TRAZOS - AÑO VIII – VOL.II – DICIEMBRE 2024 - e-ISSN 2591-3050
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Mujeres, Conocimiento Y Filosofía
En La Modernidad Temprana: Una Historia
Alternativa
Women, Knowledge And Philosophy In Early Modern
Period: An Alternative History
DOSSIER
María José Cardona Fuentes
Universidad de Antioquia. Medellín, Colombia.
mariaj.cardona@udea.edu.co
Recibido: 2 de septiembre de 2024
Aceptado: 27 de diciembre de 2024
TRAZOS - REVISTA DE ESTUDIANTES DE FILOSOFÍA - AÑO VIII - VOL. II. - DICIEMBRE 2024
páginas 52-64 - E-ISSN 2591-3050
http://www.ojs.unsj.edu.ar/index.php/trazos/
INSTITUTO DE FILOSOFÍA - FACULTAD DE FILOSOFÍA, HUMANIDADES Y ARTES - UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN
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TRAZOS - AÑO VIII – VOL.II – DICIEMBRE 2024 - e-ISSN 2591-3050
Resumen: Durante el siglo XX, las teorías feministas y los estudios sociales
de la ciencia permitieron la revaloración del papel de la mujer en la construcción
de la ciencia y la losofía, especialmente desde la modernidad temprana en
adelante. Estos recientes estudios historiográcos y losócos comprenden
suciente evidencia sobre la activa participación de las mujeres en la producción
de conocimiento losóco-natural de esta época. El objetivo del presente texto
es mostrar cómo a partir de los desarrollos de la historia y losofía de la ciencia
feministas ha sido posible construir una historia del conocimiento alternativa a
la del canon tradicional. Se espera mostrar que, atendiendo a estos avances y
mediante la lectura de lósofas, es posible ampliar nuestra comprensión de la
losofía moderna en su diversidad de sus temas, problemas y agentes que han
sido invisibilizados a lo largo de la historia.
Palabras clave: FILÓSOFAS MODERNAS – CONOCIMIENTO - FILOSOFÍA.
Abstract: During the 20th century, feminist theories and social studies of
science facilitated the revaluation of women’s roles in the construction of science
and philosophy. These recent historiographical and philosophical studies
provide ample evidence of the active participation of women in the production of
philosophical-natural knowledge during this period. The aim of this article is to
demonstrate how, through the developments in feminist history and philosophy of
science, it has been possible to construct an alternative history of knowledge to that
of the traditional canon. It is intended to show that by considering these advances
and through the reading of women philosophers, it is possible to broaden our
understanding of modern philosophy, including its diversity of themes, problems,
and agents that have been rendered invisible throughout history.
Key words: MODERN PHILOSOPHERS – KNOWLEDGE - PHILOSOPHY.
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A pesar de que la actividad losóca se nutre del pasado, la historicidad
de sus objetos y contenidos pasa desapercibida de manera constante. Asumir la
historicidad del discurso losóco lleva a entender cuestiones como por qué se
hacen ciertas preguntas losócas y no otras, por qué se aceptan o se preeren
ciertas respuestas y no otras, quiénes son los que se consideran autorizados
epistémicamente relevantes para enunciar esas preguntas y esas respuestas,
en qué escenarios tienen lugar esos enunciados, etc. Tales consideraciones
nos recuerdan que el conocimiento que se produce está siempre históricamente
situado, atravesado por contingencias e intereses particulares. En este sentido,
la reevaluación y comprensión de la losofía no es solo retrospectiva, sino que
también apunta a la transformación de la actividad misma en el presente y el
futuro. El propósito de este texto es mostrar cómo a partir de la convergencia
entre la epistemología, la losofía e historia de la ciencia feministas fue posible
elaborar una historia alternativa del conocimiento. Luego, se espera plantear los
principales problemas y retos que enfrenta este campo fértil de investigación.
Antecedentes
El estudio histórico sobre las mujeres es uno de los campos de investigación
más recientes en la historiografía académica actual. La consolidación de
este campo se produce a partir de la década de los sesenta, impulsada por
la expansión de revistas especializadas como Feminist Studies, Culture and
Society y Questions Feministes. Además, se celebraron eventos clave como las
primeras Conferencias Internacionales sobre la Historia de las Mujeres en 1973
y Las mujeres y la historia de la losofía en 1992 en Cambridge. No obstante, ya
existían intentos previos por sistematizar la evidencia histórica disponible sobre
la participación de las mujeres en la ciencia y la losofía en siglos pasados. Entre
ellos, las enciclopedias y las biografías comprenden uno de los primeros recursos
empleados en la escritura histórica sobre las lósofas (Schiebinger, 1996).
