialismo y el constructivismo social.
Un punto común entre ambas, es que apuntaron a cons-
truir una identidad desde las teorías armativas. Sin em-
bargo, mientras "el esencialismo sostenía una visión de
identidad ahistórica e invariable, el constructivismo re-
lativizó los intentos de conformar una única cultura lés-
bico-gay" (Bellucci y Rapisardi 1999, p. 48). Estas disputas
se extienden incluso hasta nuestros días.
Terminado el desarrollo del primer momento: las pri-
meras organizaciones homosexuales y el FLH; propon-
go insertarnos en el segundo momento identificado por
Bellucci y Rapisardi. Temporalmente podemos ubicarlo
a partir del año 1983 con el retorno a la democracia en
Argentina.
Les autores mencionan que ya en 1982, aparecieron orga-
nizaciones vinculadas a las disidencias sexuales. Una de
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TRAMAS SOCIALES • N° 04 | ISSN: 2683-8095
113González | Organizar la revuelta: revisiones sobre el proceso de visibilidad LGBTIQ+
ARTÍCULOS LIBRES
ellas era el Grupo Federativo Gay (GFG)
20
y el Grupo de
Acción Gay (GAG). Ambos se caracterizaron por operar
como grupos de relexión cerrados donde les participan-
tes compartían sus experiencias.
La apertura democrática, sostienen Cuello y Lemus "pro-
pició un contexto en el cual fue posible volver a encauzar
las líneas de una genealogía del activismo sexo-político
iniciado entre fines de los sesenta y los setenta" (Cuello
y Lemus 2016, p. 152). En su trabajo, refieren a fugas y
alianzas micropolíticas entre grupos feministas, gays y
travestis, organizaciones de derechos humanos, movi-
mientos contraculturales y espacios vinculados a la ex-
perimentación artística.
En 1984, a partir de la articulación de los grupos men-
cionados, donde además Cuello y Lemus (2016) citan a la
Coordinadora de Grupos Gays
21
, se fundó la Comunidad
Homosexual Argentina (CHA). El surgimiento de la or-
ganización se dio luego de una razia llevada a cabo en el
boliche Contramano. En este contexto la CHA comenzó a
intervenir públicamente, caracterizándose como una or-
ganización de derechos humanos, tomando como lema:
“el libre ejercicio de la sexualidad es un derecho humano”
(Bellucci y Rapisardi 1999, p. 48).
La CHA persiguió la derogación de los edictos policiales,
buscaron difundir el fundamento de que la identidad se-
xual era una causal de discriminación. Su estrategia for-
muló "demandas públicas de acceso igualitario a bienes
materiales y simbólicos para las personas afectadas por
la discriminación y violencia homobica" (Sívori 2008,
p. 245).
Para esta organización prevalecieron “los principios de
visibilidad y reconocimiento” (Barrancos 2014, p. 26).
El nivel de visibilidad era un aspecto relevante: ser vi-
sibles, se entendía como una posibilidad para incidir en
diferentes espacios, principalmente estatales. La política
de darse a conocer (como la señala Jáuregui en su libro en
1987), respondía a una estrategia de politización de la
20 Formado por Zelmar Acevedo en 1984.
21 Sus actividades se desarrollaron entre 1983 y 1984.
homosexualidad y de la vida privada (Barrancos, 2014;
Figari y Ponce, 2008).
En el caso de Theumer (2017), este señala que la transi-
ción democrática constituyó un momento bisagra: "la
resemantización, reorganización y repolitización de la
protesta sexual argentina". En este contexto, se dieron
intentos por “legitimar la causa homosexual en términos
de una comunidad sufriente, aunque también en torno a
una política articulada en torno al Orgullo Gay y la crisis
del SIDA" (Theumer, 2017, p. 116-117)
En los 80, “el espectro del VIH/SIDA obró de modo pa-
radójico para que fuera el propio Estado el que debiera
reconocer la existencia de sujetos de sexualidad no hete-
rosexual” (Pecheny (2001) en Barrancos, 2014, p. 26). En
este particular escenario, la CHA privilegió la visibilidad
con Carlos Jáuregui como uno de sus principales promo-
tores.
Los debates en razón de la identidad se mantuvieron
presentes en el escenario de acción política disidente
y continuaron las disputas en relación a este concepto.
Al respecto, Theumer (2017) plantea un análisis sobre la
modernización gay: "una implantación extensiva de una
identidad gay y una ruptura con la configuración de las
identidades sexuales" (Theumer 2017, p. 120). Esta lógica
borra la continuidad de otras identificaciones como ma-
rica, travesti, fairies, bichas, en sus respectivos contex-
tos.
Además, comenzaron a visibilizarse intersecciones vin-
culadas a los procesos identitarios que reclamaban reco-
nocimiento. Entre otras categorías pueden mencionarse:
la etnia, la clase social y la franja etaria. Esto permitió
observar que las problemáticas que afectan a un deter-
minado grupo pueden variar en razón de sus particula-
ridades.
No es lo mismo el sufrimiento de todas las mujeres en
una estructura patriarcal. Si bien comparten la misma
posición de opresión por pertenecer al género femeni-
no, si se observan las problemáticas de las mujeres he-
terosexuales, estas ocuparán jerarquía, frente a la de las
lesbianas. Las últimas aparecerán como identidades y
cuerpos abyectos al disentir de la heterosexualidad obli-
gatoria.
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114González | Organizar la revuelta: revisiones sobre el proceso de visibilidad LGBTIQ+
ARTÍCULOS LIBRES
Estos procesos permiten pensar la importancia de re-
significar el valor crítico de la diferencia. Esta premisa
puede entenderse como estrategia para la lucha política.
En esta etapa es que comenzaron a cobrar relevancia
algunas organizaciones del interior, entre ellas: el Movi-
miento de Liberación Homosexual de Rosario y la CHA
de Córdoba. Por otra parte, existió un proceso de frag-
mentación al interior de la CHA, caracterizado por la
conformación de grupos integrados por travestis, jóve-
nes activistes, personas con VIH, como así también de
lesbianas feministas.
