La evaluación de políticas públicas centrada en el uso de resultados y de aprendizajes.
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Resumen
Existen actualmente en la literatura especializada diversos aportes respecto la categoría evaluación y sus alcances. La mayoría de las conceptualizaciones distinguen un elemento fundamental en el proceso de evaluación y sobre el cual existe consenso: la evaluación se basa en “juzgar y asignar un valor a algo” (Scriven,1995).
De este modo, la mayoría de las conceptualizaciones acotan el alcance de la evaluación a la función de generar respuestas creíbles sobre el cumplimiento de objetivos y metas, junto al desempeño de un programa social. La evaluación implicaría entonces un tipo particular de análisis respecto del aporte único que un programa o proyecto brinda a la sociedad. Sin embargo, es posible señalar que la evaluación trasciende dicho propósitos, atendiendo que enseñar a reflexionar evaluativamente puede generar un impacto duradero y permanente, conformando la evaluación un espacio de aprendizaje y desarrollo de capacidades.
Este artículo[1] apunta a re-pensar y reflexionar sobre el significado real de la evaluación como una herramienta clave para mejorar los alcances, resultados y procesos de las políticas públicas, y de esta forma contribuir al desarrollo social y al bienestar ciudadano.
[1] El presente trabajo es fruto de la actual beca de investigación categoría Iniciación, desarrollada en el marco del PETAS, durante el período 2014 y 2016 dirigida por el Dr. Pablo Rodríguez Bilella.