Los estudios sobre la participación de las mujeres en la losofía de la
modernidad europea
1
han experimentado un crecimiento signicativo en las
últimas décadas. Este crecimiento se debe principalmente a la convergencia
teórica entre teorías feministas y estudios sociales de la ciencia, movimientos
que han desaado las narrativas tradicionales sobre la historia del pensamiento
losóco. Una de estas narrativas tradicionales es la historia de la losofía
moderna como una historia reductible a las discusiones entre el racionalismo,
1 El análisis del presente texto se centra en la modernidad europea y en los debates losócos e historiográcos de
habla inglesa, principalmente. Sin embargo, esta es solo una pequeña parte del trabajo que está por hacerse, por ejem-
plo, la revisión y recuperación de las lósofas iberoamericanas y latinoamericanas en diferentes periodos históricos.
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el empirismo y el criticismo representadas por unos pocos lósofos solitarios.
Esta simplicación convirtió “a dichas corrientes en clichés historiográcos poco
ajustados a la realidad histórica” (Manzo, 2022, pp. 2). La consecuencia de la
transmisión irreexiva de este relato es la omisión de temas, problemas y agentes
que hicieron parte de la agenda losóca de la modernidad europea. La losofía
pensada y escrita por las mujeres constituye una de estas omisiones.
Los esfuerzos por sistematizar las contribuciones de las lósofas
experimentaron transformaciones signicativas a lo largo del tiempo. Estos
esfuerzos pueden agruparse en tres categorías: la reconstrucción enciclopédica
que se caracteriza por ser una recopilación sintética y organizada generalmente
por categorías; la reconstrucción negativa, que se centra en teorizar sobre las
formas de omisión y exclusión; y la reconstrucción positiva, orientada hacia las
formas de inclusión.
2
La historia y losofía feministas sobre el conocimiento
cientíco
La literatura académica sitúa como antecedentes teóricos de la historia o
reconstrucción negativa a los avances del feminismo y de los estudios sociales
de la ciencia del siglo XX (Bowler & Morus, 2007; Hutton, 2019; Keller, 1995;
Schiebinger, 1996). El carácter crítico de la reconstrucción histórica negativa de la
ciencia fue posible, en parte, debido a una tendencia cada vez mayor a buscar una
comprensión más amplia de la ciencia que fuera más allá de la mera explicación de
la lógica de la justicación del conocimiento cientíco. Esto es, gracias a una fuerte
tendencia a hacer historia cultural de la ciencia (Kragh, 1989). De esta manera, el
interés por estudiar la relación entre la ciencia y la sociedad en los años 20’s y 30’s
por parte de la historia de la ciencia estableció niveles de reexión más profundos
y puntos de vista más diversos. Aun con todos estos avances en marcha, durante
este período no hay una expresa preocupación por la participación de las mujeres
en la losofía natural y en la ciencia. Este objetivo fue incluido en los análisis sobre
la producción del conocimiento cientíco y losóco solo a partir de la integración
del feminismo como movimiento social y teórico.
El enfoque crítico del feminismo que se propuso revertir la ausencia de las
mujeres en la historia del pensamiento social y político se dirigió, en principio, hacia
las ciencias sociales y humanas. Luego, al considerar los trabajos investigativos
de la historia y la sociología de la ciencia, las feministas teóricas hallaron material
2 Retomo los calicativos negativo y positivo calicativos de Hutton (2019) puesto que me parecen útiles para distin-
guir las intenciones de cada proyecto.
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suciente para dirigirse a las ciencias naturales (Keller, 1995). La presentación
de guras femeninas notables impulsó una amplia investigación histórica sobre
la vida de las mujeres, originando una signicativa tradición de historiografía
femenina y estableciendo los primeros criterios para evaluar la relevancia histórica
de las mujeres.
La historiadora y activista Mary Ritter Beard defendió en sus obras On
understanding Woman (1931) y en Woman As Force In History: A Study in Traditions
and Realities (1946) que la historia de las mujeres debe ser pensada desde
muchos puntos de vista, múltiples voces y perspectivas desde las cuales se podría
contar el pasado. Veía en la diversidad de géneros discursivos, experimentación
metodológica y la inclusión de las mujeres en la narrativa histórica un reto para
la posición dominante de una erudición enfocada en los hombres (Beard, 1968).