Este periodo es importante porque instauraron diferen-
tes políticas de visibilidad, que refieren a un "conjunto de
estrategias de crítica y creación de nuevos patrones so-
ciales de representación, interpretación y comunicación"
(Bellucci y Rapisardi, 1999, p. 50). Podemos ubicar dentro
de las mismas a la Marcha del Orgullo, la primera se rea-
lizó en 1992 y se denominó Marcha del Orgullo Lésbico-Gay.
Cabe señalar que Bellucci y Rapisardi (1999) expresan la
existencia de un proceso de paulatina pluralización al
interior del movimiento. Un rasgo de ello puede identifi-
carse en las denominaciones que obtuvieron las marchas,
llegando a ser: "Marcha del Orgullo Lésbico-gay-traves-
ti-transexual y bisexual.
Respecto de esto, Theumer (2017) hace referencia a que
nuevas invocaciones colectivas comienzan a tomar for-
ma. Destaca la sucesiva reubicación y expansión de las
siglas que representan a las disidencias sexuales.
Por otro lado, se identifica la irrupción de los queer stu-
dies. Desde esta perspectiva se planteó que: "las identida-
des son siempre múltiples y compuestas por un infinito
número de instancias: orientación sexual, raza, clase, ge-
nero, edad, nacionalidad, etc" (Bellucci y Rapisardi, 1999,
p 50).
Otro punto a destacar sobre Barrancos (2014), es que
brinda en su trabajo un recorrido en relación a las dife-
rencias existentes en cuanto a la visibilidad de algunos
grupos al interior de estos activismos. La mayor parte de
las organizaciones descriptas hasta el momento, estu-
vieron caracterizadas por la presencia de varones. En las
líneas siguientes, expongo algunas consideraciones en
cuanto a los activismos lésbicos y travestis/trans.
En cuanto al activismo lésbico, Barrancos (2014) expresa
que no existió acción militante explicita sino hasta 1983.
Sin embargo, durante la época de la última dictadura
existió el espacio del Sótano de San Telmo, lugar de reu-
nión de activistas lesbianas.
En 1986, Barrancos (2014) ubica al Grupo Autogestivo de
Lesbianas (GAL). En 1988 se habría dado una manifesta-
ción pública por parte de estas identidades en Plaza del
Congreso. Además, menciona los grupos: Frente Sáfico y
Las unas y las otras.
En 2012, con mayor proximidad, se creó el archivo Poten-
cia Tortillera
22
. En este archivo sus integrantes reúnen
material digitalizado del activismo lésbico. Uno de los
documentos que puede encontrarse en el archivo, y que
significó un quiebre al interior del feminismo y de las di-
sidencias sexuales al momento de su publicación (1987),
fueron los Cuadernos de Existencia Lesbiana, primera
publicación lésbica en el país producida desde el interior
del feminismo. Recupera la posición de las identidades
lésbicas como sujetas políticas, rompiendo los silencios
dentro de los movimientos mencionados. La construc-
ción de estos cuadernos estuvo encabezada por Adriana
Carrasco e Ilse Fuskova.
23
Con respecto a Ilse Fuskova, la misma era una promotora
de: "hablar en público y especialmente forjar una agencia
por los derechos” (Barrancos, 2014, p. 31). En una de sus
participaciones en el programa Almorzando con Mirtha
Legrand, expresó respecto a la visibilidad lésbica: "Pienso
que es un gran dolor no poder decirlo abiertamente, por-
que es como tener una vida dividida ¿no? una es la parte
para afuera y otra la intimidad. Creo que hace mucho
daño tener que vivir en esas condiciones” (1990).
24
22 Disponible en: www.potenciatortillera.blogspot.com
23 Para ver más, se puede acceder a la nota disponible en: https://
www.revistaanfibia.com/cuadernos-existencia-lesbiana/
24 Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=e1FQ7UYyI-
w8&t=280s&ab_channel=VideosSIGLA
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115Gonlez | Organizar la revuelta: revisiones sobre el proceso de visibilidad LGBTIQ+
ARTÍCULOS LIBRES
Respecto a los activismos travestis/trans, Berkins (2003)
expresa que la organización se inicia en 1991 cuando se
funda primera asociación que lleva el nombre Asocia-
ción de Travestis Argentinas (ATA)
25
. Además, destaca
la primera aparición de una travesti en un medio de co-
municación: Keny de Michelli quien visitó programas de
televisión para visibilizar sus experiencias, lo que romp
con el ocultamiento ejercido sobre las travestis.
En 1991, se dio un acercamiento entre las travestis y Jáu-
regui, quien brindó apoyo ante un hecho de violencia po-
licial e invitó a las travestis a organizarse. En su artículo,-
Berkins (2003) señala los pormenores del acercamiento
de las travestis nucleadas en ATA con los activismos lés-
bicos y gays.
En ocasión de la tercera Marcha del Orgullo, sus identi-
dades apenas aparecían relejadas en el cartel principal.
Esto, sin embargo, parece haber sido contrarrestado con
vestuarios coloridos que resaltaban del resto. Berkins la
entiende como una “estrategia alternativa a la invisibili-
zación que nos habían impuesto" (2003, p. 128).
Una organización clave fue ALIT (Asociación de Lucha
por la Identidad Travesti), fundada por Lohana Berkins.
Esta activista histórica falleció en 2016. Desde ALIT exis-
tieron iniciativas como la creación de la cooperativa de
trabajo para personas trans Nadia Echazú, la fundación
del Bachillerato Popular Trans Mocha Cellis o la Revista
“El Teje, coordinada por Marlene Wayar.
Si bien existen diferencias en cuanto a quienes integran
los activismos de la disidencia sexual y los diferentes
contextos en los cuales toman protagonismo, es clave
señalar que la articulación entre estas identidades fue
necesaria a la hora de establecer demandas por el reco-
nocimiento de derechos. Ejemplo de ello es la conforma-
ción de la Federación Argentina LGBT (lesbianas, gays,
bisexuales y transexuales) en el año 2006. Barrancos
(2014) sostiene que "la incorporación de un número ma-
yor de colectivos permite una articulación concatenada
y más eficiente.
