
TRAZOS - AÑO VIII – VOL.II – DICIEMBRE 2024 - e-ISSN 2591-3050
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criticar las implicaciones relativistas del psicologismo. Este autor considera que
la lógica se encuentra en la realidad más inmediata de las personas, en la vida
de todo aquel que tenga pensamientos estructurados y del mismo modo realice
una serie de juicios. El traductor de las Interpretaciones fenomenológicas sobre
Aristóteles (2002), Jesús Adrián Escudero esclarece esta cuestión al armar
que “la lógica, opina Heidegger, tiene sus raíces en la vida misma, en la realidad
directamente vivenciada, en el horizonte de sentido previo en el que ya siempre
se mueve el sujeto que piensa y juzga” (2002, p. 14). Mientras la concepción
tradicional de lógica la limita a las estructuras más formales del pensamiento y
del lenguaje, Heidegger reconoce que hacemos uso de esta y no se debe limitar
a lo más formal, sino articularla directamente con la parte vivencial.
Para comprender la propuesta fenomenológica de Heidegger, es necesario
esbozar primero su crítica al nivel de superioridad que se le otorgó a la actitud
teorética. Las ciencias físico- matemáticas se vieron fuertemente desarrolladas
durante el período que él mismo denomina la Metafísica de la subjetividad, o
más precisamente, aquel que abarca la ciencia moderna desde Descartes
hasta Husserl. La losofía debía tomar otro camino, uno en el cual no redujera
el fenómeno a la mera objetivación de la conciencia y que tuviera en cuenta la
vivencia más genuina, que no se reere a los objetos que se encuentran delante
y que podemos percibir, sino al “plexo de útiles de los que me ocupo y que en
cada caso comprendo” (Escudero, 2002, p. 17). Este es el punto fundamental
que marca el giro hermenéutico realizado por Heidegger, pues reconoce que el
Dasein se dirige al mundo del cual se ocupa. Pero ¿a qué clase de mundo se
reere? ¿Qué características posee? En este punto se traza la aguda distinción
entre tres mundos. En primer lugar, se encuentra el mundo circundante (umwelt),
aquel en el cual es posible encontrar cosas, objetos y diversas situaciones
ocurriendo; en segunda medida está el mundo compartido (mitwelt), aquel en el
cual uno se relaciona con las otras personas y que posee justamente el sentido
de lo común; nalmente está el mundo propio o del sí mismo (selbstwelt), lugar
donde solamente el Dasein puede ingresar y encontrar allí sus propias vivencias.
Estos tres mundos en los que se relaciona el Dasein pueden ser interpretados
como lo objetivo, intersubjetivo y lo plenamente subjetivo, respectivamente.
Como se ha visto, el Dasein se relaciona con el mundo y se dirige a él
a partir de tres modos básicos, pero ese «dirigirse» ocurre siempre de manera
intencional por medio del cuidado. El cuidado, término fundamental en Heidegger,
hace referencia a la estructura intencional que guía el comportamiento del Dasein