De allí en adelante, diferentes disciplinas se han centrado en la explicación de los
mecanismos de exclusión de las mujeres de la ciencia y de la losofía. Por ejemplo,
Mary Ellen Waithe elabora un estudio sobre el pensamiento de lósofas desde la
antigüedad hasta el siglo XX en el que, de manera simultánea, incorpora textos
de fuentes primarias que hasta ese momento eran de difícil acceso. A lo largo de
los cuatro volúmenes de A History of Women Philosophers, Waithe muestra que
la mayoría de las lósofas escribieron sobre los mismos temas losócos que sus
contemporáneos masculinos y que no trabajaron de forma aislada (Waithe, 1991).
Siendo esto cierto, muchos trabajos historiográcos se centraron en explicar las
causas de la invisibilización y omisión de las mujeres en los diferentes campos.
Las investigaciones de Margaret Rossiter son pioneras en este sentido.
Women’s Work in Science 1880-1910 (1980), Women Scientists in America
(1982) y The Matilda Eect in Science (1993) son textos que buscan mostrar,
por un lado, que la práctica cientíca se identicó por mucho tiempo con la
universalidad e imparcialidad ante el género, pero que, de hecho, los trabajos
para hombres y mujeres en las ciencias estaban separados bajo la justicación
esencialista que sostenía que las mujeres poseían habilidades especiales para
ciertos tipos de trabajos y no para otros, lo que dicultó el acceso a altos cargos
usualmente ocupados por hombres (Rossiter, 1980); denominando luego Matilda
eect a la supresión sistemática de la información sobre mujeres en la historia
de la ciencia y la negación de la contribución de las cientícas en investigación
(Rossiter, 1993).
Retrospectivamente, Eileen O’Neill sugiere que la presencia de lósofas era
mucho más signicativa en los siglos XVII y XVIII que a partir del siglo XIX (O’Neill,
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1997, 2005). Este cambio, según O’Neill, se debe tanto a cuestiones internas de
la losofía –la inuencia del kantismo– como a la reacción conservadora frente al
avance de posturas feministas en el contexto revolucionario europeo de nales del
siglo XVIII. Desde 1750, la búsqueda cientíca, en especial médica y anatómica,
de la diferencia sexual a partir de estudios sobre el esqueleto y cráneo femeninos
desencadenó el triunfo de la complementariedad y el imperativo doméstico
(Schiebinger, 1996, 2004). Por tanto, el estudio de las diferencias sexuales en
anatomía estableció una base para fundamentar las relaciones sociales entre los
sexos. La aparente superioridad del cuerpo masculino justicaba su posición social,
mientras que las características especícas del cuerpo femenino respaldaban
su rol natural como esposas y madres. Para Schiebinger, la conjunción entre las
razones cientícas (el triunfo de la complementariedad) y condiciones histórico-
contextuales (imperativo doméstico) fue el punto de partida para la omisión
sistemática e institucional de las contribuciones de las mujeres.
Estas problematizaciones historiográcas develaron las dinámicas
complejas de la construcción del pensamiento cientíco y losóco. Las críticas
a la pretensión de neutralidad del conocimiento comenzaron a aparecer desde
diversos campos de investigación. La epistemología y losofía de la ciencia
feministas concentraron su atención en cómo el género inuye en las concepciones
sobre qué es conocimiento, quién puede ser considerado un agente epistémico y
en los criterios de valoración y justicación del conocimiento cientíco y losóco.
En este sentido, las relaciones de poder que se dan en la atribución, adquisición y
justicación del conocimiento perjudican a los grupos marginados, entre ellos, las
mujeres. Esta marginación se expresa de diversas maneras: en la exclusión de
las prácticas investigativas (Anderson, 1995; Bordo, 1987; Harding, 1991, 2003)
la negación de autoridad epistémica (Dotson, 2014; Fricker, 2011), el rechazo a
los estilos cognitivos e intereses femeninos (Hartsock, 2004; Keller, 1995), entre
otros. Bajo estas consideraciones, se realizaron múltiples investigaciones sobre
la genderización de conceptos losócos con el objetivo de evidenciar misoginia
en el discurso losóco del canon: en Descartes (Bordo, 1987) Kant (Schott,
1997), Bacon (Keller, 1995; Merchant, 1989), Hume (Jacobson, 2000), Locke
(Hirschmann & McClure, 2007), Hobbes (Hirschmann & Wright, 2012). Al tiempo,
desde la ecofeminismo se presentaron trabajos que develaban una conexión entre
el surgimiento de la ciencia moderna occidental, la producción de conocimiento
que se genera a partir de este marco conceptual, el capitalismo, la explotación de
la naturaleza y opresión de las mujeres (Merchant, 1989).