25 Con el devenir del tiempo la sigla incorporaría otras dos T: tran-
sexuales y Transgéneros.
El trabajo de articulación de la FALGBT incidió en legis-
laciones como la Ley de Educación Sexual Integral (Ley
26.150/2006). Sin embargo, su empeño "fue decisivo para
la obtención de dos leyes civiles de gran significado: el
Matrimonio Igualitario y la Ley de Identidad de Género"
(Figari 2011, en Barrancos 2014, p. 35).
El contexto de aprobación de estas leyes marcó una se-
rie de disputas y confrontaciones con los sectores más
conservadores. Sin dudas, al interior de estos procesos
sociales, podrían analizarse un sinnúmero de aspectos
que conforman el fenómeno de la visibilidad; sin em-
bargo, el objetivo es situar a continuación, cómo en este
proceso organizativo mayor se inscribe el surgimiento
de los activismos de las disidencias sexuales en San
Juan.
El activismo disidente sanjuanino y la
construcción de visibilidad en el desierto
Las fuentes consultadas para este artículo proceden de
diversos orígenes. En primer lugar, se llevó a cabo una
revisión de publicaciones de dos medios masivos de la
provincia: Diario de Cuyo y Tiempo de San Juan.
26
En los sitios Tiempo de San Juan
27
y Diario de Cuyo
28
, se
utilizó el buscador a partir de la sigla LGBT. Se observa-
ron una serie de noticias vinculadas a estos colectivos y
que comprenden diferentes temáticas. A nivel general:
conmemoraciones, notas de color que tienen como pro-
tagonistas a integrantes de la disidencia, relación entre
las organizaciones de la provincia y el gobierno local, si-
tuaciones de violencia en las que integrantes de la disi-
dencia han sido víctimas.
El énfasis estuvo puesto en conocer diferentes políticas
de visibilidad construidas por las organizaciones. Las
26 Si bien ambos contaron con un formato impreso, actualmente
operan de forma digital.
27 https://www.tiempodesanjuan.com/
28 https://www.diariodecuyo.com.ar/
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116González | Organizar la revuelta: revisiones sobre el proceso de visibilidad LGBTIQ+
ARTÍCULOS LIBRES
mismas incluyen prácticas desarrolladas en el ámbito de
lo público, con objetivos de lo más diversos, por ejemplo:
exponer el trabajo de las organizaciones, concientizar
acerca de problemáticas que afectan a las personas LGB-
TIQ+, reivindicar nuestras identidades, construir espa-
cios de encuentro y de festejo.
En las noticias que provienen del medio Tiempo de San
Juan, se observaron notas que referían a las Marchas del
Orgullo, el Picnic por el Mismo Amor y la Semana de la
Diversidad. Interpreto a las mismas como políticas de
visibilidad, ya que irrumpieron en territorio sanjuanino
inscribiéndose en las demandas por el reconocimiento
de derechos. Además, constituyen diferentes estilos de
representación de estos colectivos.
A partir de lo observado en los medios mencionados, se
identificaron diferentes elementos en relación a las mar-
chas. En primer lugar, referencias al número de marcha
y lema. En segundo lugar, archivos fotográficos donde
pueden observarse diversas expresiones a partir de la
disposición del cuerpo de les participantes. En tercer
lugar, el uso de elementos como pancartas, vestimentas
llamativas, símbolos como la bandera multicolor; estos
constituyen un modo de impacto visual característico en
los espacios públicos donde tienen lugar.
En segundo lugar, se consultó una fuente bibliográfica
afín. Se trata del trabajo de Gimeno (2018); en el mismo,
la sistematización de la información permite conocer
las diferentes marchas llevadas a cabo desde el año 2010
hasta el 2016 inclusive (7 marchas hasta ese momento).
Gimeno (2018), señala que la primera marcha realizada
en nuestro país, se llevó a cabo en junio de 1992. Refiere
que, a partir de 1997, se ha celebrado a nivel nacional el
primer sábado del mes de noviembre, conmemorando la
creación de Nuestro Mundo.
Existe una dimensión de análisis a partir de la cual abor-
da a “la marcha del orgullo gay como un discurso social
sustentado por un colectivo emergente en la provincia de
San Juan” (Gimeno, 2018, p. 23). Por otra parte, la define
como: “una de las acciones con mayor visibilidad pública
del movimiento sexual y político organizado en torno a la
diversidad sexual” (Gimeno, 2018, p. 32).
A diferencia de lo ocurrido en el territorio nacional,
transcurrieron casi dos décadas para que este tipo de
práctica fuera replicada en San Juan. La primera marcha
"se llevó a cabo el 13 de noviembre de 2010, donde 500
personas desfilaron un sábado a la noche por una de las
avenidas más transitadas de la ciudad" (Gimeno, 2018, p.
33).
Resulta importante en relación a este trabajo, el rol que
jugó la organización La Glorieta LGBTIQ+. De acuerdo
al autor "es la organización que nuclea parte de la comu-
nidad de la diversidad sexual
29
de la provincia” (Gimeno,
2018, p. 33)". Esta organización convoca a organizaciones
civiles y políticas que quieran adherir en la realización
de la marcha. Su activismo responde a lineamientos pro-
puestos por la FALGBT.
El autor señala como objeto polémico a la construcción
de las consignas de la marcha de acuerdo con la Fede-
ración. Las diferencias entre las organizaciones políticas
sanjuaninas respecto a las mismas, devinieron en que,
en el año 2016, existiera una manifestación dentro de la
marcha denominada: “La Marcha de Atrás".
30
Lo sucedido con mencionada marcha planteó una reor-
ganización y rearticulación en el trabajo de las organiza-
ciones de la disidencia sanjuanina. Una alternativa para
generar la oportunidad de discusión de las consignas y
otros elementos vinculados a la organización de las mar-
chas, fue la creación de una organización mayor denomi-
nada: Mesa por la diversidad.
