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TRAZOS - AÑO VIII – VOL.II – DICIEMBRE 2024 - e-ISSN 2591-3050
La apuesta rumiante es que no todo
puede ser dicho, ni visto, ni percibido.
Sea hecha, entonces, una invitación
a la curiosidad y a la fantasía, a la
fabulación, a crear mundos, a jugar a
mundear…
Lucrecia Massón, Escrituras rumiantes
La epistemología es, dentro del campo losóco, un área dedicada al estudio
del conocimiento: sus modos y sus circunstancias, pero también quiénes pueden
hacerlo y bajo qué condiciones. Esto viene siendo problematizado ampliamente
por autoras ya icónicas como Donna Haraway desde el campo cientíco o María
Lugones desde una postura decolonial, por nombrar apenas algunas coordenadas.
En el caso de la primera, por ejemplo, tenemos particularmente en consideración
sus comentarios acerca de la función del “testigo modesto” (Haraway, 2004)
en la ciencia. Y esa resonancia aquí tiene que ver con la problematización de
la objetividad y/o neutralidad del conocimiento cientíco. Lo cual, respecto de
la dimensión sexo-género, no es sólo un problema de “la mujer” en la ciencia,
sino también de quiénes se consideran sujetos legítimos de conocimiento y qué
conocimientos se proponen como valiosos.
Mediante esta convocatoria, entonces, pretendimos ampliar-difractar estos
análisis críticos a otras dimensiones y a otras conformaciones (deformaciones,
des-informaciones) subjetivas que disientan del saber epistemológico disciplinario
sobre el mundo y sobre el conocimiento mismo. En ese sentido, creemos que la
posibilidad de desplegar diálogos situados en torno a los debates epistemológicos
contemporáneos de nuestros territorios es fundamental para producir densidades
teóricas capaces de dar cuenta de un tiempo convulso. Diálogos que no sólo
puedan diagnosticar sino también intervenir conceptualmente las matrices de
inteligibilidad dominantes.
Los artículos presentados, en efecto, han explorado esto en distintas
dimensiones. En el caso de Francisco Octavio López López, dicha
problematización se enfoca en una afroepistemología que retoma la pregunta
por la modernidad-colonialidad; en el de Paz Esperanza Carreño Hernández, se
hace aparecer al silencio como experiencia posible (y necesaria) de pensar en