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Hacia una historia alternativa del conocimiento: mujeres en
la losofía natural del siglo XVIII
La losofía de la modernidad europea es más compleja de lo que suele
parecer en los libros de texto. Gracias al incremento de la evidencia disponible
en la actualidad sobre textos y autores de este período, es posible sugerir que
las corrientes de pensamiento a partir de las cuales se enseña (racionalismo,
empirismo y criticismo) se ajustan poco a la realidad histórica. El canon
epistemológico tradicional reduce la actividad losóca de la modernidad al
trabajo de Descartes, Locke, Hume y Kant y, aunque sus teorías fueron, en efecto,
signicativas de diversos modos en sus contextos de publicación, la diversidad y
pluralismo son características que resaltan al emprender una aproximación más
amplia a este período.
El cambio de actitud con las autoridades intelectuales clásicas y la
expansión de un mundo que no había sido considerado por los antiguos —con la
llegada de los europeos a América, por ejemplo— produjo un ambiente cultural
de renovación. A medida que la ciencia moderna comenzó a tener cierto valor por
sí misma, fue menos necesario recurrir a las autoridades clásicas como medio
de legitimación (Kragh, 1989). Ya no estaban tan claros los supuestos a partir
de los cuales hacer construcciones losócas, de manera que toda propuesta
debía ser probada desde sus fundamentos. Las perspectivas y posiciones eran
tan diversas como escuelas y autores. Entre ellos, las mujeres tuvieron una
gran actividad losóca entre los siglos XVII y XVIII. A pesar de que, de manera
general, no se tiene mucho conocimiento sobre la losofía de mujeres en este
periodo, especialmente en lo que concierne a las teorías sobre el conocimiento
y las ciencias, la evidencia histórica sugiere todo lo contrario: en los primeros
años de la revolución cientíca se animó a las mujeres de alto rango a aprender
sobre ciencia (Schiebinger, 1996). La descentralización de la investigación
losóca y cientíca trasladó el dominio de la producción de conocimiento de las
universidades a redes más informales (Funkenstein, 2018), tales como cenas
en las casas, cartas, trabajos para un mecenas común, etc. Aunque las mujeres
eran excluidas de las universidades, las redes informales de la ciencia como los
círculos intelectuales ingleses y los salones franceses, les permitieron tener cierto
acceso a la losofía natural. La participación de las mujeres en la losofía moderna
se reejó de distintas maneras: llevaban actualizaciones sobre los recientes
descubrimientos cientícos, presentaron nuevas interpretaciones teóricas,
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coleccionaron importantes muestras botánicas y geológicas, se encargaron de la
ilustración y edición de libros y tradujeron e interpretaron teorías complejas.
Uno de los casos más estudiados en la actualidad es el de la lósofa
inglesa Margaret Cavendish (1623 -1673). Cavendish se interesó profundamente
en los problemas de la losofía natural, abordando cuestiones sobre la naturaleza
y los debates acerca de las fuentes del conocimiento. También exploró la
naturaleza de la explicación cientíca, el movimiento, la teoría del color y el nuevo
experimentalismo. Sus principales obras, Opiniones losócas y físicas (1656),
Cartas losócas (1664), Observaciones sobre la losofía experimental (1666)
y Fundamentos de la losofía natural (1668), son respuestas a los problemas
losócos de su tiempo y una exposición de su sistema losóco.
En sus Observaciones sobre la losofía experimental, Cavendish “cuestionó
las bases ontológicas y los supuestos epistémicos de la losofía experimental”
(Monroy, 2003, pp. 185) defendidos por lósofos como Hooke, Hobbes, Boyle y
Descartes. La idea ampliamente difundida de la ciencia como una práctica que
valida gran parte de su conocimiento a partir de la contrastación empírica y con
ayuda de instrumentos, defendida con entusiasmo en la modernidad temprana
por pensadores como Robert Hooke y John Wilkins e instituciones como la
Royal Society, no fue abrazada ipso facto por todos los intelectuales de la época.