Considero necesario pensar en esta instancia, el contex-
to de surgimiento de La Glorieta. La media sanción del
29 Respeto el término utilizado por el autor.
30 Esto da cuenta de las tensiones en relación a las agendas pro-
puestas por los colectivos LGBTIQ+, donde lo que se propone a nivel
nacional no siempre coincide con las realidades de las provincias.
La Marcha de Atrás buscó agregar reclamos a los ya planteados en las
consignas oficiales.
Particularmente, los reclamos se inscribían en el plano de la salud, por
la posibilidad de cierre de los Consultorios para la Diversidad en la
provincia y las condiciones de vida de las personas con VIH.
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Matrimonio Igualitario fue en el mes de mayo de 2010,
cabe señalar que, de seis representantes de la provincia,
solo uno votó a favor de la ley, cuatro en contra y hubo
una ausencia. Gimeno sostiene: “en este momento de co-
yuntura político y social, cuando en San Juan no había
demasiadas expectativas de aprobación de esta ley, se
inicia la historia de la primera organización LGBT" (Gi-
meno, 2018, p. 34).
Antes de la Glorieta, existió un antecedente directo de
organización por los derechos de las personas LGBTIQ+
en la provincia: la Asociación Civil Acercándonos. Fue
una organización de travestis, que planteaban modificar
el código de faltas de la provincia y eliminar la figura de
travestismo. Desarrolló sus actividades en el transcurso
de los 90’s y 2000. Actualmente, con una renovación de
sus integrantes, participa de las políticas de visibilidad.
Retomando el surgimiento de La Glorieta, políticos de
la provincia manifestaron públicamente su rechazo al
proyecto de ley de Matrimonio Igualitario
31
. Existió una
articulación entre el poder político y los espacios conser-
vadores de la iglesia. Se instauro una organización no gu-
bernamental denominada "Compromiso por la familia".
En el mes de junio de 2010, se llevó a cabo una audien-
cia pública de debate sobre la ley. Los sectores opositores
llevaron a cabo diferentes marchas con consignas que
sostenían: "queremos mamá y papá". Desde el gobierno
sanjuanino se motivó la participación de la sociedad ge-
neral en dichas manifestaciones. Se facilitó un asueto
administrativo, con el objetivo de que pudieran asistir
trabajadores del sector público, inclusive se promovió la
asistencia de estudiantes de todos los niveles educativos.
En este contexto, la idea de la conformación de una orga-
nización política cobró vital importancia. De esta forma,
Rapsodia
32
se convirtió en sede de lo que sería la primera
de distintas reuniones.
31 Gimeno (2018) brinda el ejemplo de José Luis Gioja, quien se pro-
clamó como defensor de la familia.
32 Boliche gay sanjuanino.
Dicha reunión estuvo convocada por INADI y partici-
paron, entre otros,“la agrupación Kolina, el partido Co-
munista, Partido Comunista Revolucionario y centros
de estudiantes de la Universidad Nacional de San Juan”
(Gimeno, 2018, p. 36). La articulación con la FALGBT, fue
decisiva para la constitución de La Glorieta, el día 5 de
junio del año 2010.
Previo a la primera Marcha del Orgullo, se organizó el
"Festival de la Diversidad" en La Glorieta de Parque de
Mayo, ubicado en la capital. Duró casi 24 horas y estuvo
caracterizado por una numerosa participación de artis-
tas locales. Sin embargo, no contó con el nivel de visibi-
lidad esperado, ni la cobertura por parte de medios de
comunicación.
A partir de este punto y en adelante, La Glorieta se vio
transversalizada por diferentes cuestiones de acuerdo a
lo expresado por Gimeno (2018). En primera instancia se
provocaron cambios respecto a la dirección de la organi-
zación; luego se produjo la salida de integrantes a partir
de diferencias ideológicas y políticas (de esta forma apa-
rece la organización Aequalis).
En el texto, pueden observarse fragmentos de algunas
entrevistas, donde se señala una suerte de despolitización
en cuanto al trabajo de la organización. Sobre las dife-
rencias ideológicas, al parecer, los objetivos de La Glorie-
ta habrían cambiado. Otro de los puntos, señalado por
un entrevistado: es que el activismo de la disidencia de-
bía de ser una lucha sostenida, no terminarse en el ma-
trimonio igualitario.
A partir de 2013 se observaron cambios en relación a la
Marcha. Tienen que ver con la forma en que se organi-
zó, su recorrido y la ubicación del acto de cierre, en esta
oportunidad el evento tuvo menor visibilidad.
Con respecto al surgimiento de otras organizaciones
en el territorio sanjuanino, se analizaron los datos ob-
tenidos en el seminario virtual: "Del Closet a las Calles:
Organización Política LGBTTTIQ+ en San Juan. Dicha
actividad se enmarca en una serie de seminarios de in-
vestigación promovidos por el Programa de Estudios del
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ARTÍCULOS LIBRES
Trabajo, el Ambiente y la Sociedad (PETAS)
33
. El encuen-
tro se realizó junto a representantes de las organizacio-
nes: La Glorieta Espacio LGBT, Aequalis Cultura Diversa
y ATTTA San Juan.
Uno de los ejes abordados, fue el surgimiento de las orga-
nizaciones mencionadas. En concordancia con Gimeno;
Daniel Rojas señaló en relación a La Glorieta: "se fundó el 5
de junio de 2010, cuando estábamos en plena lucha por la apro-
bación del Matrimonio Igualitario, a través del tiempo forma-
mos parte de la Federación Argentina LGBT".
Con respecto a Aequalis, Natalia Antuña expresó: "esta or-
ganización funciona en San Juan a partir del año 2011. Se cr
en el marco de un Congreso Nacional de VIH y SIDA. En ese
momento quienes integraban la organización militaban fuer-
temente la cuestión de los derechos de las personas que viven
con VIH.
En relación a ATTTA, Verónica Araya mencionó: “empe-
zó a organizarse en un cumpleaños de María Belén Correa en
Capital Federal éramos muy perseguidas por la policía Desde
la primera Marcha que se hizo en San Juan exigimos que se
modiquen los códigos contravencionales, es la herramienta le-
gal que tiene la policía para detenernos. Seguimos trabajando
por derechos que nos faltan conquistar”. Esta activista, hizo
referencia al trabajo que realizo Claudia Pía Baudracco,
quien emprendió la tarea de construir esta organización
en diferentes provincias.
