Lo monstruoso puede no solo ser pensado como un dispositivo normalizador sino también como un espacio de resistencia que por su cualidad indómita, liminal e inestable permite poner en cuestionamiento los binarismos del sistema hetero-cis-capitalista-colonial. Sistema que ha organizado los cuerpos (humanos, no-humanos, cósicos, escriturales, disciplinares, etc.) como entes atomizados, siempre iguales a sí mismos y siempre al servicio de la expansión del capital. En este marco nos interesa preguntarnos sobre cómo las prácticas artísticas pueden funcionar desde un hacer/saber monstruoso que desborda, desorganiza y problematiza las corporalidades, no desde las consabidas dicotomías, sino desde un “entre” inasible, una dispersión y movimiento (Ulm, 2021), un pensar mestizo y ch´ixi (Anzaldúa, 2016 y Rivera Cusicanqui, 2015).
Les invitamos entonces a reflexionar sobre el arte como una práctica del pensamiento que puede potenciar lo monstruoso y promover interrogantes que nos propongan seguir pensando/nos: ¿Cómo abrir lecturas de la/s cultura/s a partir de las prácticas artísticas monstruosas que engendran? ¿Cómo es el devenir del hacer artístico que se escapa del canon, que abre horizontes políticos, que plantea resistencias, mutaciones, dislocaciones, desbordes, que no se doméstica, que resignifica ficciones, que desbarata, que es un umbral, que vacila y/o que rompe la ley? ¿Qué conocimientos y saberes aportan las prácticas artísticas (literarias, visuales, audiovisuales, performáticas, etc.) acerca de la resignificación de lo monstruoso? ¿Cuál es la potencia de desbordar los cuerpos; los cuerpos individuales, los cuerpos colectivos, los cuerpos de obra, los textos, los territorios?

Published: 2023-12-01