Robert Hook en su Micrographia (1665) celebraba el uso del microscopio como
una herramienta que podía extender los límites del conocimiento humano.
Margaret Cavendish hace parte del grupo de intelectuales que ven a la nueva
experimental con sospecha y comparte objeciones con autores como John Locke,
Thomas Sydenham y Thomas Hobbes (Wilkins, 2014). Lejos de proponer un
antiexperimentalismo radical, la obra de Cavendish presenta algunas objeciones
al método experimental relacionadas a los problemas epistémicos derivados de
la articialidad de la experimentación.
En lugar de considerar a los instrumentos como forma de corregir las
limitaciones de los sentidos humanos, Cavendish ve en estos una forma
distorsión del conocimiento. ¿Cómo asegurar que las imágenes que se aprecian
en telescopios y microscopios proporcionan información verdadera sobre el
mundo? Si, según la calidad y construcción de los lentes o, según las diferentes
fuentes y perspectivas de iluminación, el resultado podría variar y ser inconsistente
(Cavendish, 2001). En esta crítica no se trata de negar a la sensación un papel
activo y signicativo en el conocimiento, sino que apunta a mostrar que la
alteración de las facultades naturales podría no ser un medio able mediante el
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cual se pueda dar cuenta del funcionamiento y causas de la actividad natural.
Este conocimiento solo se obtiene a partir del propio ejercicio de la parte animada
de la materia, de una coordinación entre razón y sensación. “Pues, la mejor óptica
es un ojo natural perfecto y una percepción sensorial regular. El mejor juez es la
razón y el mejor estudio es la contemplación racional unida a observaciones de
los sentidos, pero no a las artes engañosas” (Cavendish, 2001, pp. 53).
Conclusiones
El estudio de autoras como Margaret Cavendish puede aportar a una
comprensión más amplia de la losofía moderna. Las críticas de Cavendish al
mecanicismo y a la losofía experimental, las objeciones de Lady Mary Shepherd
al idealismo de Berkeley, la defensa de Mary Astell de la losofía cartesiana,
los comentarios de Isabel de Bohemia al dualismo de Descartes, entre otros,
muestran que los elementos que actualmente consideramos como constitutivos
de la modernidad, en su tiempo fueron supuestos que debían ser demostrados.
Hombres y mujeres contribuyeron de manera signicativa a la justicación
y validación de las diversas teorías que buscaban explicar, desde diferentes
perspectivas, la ciencia y el conocimiento.
El análisis contextual de las formas de producción de conocimiento de
la modernidad muestra que las mujeres, de hecho, tuvieron un papel vital en la
transformación de la losofía natural de esta época. Ampliar lo que se considera
como la historia de la losofía, lejos de las narrativas tradicionales, implica
reconocer su participación. Según Hutton (2019), la inclusión de las lósofas en
la historia de la losofía no es algo que actualmente esté sujeto a discusión, pues
la suciente evidencia histórica muestra que es necesario hacerlo. El trabajo de
recuperar los nombres y las obras de las lósofas ha avanzado signicativamente,
de manera que la información disponible sobre ellas crece cada vez más. El
problema reside en que no es completamente clara la forma en que se debe
integrar a estas lósofas en la historia de la losofía y cómo presentarlas en el
aula de clase (Hutton, 2019). Las premisas que subyacen a las reexiones
metodológicas sobre este punto son, por un lado, que las lósofas no tuvieron
las mismas oportunidades que sus contemporáneos masculinos (educación,
acceso a la información y al debate público, entre otros.) y, por el otro, que resulta
improcedente introducir a las lósofas en un relato que fue construido a partir de
su omisión (Hagengruber, 2020; Hutton, 2020; Waithe, 2020; Witt, 2020).
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El panorama actual no parece arrojar un consenso sobre la solución a este
problema, por lo que será pertinente continuar la indagación sobre los elementos
que debería contener una metodología feminista de la historia de la losofía,
sobre cuáles deberían ser los criterios de análisis de una obra escrita por una
lósofa si no es equiparable en forma y extensión a obras de sus contemporáneos
masculinos o por aquellas formas que apunten a una integración.
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ARTÍCULO DE
INVESTIGACIÓN