Por otra parte, se indagó en relación a las actividades que
llevan a cabo las organizaciones y sus estrategias de traba-
jo. La Glorieta desarrolla un trabajo a partir de secretarias,
dos de las más relevantes son: Educación y Familias Di-
versas. Resulta importante destacar que, desde el comien-
zo de sus actividades, La Glorieta trabaja sobre la sensibi-
lización y acompañamiento a familiares de personas que
integran los colectivos LGBTIQ+. Esta es una estrategia
para motivar la aceptación por parte de las familias.
Respecto a Aequalis, busca imprimir un tinte político de
reivindicación y lucha. Esta organización ha trabajado ac-
33 Con sede en el Instituto de Investigaciones Socioeconómicas de
la Facultad de Ciencias Sociales - Universidad Nacional de San Juan.
tivamente en el ámbito educativo, donde realizan talleres
de Educación Sexual Integral. Desarrollan actividades
artísticas y producciones audiovisuales entre las que se
encuentra el noticiero LGBTIQ+: “Notilash" (difundido a
través de redes sociales). Otra actividad, está vinculada
con la proyección de películas de temática LGBTIQ+.
En el año 2021, Aequalis cumplió diez años de activismo.
Realizaron un festival artístico denominado: “Indicio –
Desierto Diverso". Tuvo lugar en el Museo Provincial de
Bellas Artes Franklin Rawson y contó con una serie de
manifestaciones artísticas vinculadas a la expresión de
diversas identidades de la disidencia sexual.
34
Desde ATTTA San Juan, se destacan las gestiones vincu-
ladas al acceso a Consultorios Inclusivos para la Diver-
sidad, para garantizar el derecho a la salud de personas
trans en la provincia. Además, la articulación con dife-
rentes espacios del gobierno local a fin de establecer lí-
neas de trabajo.
Si bien, las organizaciones mencionaron las actividades
que desarrollan de forma individual, también señalaron
la articulación a través de la Mesa Provincial de la Diver-
sidad. En abril del año 2021, esta organización realizo un
comunicado en el cual señalaron como integrantes de la
Mesa a: Aequalis Cultura Diversa, Acercándonos, ATT-
TA, Infancias y Adolescencias Trans San Juan, Enlazando
Oportunidades, Jóvenes Positivos San Juan, RAJAP San
Juan, Movimiento Libertad, Mutual Pasos de Igualdad,
LET (Luchemos entre Todes).
35
En este comunicado, se manifestó la horizontalidad en la
toma de decisiones que caracteriza a la Mesa. Además, se
hizo referencia al respeto por la identidad de cada orga-
nización participante.
34 Participaron: Proyecto Tango (donde una pareja de varones bailó
tango), DragFolk con la interpretación de la cantante dragqueen Lila
Mutabilis y el cierre a cargo de Fiesta Fuegahquienes hicieron un show
al estilo Cultura Ball.
35 Consultado en la página de Facebook de la Mesa por la Diversi-
dad, disponible en: https://m.facebook.com/101179355448071/photos
/a.109083167991023/109083151324358/?type=3&source=48
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ARTÍCULOS LIBRES
La articulación y trabajo conjunto, no solo es una estra-
tegia entre las organizaciones de la disidencia. Se tejen,
además, otros vínculos con actores de la sociedad: mu-
nicipios, ministerios, centros de salud, escuela, registro
civil.
Actualmente, el activismo LGBTIQ+ en la provincia,
atraviesa un proceso de diversificación. Esto responde a
la manifestación de diversas identidades, como así tam-
bién a la realización de estrategias específicas. Señalo a
continuación algunos ejemplos.
En San Juan, el activismo de trabajadoras sexuales, nu-
cleadas en la Asociación de Mujeres y Meretrices de Ar-
gentina (AMMAR) ha participado históricamente de la
disidencia sexual. En esta organización, no solo partici-
pan mujeres cisgénero, sino también mujeres trans que
ejercen el trabajo sexual.
Desde AMMAR, se reivindican las identidades de quie-
nes ejercen esta actividad. Plantean al trabajo sexual
como elección de vida y construyen diferentes estrate-
gias para su reconocimiento.
En el año 2017, aparece en San Juan la Asociación Civil
Infancias Libres (ACIL). La misma participa de las acti-
vidades vinculadas a la visibilidad. Esta organización
apunta a la promoción y protección en relación a los de-
rechos de las infancias y adolescencias trans.
Considero que viene a representar una intersección vin-
culada con lo generacional al interior de los colectivos
LGBTIQ+. Sostengo lo expuesto debido a que incorpora
a niñes y adolescentes en las demandas por el reconoci-
miento de derechos.
Inclusive durante los inicios de la pandemia por CO-
VID-19 (o 2020), los medios relejaron las practicas a
partir de las cuales, un grupo de mujeres trans conformó
un merendero en la localidad de La Bebida - Rivadavia.
Se trata de la Asociación Luchemos entre Todes, que ade-
más de participar en actividades junto a otras organiza-
ciones, realiza este trabajo a nivel comunitario.
Otro grupo que marcó su impronta en 2020 fue: Cultura
Drag. Reivindican las identidades dragqueen y la inci-
dencia del componente artístico. Al haber iniciado sus
actividades en contexto de pandemia, sus integrantes
realizaron estrategias de visibilidad en redes sociales.
Se han incorporado a diferentes espacios, donde tienen
lugar eventos artísticos y culturales: Centro Cultural
Conte-Grand o el Museo Franklin Rawson. Incluso han
llevado a cabo irrupciones en el espacio de lo público,
más precisamente en el cruce de las peatonales del cen-
tro sanjuanino.
Recientemente este grupo ha obtenido un reconocimien-
to legal por parte del Ministerio de Desarrollo Humano
y Promoción Social de la Provincia. A través de la Direc-
ción de Cooperativas (de dicho Ministerio) y con el apo-
yo del Ministerio de Turismo y cultura: Cultura Drag ha
sido inscripta como cooperativa de trabajo.
