DESBORDAR LAS CORPORALIDADES: LA POTENCIA DE LO MONSTRUOSO EN LAS PRÁCTICAS ARTÍSTICAS

Resumen

Como enuncia Haraway (1991) “[l]os monstruos han defiido siempre los límites de la comunidad en las imaginaciones occidentales” (p.308), es decir
que han fiado la frontera que defie (siempre de forma dicotómica) el adentro del afuera, lo normal de lo anormal, el nosotrxs de lxs otrxs. En consonancia con ello, García Cortéz (1997) afima que toda sociedad genera su propia construcción de mundo, la cual es comunicada e interiorizada mediante la confiuración de un sistema de representación planteado como único y absoluto. En consecuencia, todo lo que se opone a ello es concebido como una amenaza al orden social y juzgado como algo contra-natura, por lo cual se lo monstrifia, se lo convierte en el absoluto otro, y así se justifia su exclusión, e incluso su eliminación.