
TRAZOS - AÑO VIII – VOL.II – DICIEMBRE 2024 - e-ISSN 2591-3050
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Ahmed (2018; 2019) o de Laurent Berlant (2020). Desde estos enfoques, por
un lado, se cuestiona el orden que separa y jerarquiza la “razón” por sobre la
“emoción”; “episteme” sobre la “doxa”; el “saber académico” sobre el “activismo”;
y las “ciencias naturales” sobre las “ciencias humanas/sociales”. Y, por otro lado,
se concibe el conocimiento cientíco como el resultado de un diálogo polifónico,
policultural e interseccional a través del cual se obtienen resultados más objetivos
y adecuados a la difícil convivencia en este mundo.
En este sentido, entonces, la praxis epistemológica del a-cercamiento no
solo adquiere una creciente legitimidad al interior de la academia (aunque siempre
en disidencia con el modelo académico de los cercamientos disciplinarios y
disciplinantes), sino que, sobre todo, implica entrar en sintonía con la densidad
de tensiones que la atraviesan desde distintos exteriores y que a su vez nos
atraviesan. Establecer conexiones rizomáticas con múltiples “afueras” del
llamado “mundo académico” es lo que hace del quehacer epistemológico de
los a-cercamientos, precisamente, ese lugar común, esa tierra comunal tejida a
muchas manos y con diversos materiales.
Para nalizar, retomo la experiencia concreta de ese tipo de investigación
transdisciplinaria desde la praxis epistemológica de los a-cercamientos que
venimos ensayando desde hace tiempo, el trabajo con archivos oníricos que
se inauguró con la traducción del libro de Charlotte Beradt (2019) y que fue
produciendo distintas derivas en los últimos cinco años. Lo primero que tuvimos
que lograr en torno a los sueños fue subvertir nuestro propio cercamiento
académico del fenómeno onírico, que desde la elaboración freudiana es muy difícil
disputar a la teoría y a la praxis psicoanalítica. Tal como apuntamos al comienzo de
este artículo, junto a Beradt, Koselleck, Cayrol, Valentino, Siruela, Foucault, entre
otres, fuimos recuperando recorridos por algunos territorios oníricos que habían
quedado del otro lado de la cerca. En el camino, conocimos distintas perspectivas
feministas, entre ellas la de Vinciane Despret (2021), que nos animaron a corrernos
del lugar central, y nos enseñaron que, en lugar de preguntar “¿qué hacemos con
los sueños?”, era más adecuado invertir el interrogante, y preguntarse “¿qué
hacen los sueños con nosotres?”.
Nos dimos cuenta de que los sueños en situaciones límite
(nacionalsocialismo, dictadura, pandemia, cárcel) hacen muchas cosas y
nos hacen hacer muchas cosas, pero, fundamentalmente, nos constriñen
a escucharlos como un coro que resuena con el mundo circundante, y nos
demandan cobijo, al mismo tiempo que lo proveen.