En el año 2020, se constituyó una nueva organización en
la cual el activismo de la disidencia se agrupó para plan-
tear actividades. Me refiero al Consejo Provincial de la
Diversidad. Este, está organizado a través de la coordi-
nación de une consejere. Es importante señalar que no
se ha profundizado en relación al trabajo de campo con
representantes de esta organización. La participación
tanto de la Mesa, como del Consejo, ha sido simultánea
en los últimos dos años.
Retomando los aspectos abordados en el Seminario, otro
dato que pudo conocerse responde al surgimiento y la
implementación de una política de visibilidad que acom-
paña la Marcha del Orgullo. La constitución de la misma,
se respalda en el proceso de pluralización y diversifica-
ción mencionado en el desarrollo de este artículo.
Ha sido necesario generar un abanico propuestas en re-
lación a las actividades desarrolladas por las organiza-
ciones. Por este motivo, desde el año 2017 se instauró la
Semana de la Diversidad. Respecto a la misma, Daniel
Rojas sostiene: "la creación de la Semana de la diversidad vie-
ne a plantear actividades lo más amplias y generales posibles,
para poder diversicar al público que llegamos."
Con respecto a la 5
ta
Semana de la Diversidad y XII Marcha
del Orgullo, realizadas en San Juan en elo 2021; la lexi-
bilidad en relación a las medidas por el contexto de pan-
demia, permitieron la ejecución de una serie de activida-
des en espacios públicos con una mayor convocatoria que
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120González | Organizar la revuelta: revisiones sobre el proceso de visibilidad LGBTIQ+
ARTÍCULOS LIBRES
en 2020.
36
Algunos escenarios en los cuales las disidencias
sexuales trazaron su paso son: Cruce de las Peatonales,
Centro Cultural Conte-Grand, Museo Franklin Rawson,
Teatro del Bicentenario, Museo de la Historia Urbana.
Durante toda la semana se expusieron obras de teatro,
espectáculos musicales, intervenciones en la vía pública.
Se realizó la celebración del primer Ballroom en San Juan,
una feria de diseño queer y el Carnaval Inclusivo encabe-
zado por las organizaciones travestis/trans. A través de
estas actividades, las disidencias sexuales, construyeron
nuevamente la experiencia masiva de la visibilidad.
La culminación de la semana estuvo dada por la XII Mar-
cha del Orgullo, descripta por los medios como una de
las más multitudinarias. La consigna principal fue la de-
manda de "Ley Integral Trans Ya".
Se realizó en vísperas del feriado turístico del 22 de no-
viembre. Además de la masa de participantes que reco-
rrieron la Avenida Libertador, la Marcha contó con un
escenario móvil en el cual integrantes de las organizacio-
nes arengaban las diferentes consignas.
Hacia una construcción trica acerca de la
visibilidad
En esta instancia, me propongo ofrecer una relexión
teórica que brinde las consideraciones necesarias para
comprender los procesos y políticas de visibilidad como
un desarrollo político estratégico por parte de los activis-
mos de la disidencia sexual. Estas, han permitido insta-
lar en el escenario de lo público las demandas por parte
de este sector de la población, por el reconocimiento de
derechos históricamente negados.
Respecto a los procesos de visibilidad, uno de los elemen-
tos de análisis en este artículo fue el componente histó-
rico. El punto de partida ha sido la negociación por parte
de estos activismos frente a la idea que, de acuerdo con
Jones (2008), otorgaba tolerancia a cambio de la discre-
ción y la invisibilidad.
36 Inclusive en esta oportunidad no fue realizada la clásica Marcha.
Por parte de diferentes sectores de la sociedad, se plantea
una suerte de aceptación condicionada de nuestras iden-
tidades. La misma, tiene su base en una idea de control
y docilidad. Esta lógica contribuye al desplazamiento de
un manto de silencio frente a las demandas por el reco-
nocimiento y a mantener a la disidencia en un lugar de
subordinación.
La visibilidad "corresponde a un mecanismo de exterio-
rización de prácticas y el comportamiento de cada perso-
na en un espacio dado" (Fuentealba Matus, 2016, p. 69). A
partir de las acciones descriptas, quienes integran la di-
sidencia plantean “desestabilizar la heteronormatividad”
(Moreno, 2008, p. 2017).
Esta idea nos brinda la pauta de que, dentro del sistema,
las identidades LGBTIQ+ “ocupan posiciones disimiles
en el orden de géneros que regula la correspondencia en-
tre cuerpos, subjetividades y prácticas" (Moreno, 2008,
p 218). Bajo esta lógica, la feminidad y la masculinidad
operan como principios excluyentes. Se constituye un
sistema de valores que ordena jerárquicamente las expe-
riencias en relación a la sexualidad. El mismo, además
"instituye sanciones para aquellas y aquellos que desa-
fían estas normas” (Moreno, 2008, p. 218).
Las sanciones hacia quienes disentimos y desistimos
del orden heteropatriarcal han sido legitimadas a par-
tir de diversas “contribuciones científicas". Las mismas
fueron difundidas por disciplinas como la medicina,
la sexología, la psiquiata y la criminología. Estas, in-
luenciaron diferentes agencias estatales, entre las que
podamos mencionar a las fuerzas policiales. De esta
forma, se accionaron un conjunto de prácticas que de-
vinieron en la violencia sobre nuestros cuerpos e iden-
tidades.
Esto puede advertirse mayormente en el periodo de sur-
gimiento de los activismos en Argentina y el periodo de
Ocaso del FLH, coincidente con el inicio de la última dic-
tadura militar. Sin embargo, la lucha contra estas prác-
ticas también alcanzó a los activismos posdictadura. In-
cluso en San Juan, los debates en relación a los códigos de
faltas, son recientes.
Sobre las políticas de visibilidad, para Moreno (2008)
ocupan un lugar prioritario en la agenda del movimiento
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121González | Organizar la revuelta: revisiones sobre el proceso de visibilidad LGBTIQ+
ARTÍCULOS LIBRES
de las disidencias. Por su parte Bourdin (2010), sostiene
que la visibilidad es entendida bajo estrecha vigilancia de
una reivindicación.
Podemos reconocer que las reivindicaciones de los acti-
vismos de la disidencia sexual han sido diversas en re-
lación a los diferentes momentos históricos. Al respecto,
Theumer (2017) señala que el FLH politizó la liberación
de la homosexualidad a través de una política de la trans-
parencia; mientras que la CHA y otros grupos plantearon
que los derechos homosexuales son derechos humanos.
Es un pasaje de “la militancia del deseo al activismo por
los derechos” (Theumer, 2017, p. 122).
A través de las políticas de visibilidad, se presentan "un
conjunto de estrategias colectivas que buscan crear va-
loraciones positivas de la diversidad sexual
37
” (Bellucci y
Rapisardi, 1999). A partir de esto, es que se recupera el
potencial reivindicativo que guardan las mismas.
Asociada a esta idea de la reivindicación, se inscribe la
noción de reconocimiento. Con respecto a la misma "al-
gunos humanos, son reconocidos como menos humanos
y dicha forma de reconocimiento con enmiendas, no con-
duce a una vida viable” (Butler 2004, p. 14-15).
La cuestión del reconocimiento se complejiza cuando
“se convierte en una sede del poder mediante el cual se
produce lo humano de forma diferencial" (Butler 2004,
p. 15). Desde esta lógica, las prácticas sexuales disiden-
tes, la existencia de nuestras identidades y los modos en
los que desarrollamos roles de género con carácter sub-
versivo, nos relegan a escenarios en los que el acceso a
derechos humanos y a la condición de ciudadanes, se ca-
racterizan por la precariedad.
Si bien estamos constituidos por normas y nuestra exis-
tencia depende de ellas, Butler (2004), plantea que po-
demos establecer con estas una relación crítica y trans-
formadora. Desarrollamos nuestras trayectorias en un
campo en el cual existen relaciones de opresión, como
plantea Moreno (2008), sin embargo, contamos con posi-
bilidades para incidir sobre las prácticas que nos afectan,
37 Respeto en este caso el término utilizado por les autores.
resistir frente a discursos que nos posicionan como suje-
tes subordinades.
La forma en la cual los activismos LGBTIQ+ han cons-
truido su visibilidad, responde a una forma de acción
expresiva (Iosa y Rabbia, 2010). Esta constituye un recur-
so cultural del colectivo, instrumentalmente orientado
y sujeto a transformaciones según condiciones políticas
contextuales. En contextos donde la violencia hacia las
disidencias sexuales se vuelve una moneda corriente;
la visibilidad LGBTIQ+, constituye una condición bási-
ca para "la articulación de sus demandas políticas" (Pe-
cheny 2001, en Moreno 2008, p. 231).
La instalación de las políticas de visibilidad, cuenta con
una trayectoria social e histórica que se inició en las pri-
meras reuniones de una organización atravesada por la
clandestinidad. Posteriormente, a partir de iniciativas
como la Revista Somos, el FLH buscó mostrar al interior
de las disidencias y a la sociedad qué sucedía con las disi-
dencias en Argentina.
En forma progresiva, las organizaciones ocuparon ma-
yormente el espacio de lo público, ejerciendo su “derecho
a la aparición" (Butler, 2017). La oportunidad del retorno
a la democracia y la proliferación de organizaciones so-
ciales que se inscribieron en la demanda por los derechos
humanos, significó la posibilidad de reclamar por el re-
conocimiento social y legal.
Este proceso no se presenta como acabado, aun se sus-
citan al interior de los activismos debates en cuanto a la
construcción de visibilidad. Principalmente cuando se
sostienen las ideas de celebración, frente a un contexto
en el que parte de nuestra comunidad sigue demandan-
do mejoras en sus condiciones de vida, como los colecti-
vos travestis/trans.
La organización colectiva, significa una oportunidad para
construir nuevos signicados en relación a nuestras exis-
tencias. Es importante considerar que "cuando los cuerpos
se reúnen con eln de expresar su indignación y represen-
tar su existencia plural en el espacio público, están plan-
teando además demandas más amplias” (Butler 2017, p. 33).
Considero que la instauración de las políticas de visibili-
dad plantea algunos aspectos relevantes. En primera ins-
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122González | Organizar la revuelta: revisiones sobre el proceso de visibilidad LGBTIQ+
ARTÍCULOS LIBRES
tancia, son orientadas por la necesidad de reconocimien-
to. En segunda instancia, aspiran a la transformación de
las valoraciones sociales e históricas que la sociedad ha
construido en relación a las disidencias. En tercera ins-
tancia. responden a una idea de libertad y el reclamo de
una vida vivible.
A modo de conclusión
La realización de este artículo me ha permitido llevar a
cabo, en primera instancia, un recorrido histórico vin-
culado a los activismos de la disidencia sexual. De esta
forma, intenté trazar una trayectoria que va desde las
primeras agitaciones en Estados Unidos y que luego se
inserta en la revisión de los distintos periodos que carac-
terizaron los activismos en Argentina.
La experiencia de organización política de las disiden-
cias, fue atravesada por los contextos históricos, socia-
les y políticos. Los fines de los 60 contribuyeron a que un
grupo de activistes consideraran posible nuclearse para
denunciar la situación de opresión de las disidencias se-
xuales. Esto tuvo lugar en un contexto nacional y mun-
dial, donde los eventos políticos proliferaban. Sin embar-
go, las dictaduras militares acabaron con la disolución
del Frente de Liberación Homosexual. Ser quienes eran,
revestía altos niveles de peligrosidad frente a la violencia
generalizada.
En el retorno de la democracia, la demanda de justicia
de diferentes sectores de la sociedad, ante las aberra-
ciones cometidas por los gobiernos de facto, brindó la
posibilidad para una nueva reorganización de los acti-
vismos LGBTIQ+. A partir de allí, caracterizado por su
inscripción en el lenguaje de derechos humanos, fue
posible un resurgimiento y un proceso de progresiva
visibilidad en el espacioblico y los medios de comu-
nicación.
La diversificación al interior de estos activismos y la
articulación a lo largo del territorio nacional, hicieron
posible que el movimiento se instalara en el suelo san-
juanino. En esta instancia es necesario recuperar que la
iniciativa de organización provincial fue producto de las
demandas por el Matrimonio Igualitario.
El contexto de los debates por la legalización brindó un
motivo para que los integrantes de las disidencias orga-
nizaran la resistencia LGBTIQ+. Desde aquel momento
(2010) hasta la fecha, se han conmemorado doce Mar-
chas del Orgullo y cinco Semanas de la Diversidad.
Si bien la pandemia generó modificaciones en cuanto a
las estrategias, habilitó el escenario de lo virtual como
soporte para algunas actividades (principalmente confe-
rencias). Las políticas de visibilidad en la provincia han
sido desarrolladas de forma ininterrumpida.
El sentido común nos podría llevar a pensar que aquello
visible versa sobre lo que puede ser captado a través de
nuestros sentidos. Construir este artículo ha sido clave
a la hora pensar que se trata de un proceso complejo. La
implementación de las políticas de visibilidad, requiere
de acuerdos entre diferentes actores sociales, que, si bien
inscriben sus activismos y su posición dentro de la disi-
dencia, presentan características heterogéneas.
Hablar de la ubicación dentro del espacio social, requiere
reconocer las diferentes posiciones de opresión de estas
identidades frente a la matriz heterosexual. Las disiden-
cias sexuales hemos aprendido un uso estratégico de la
injuria. La hemos tomado y transformado en orgullo,
como parte de nuestras prácticas subversivas.
En la introducción del video conmemorativo: Diez años
de Marcha en San Juan, una voz en of manifiesta: “A diez
años de la realización de la primera Marcha del Orgullo en la
provincia (…) cambiaron las consignas, las formas en las que
sentimos y expresamos el reclamo y el festejo de ser quienes so-
mos () las maneras en las que logramos organizarnos y las
personas que formamos parte. Lo que nunca cambió es la cons-
tante necesidad de manifestarnos".
Lo expuesto da cuenta del proceso dimico que sig-
nifica la visibilidad. Requiere de negociaciones perma-
nentes, de la discusión de los significados que quienes
participan de estos activismos imprimen en sus prác-
ticas.
La visibilidad es además un objetivo, por medio del cual
se apunta al reconocimiento, al acceso a derechos huma-
nos. Constituye un fenómeno político, sobre el cual la
ciencia debe inmiscuirse y donde la generación de nue-
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123Gonlez | Organizar la revuelta: revisiones sobre el proceso de visibilidad LGBTIQ+
ARTÍCULOS LIBRES
vos conocimientos es necesaria para continuar develan-
do las lógicas de opresión.
Al interior de estos procesos, se suscitan tensiones. Si
bien en un principio, las organizaciones de la disidencia,
plantearon la configuración de una identidad afirmativa
que nucleara a todas las identidades participantes, esto
con el tiempo ha sido disputado. Por este motivo, consi-
dero importante pensar los activismos de la disidencia
en plural, así como también revisar las trayectorias de las
diferentes “piezas” que la conforman.
La historia da cuenta de diferentes particularidades en
estos espacios de surgimiento de la disidencia. Respec-
to de ello, es preciso situar la existencia de un proceso
de pluralización, que da cuenta de una distribución des-
igual en el acceso a la visibilidad (o al menos esta sería
una posible forma de abordarlo).
Lo expuesto ha generado momentos de mayor visibilidad
y significación de acuerdo a les sujetes del activismo y su
irrupción en el espacio público. Primero, tomaron posi-
ción los varones homosexuales, más tarde las lesbianas
(aunque existieron experiencias clandestinas como el Só-
tano de San Telmo), ya entrados los 90 tomarían mayor
participación de lo público las poblaciones travestis/trans.
Otro ejemplo que podría mencionar, es el reconocimien-
to por parte del Estado a las identidades no binarias. A
través del decreto presidencial n
o
476/21, se reconoce las
identidades fuera del binarismo. Este decreto brinda la
posibilidad a las personas de optar por el uso de la “X” en
sus documentos de identidad.
Me gustaría pensar en esta instancia a la visibilidad
como una constante construcción. No se trata únicamen-
te de una estrategia que apunta al reconocimiento de de-
rechos desde el aparato estatal, está vinculada además
con lo que sucede en otros espacios: nuestras familias,
las escuelas, los trabajos.
Construir esa visibilidad, depende además de la forma
en que llevamos a cabo estas estrategias. ¿Qué elementos
proporcionamos hacia el exterior para hacernos visibles?
Ponemos en juego, además de las demandas correspon-
dientes, diferentes formas de ocupar el espacio público.
Estas apariciones las llevamos a cabo con un recurso que
me resulta por demás relevante: nuestros cuerpos. Dis-
ponemos el cuerpo con vestimentas características, car-
teles, arengamos consignas, entonamos canciones.
Dotamos de voz al cuerpo cuando hablamos acerca de
nuestras problemáticas, convertimos esas dolencias en
relatos que esperamos lleguen a diferentes oídos que se
sumen a nuestras causas. Atravesamos límites, nos me-
temos en los medios que son una buena oportunidad
para amplificar nuestras voces.
Aunque a veces el discurso oficial nos borra del acceso a
lo público, las disidencias actuamos con astucia y sabe-
mos cómo manifestar que "aquí estamos". Las políticas
de visibilidad han significado una estrategia de acceso
al reconocimiento de derechos, pero también debemos
considerar qué otros objetivos o impactos buscamos ge-
nerar con su implementación.
Lo señalado da cuenta, de que a partir de los procesos
de identificación descriptos y la pluralización, es nece-
sario continuar repensando estrategias que apunten a la
integración y articulación de las demandas específicas
de quienes conforman estos activismos. No quiero de-
cir que lo expuesto, deba interpretarse a nivel individual
(porque considero que toda construcción debería ser
colectiva), sino que más bien exista una apertura a pen-
sar la dimensión de las intersecciones que atraviesan las
identidades disidentes.
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